La comunicación asertiva: qué es, técnicas y ejemplos
Qué es la comunicación asertiva.
La comunicación asertiva es un estilo de comunicación basado en la apertura emocional: supone la capacidad de expresar los propios sentimientos, deseos, opiniones y necesidades de forma respetuosa, clara y directa. Para ello, es necesario filtrar la información, eligiendo el contexto (lugar y momento emocional apropiados para ambos) y las palabras adecuadas (siendo conciso y directo), teniendo en cuenta que la asertividad no consiste en tener la razón, sino en expresar el propio punto de vista.
"La comunicación asertiva no puede prescindir de los siguientes ingredientes: empatía y honestidad".
Recomendaciones básicas para que la asertividad funcione:
- Aborda los hechos de forma objetiva, sin entrar a juzgar o invalidar a la otra persona. En caso contrario, la otra persona adoptará una postura defensiva y la conversación se convertirá o bien en un monólogo o bien en un intercambio de reproches.
- Expresa los propios sentimientos sin responsabilizar a la otra persona de los mismos. Es importante emplear la primera persona, pues el culpar o criticar al otro de lo que uno siente dificulta (e, incluso, impide) generar la empatía necesaria para el cambio de la otra persona.
- Aborda las consecuencias prácticas y emocionales que supone la situación.
- Propón cambios concretos para revertir la situación, mostrándose abierto a otras propuestas.
- Agradece la atención y empatía de la otra persona.
Qué no es comunicación asertiva: los estilos agresivo, pasivo y pasivo-agresivo.
- Agresivo (“sincericida”): cuando la persona actúa de forma impulsiva y deja de filtrar la información, se generan situaciones incomodas o tensas, pudiendo hacer daño a los demás al no medir el impacto de las propias palabras. En estos casos, cuando se tiende a confundir la propia opinión con la verdad absoluta, se está cayendo en un estilo comunicativo agresivo y "sincericida", expresándose de manera firme y buscando imponer la propia opinión. Si bien esto puede ser una estrategia eficaz para poner límites de manera inmediata, con el tiempo suele deteriorar las relaciones.
- Pasivo: a veces, el miedo a resultar agresivo y dañar a los demás puede llevar a evitar los conflictos, expresando la propia opinión de forma tímida o, incluso, guardándosela para sí mismo. Este estilo de comunicación se conoce como pasivo. Es cierto que, en ocasiones, es importante esquivar ciertos temas de conversación conflictivos, optar por posponer una conversación u obviar ciertos comentarios hirientes, a fin de no agravar la situación de tensión. Sin embargo, aunque a corto plazo puede resultar una postura cómoda, si no se aplica correctamente, con el tiempo suele generar frustración y dificulta (o, incluso, impide) que los demás valoren las necesidades del otro.
- Pasivo-agresivo: además, el evitar abordar abiertamente los sentimientos negativos puede llevar a expresarlos de una forma indirecta: estamos hablando del estilo de comunicación pasivo-agresivo. En estos casos, la persona tiene una motivación hostil (incomprensión y resentimiento) e intenta agredir a la otra persona de manera oculta, cayendo en conductas que no sólo no contribuyen a solucionar el problema, sino que lo agravan. Algunos de estos comportamientos son lanzar puyas, aplicar la ley de hielo, parecer insensible al sentirse contrariado o mostrar contradicciones entre lo que dice y lo que hace (p. ej., aceptar alargar un plazo de entrega, pero expresar ira cuando el plazo no se ha cumplido).
"Diferencia clave: la comunicación asertiva busca entendimiento mutuo y acuerdos respetuosos para ambas partes"
Siete técnicas de comunicación asertiva.
A continuación, te explicamos varias técnicas de comunicación asertiva que te ayudarán a transmitir resolver conflictos y transmitir tu mensaje de forma respetuosa y efectiva:
- Disco rayado: Repetir el mismo punto de vista con firmeza y tranquilidad, sin entrar en provocaciones o ceder ante la presión o la manipulación.
P. ej.: "Entiendo que es importante para ti, pero no puedo hacerlo". - Claudicación simulada (o banco de niebla): Dar la razón al otro en aquello en lo que pueda haber de cierto en sus críticas, pero sin comprometer los propios valores o necesidades.
P. ej.: "Tienes razón, me he equivocado, pero eso no quita que estoy haciendo muchas más cosas de las que puedo abarcar". - Procesamiento del cambio: No caer en provocaciones y desplazar el foco de la discusión, analizando lo que está ocurriendo en la propia interacción.
P. ej.: "Estamos los dos enfadados y estamos empezando a sacar los trapos sucios. Quizás esto no es tan importante como para hacernos daño mutuamente, ¿no crees?". - Aplazamiento asertivo: Aplazar la respuesta hasta que se pueda afrontar la conversación con serenidad, pudiendo responder adecuadamente.
P. ej.: "Éste tema es problemático para nosotros y estamos entrando en bucle, creo que deberíamos hablarlo después, cuando estemos más calmados". - Autorrevelación: Proporcionar información sobre lo que uno siente o piensa.
P. ej.: "Me duele haberte hecho daño". - Pregunta asertiva: Solicitar más información, a fin de clarificar a qué se refiere exactamente y qué necesita la otra persona.
P. ej.: "Cuando me dices que no te ayudo en las cosas de casa, ¿a qué te refieres exactamente?". - Elogio positivo: Expresar aprecio y/o reconocimiento hacia la otra persona antes de plantear su opinión, necesidades o malestar.
P. ej.: "Sé que te esfuerzas porque esté a gusto, pero no es necesario que te preocupes por todos los detalles".
Los cuatro tipos de comunicación asertiva.
Si bien es habitual hablar de la comunicación asertiva como un estilo comunicativo específico, lo cierto es que, dependiendo de la situación, es recomendable adaptar la forma de expresar el mensaje a transmitir. Por ello, se ha diferenciado entre cuatro estilos de comunicación asertiva:
| Tipo | Objetivo | Cuándo usarla | Foco de riesgo | Ejemplo |
|---|---|---|---|---|
| Directa | Expresar un sentimiento, deseo, necesidad o derecho. | Resolver rápido y evitar malentendidos. | Brusquedad si descuidamos el tono. | “Me parece que tu comentario no ha sido acertado.” |
| Empática | Defender ideas y necesidades respetando las de la otra persona. | Fomentar entendimiento y fortalecer la relación. | Validar en exceso y perder el objetivo. | “Entiendo que no lo has dicho con mala intención, pero ha sido inapropiado.” |
| Asertiva o confrontativa | Reafirmar postura y límites. | Cuando no se respetan derechos o límites. | Activar defensas y dificultar el diálogo si falta respeto. | “Tu comentario me ha hecho daño. Por favor, no vuelvas a decir algo así.” |
| Negativa | Rechazar una petición/crítica o retractarse. | Cuando necesitas decir no. | Caer en justificación o culpa. | “Gracias por confiar en mí, pero prefiero no opinar sobre esto.” |
Ejemplos sobre los beneficios de la comunicación asertiva.
A continuación, se exponen varios ejemplos de situaciones que, con ayuda de la asertividad, se puede aprender a expresar de forma clara y directa, a la par que respetuosa:
- Expresar lo que se siente con seguridad, facilitando mostrar desacuerdos, sin que hacer que la otra persona se sienta juzgada: "Tu propuesta es interesante y la voy a tener en cuenta de cara al futuro, pero, ahora, voy a hacerlo tal y como lo había planteado inicialmente".
- Evitar malentendidos, fruto de suavizar el mensaje: "Me gustaría que entregaras los informes a tiempo" resulta mucho más claro que "Me gustaría que fueras más responsable".
- Hacer peticiones: "¿Podrías ayudarme con esto? Estoy con muchas cosas a la vez y no llego a todo, me harías un favor".
- Hacer críticas o solicitar un cambio de aquello que no gusta o molesta: "Cuando me dices que te pido ayuda para todo, me hace sentir una inútil. Entiendo que lo dices para desahogarte y porque estás sobrecargado. Intentaré hacer las cosas sin consultarte tanto, pero, por favor, no me lo digas de esa manera, prefiero que me digas que no me puedes ayudar ahora".
- Reconocer la propia responsabilidad, sin culpabilizarse: "Sé que he cometido un error. Vamos a intentar centrarnos en encontrar una solución, en lugar de discutir entre nosotros".
- Establecer límites y defender los propios derechos, sin necesidad de entrar en discusiones: "Entiendo que esto es importante para ti. Puedo ayudarte, pero sólo dispongo de veinte minutos".
- Decir "no" y/o permitirse retractarse, priorizando las propias necesidades sin resultar agresivo: "Sé que te dije que saldríamos el viernes, pero estoy muy cansado y así creo que no vamos a disfrutar del plan ninguno de los dos. ¿Podríamos vernos en otro momento, por favor?".
- Aumentar la colaboración, sin caer en la autojustificación o responsabilizarse de los problemas ajenos: "Necesito que hagas esta tarea. Intenta ir haciéndola por tu cuenta y, si tienes alguna duda, me dices".
- Hacer cumplidos o formular elogios: "Me siento muy orgulloso de lo que has conseguido, es todo fruto de tu esfuerzo".
- Mejorar las relaciones interpersonales: "Ya sé que me lo dices con cariño, pero no me gusta que me llamen así, me hace sentirme mal conmigo mismo".
- Aumentar la autoestima, sintiéndose tenido en cuenta: "Te agradezco que me hayas tenido en cuenta, pero, al no haberme avisado con tiempo, no voy a poder ir".
Cuándo pedir ayuda profesional
Si, aun aplicando estas pautas de comunicación asertiva, aparecen miedo, culpa o la sensación de “ser egoísta” por expresar lo que sientes, la terapia psicológica puede ayudarte a comunicarte con seguridad, poner límites sanos y mejorar tus relaciones. En El Prado Psicólogos trabajamos con un enfoque personalizado, integrando herramientas basadas en la evidencia y adaptándonos a tu contexto (terapia presencial en Madrid y psicología online para quienes están fuera).
Precios, primera entrevista informativa y contacto
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Primera entrevista informativa gratuita: te ofrecemos una primera toma de contacto (teléfono o videollamada breve) para orientar tu caso y recomendarte el/la profesional más adecuado/a.
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También atendemos online, con la misma calidad y confidencialidad, para que la terapia se adapte a ti.
Preguntas frecuentes (FAQ)
1) ¿La asertividad es “decir las cosas sin filtros”?
No. Comunicación asertiva significa decir lo importante con respeto y claridad, eligiendo momento, lugar y palabras. No se trata de “tener razón”, sino de expresarte y buscar entendimiento mutuo.2) ¿Puedo ser asertivo/a sin parecer agresivo/a?
Sí. Usar primera persona, describir hechos y proponer cambios concretos evita la agresividad y facilita acuerdos.3) ¿Y si la otra persona responde con hostilidad?
Aplica disco rayado o aplazamiento asertivo y, si es necesario, reafirma límites con el tipo “asertivo o confrontativo”, siempre desde el respeto.4) ¿La asertividad sirve en el trabajo y en casa?
Sí. Es útil en equipos, pareja, familia y amistades: reduce malentendidos, mejora la colaboración y protege tu autoestima5) ¿Cómo empiezo a entrenarla?
Elige una situación pequeña, escribe tu mensaje en primera persona, añade consecuencia y propuesta concreta, y agradece la escucha. Practica técnicas como pregunta asertiva o elogio positivo.Conclusión: cómo integrar la comunicación asertiva en tu día a día
La comunicación asertiva no es un rasgo fijo, sino una competencia entrenable que te permite expresar lo que sientes y necesitas sin herir ni anular al otro. Con práctica y guía profesional, se convierte en una herramienta poderosa para cuidar tus relaciones, tu tiempo y tu autoestima. Si quieres que te acompañemos en este proceso, en El Prado Psicólogos te ofrecemos una atención cercana y personalizada, presencial u online.
Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
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