


Apego Ansioso-Ambivalente: Qué es, causas, síntomas y tratamiento psicológico.
"La tendencia a agarrarse a un clavo ardiendo" El apego ansioso-ambivalente es un estilo de apego inseguro caracterizado por el miedo al abandono, la necesidad de aprobación constante y la dificultad para regular las emociones. En este artículo exploramos sus causas, síntomas y cómo puede abordarse en terapia psicológica desde El Prado Psicólogos. ¿Qué es el Apego Ansioso? Creemos que la mejor manera de definir el apego ansioso es exponiendo testimonios reales característicos de personas con apego ansioso, lo cual ayudará a su identificación: "Me da miedo mostrar mis emociones a los demás por si no responden como yo necesito". "Me cuesta confiar porque podrían hacerme daño, siento que no mis parejas no me valoran como yo a ellas, que son reacios a unirse a mí tanto como yo quisiera". "Quiero intimidad emocional completa, pero los demás no se acercan como a mí me gustaría ni se entregan como yo lo hago". "Me siento incompleto y me da miedo quedarme solo, por eso nunca estoy soltero y voy de relación en relación". "Reflexionando me he dado cuenta de que necesito unirme completamente a la otra persona y esto parece ahuyentar a la gente". "Tiendo a adaptarme mucho a los gustos y necesidades de la otra persona para que no me abandone". "Frecuentemente estoy preocupado porque temo que mis parejas no me amen totalmente o no deseen estar conmigo". "Siempre estoy buscando que la otra persona me reafirme lo que siente por mí, quizás puedo resultar un poco intensa". "Cuando tarda en responderme o noto su voz algo diferente mi cabeza comienza a hacerse un montón de preguntas como: '¿me estará dejando?', '¿habré hecho algo mal?'. Supongo que llevo mal la incertidumbre". "Me da mucho miedo que mi pareja me deje, sé que no está bien, pero, a veces, le cotilleo su móvil para asegurarme de que no está hablando con otras mujeres". "Si prefiere quedar con sus amigos en lugar de verme hoy 'otra vez' a mí, no sé para qué estamos juntos. ¿Por qué no quiere estar conmigo?, ¿qué he hecho para que no me quiera?". "Cuando estamos solos en casa y él se pone a hacer sus cosas solo, siento que me está ignorando, como si yo no fuera importante para él". Estas frases reflejan el núcleo emocional de este tipo de apego: ansiedad, necesidad de aprobación y temor a la pérdida.
El apego evitativo inseguro: "poner la venda antes de la herida"
Para entender qué es el apego evitativo es necesario saber identificar los pensamientos y comportamientos más característicos de las personas que lo tienen y que podemos recoger en los siguientes testimonios: "Estoy algo incómodo en las relaciones íntimas con los demás. De hecho, estoy nervioso cuando alguien intima demasiado conmigo y tiendo a poner distancia y alejarme". "Se podría decir que no necesito a los demás. Tampoco me permito depender de ellos". "He tenido varias parejas que querían que yo intimara más, pero me es difícil confiar plenamente". "Me han dicho que resulto inaccesible, que soy como 'el hombre de la armadura oxidada'". "Yo prefiero no depender de nadie y que nadie dependa de mí". "La gente es demasiado sensible y le encanta hablar de sus intimidades. No le veo el sentido a estar recreándose en las emociones, no hace falta llorar o decir ñoñerías, eso es de débiles". "Las emociones son una carga más que una necesidad, hay que tenerlas controladas". "Pocas cosas me preocupan y si lo hacen tengo facilidad para no pensar en ellas: todo está bien a mi alrededor, no tengo problemas". "Yo estaba tranquilo, pero viene éste con el cuento y, claro, me estreso y me enfado. Si no fuera por su culpa yo estaría tan tranquilo" "Las personas con apego evitativo tienden a mostrar distancia emocional, evitando mantener vínculos estrechos, pues esto les hace sentirse dependientes y, por ende, vulnerables a un afecto que —según su experiencia— no ha sido igualmente correspondido".
Cómo superar un aborto espontáneo
Si has sufrido un aborto y estás intentando superarlo sigue leyendo. Perder un embarazo deseado es una de las experiencias más difíciles que puede vivir una mujer, sobre todo cuando se trata de una gestación avanzada. Después del primer mes de una pérdida gestacional el organismo suele recuperarse casi completamente después de un aborto, pero las heridas emocionales tardan mucho más en cicatrizar. De hecho, para muchas mujeres es una etapa particularmente complicada ya que empiezan a sentirse culpables por lo sucedido y pueden experimentar un gran vacío emocional y una marcada tristeza, que en ocasiones puede evolucionar a una depresión. Desgraciadamente, entre el 10% y el 20% de los embarazos culminan en un aborto espontáneo alrededor de la semana 22. Sin embargo, no todas las mujeres enfrentan el aborto de la misma forma, ya que depende de cuán ilusionada estaba con la llegada del bebé, de los recursos emocionales para lidiar con la pérdida y del apoyo que reciba de su pareja y las personas cercanas. No obstante, la mayoría suele atravesar por una etapa de duelo, que puede ser más o menos corta según el impacto emocional que haya ocasionado la pérdida del bebé.
Epilepsia: aprende a vivir con este trastorno
Si sufres epilepsia, debes saber que no estás solo/a. Se estima que 8 de cada 1.000 personas padecen epilepsia. Solo en España se diagnostica una media de 20.000 casos nuevos cada año. De hecho, la epilepsia es el segundo trastorno neurológico más frecuente después de las cefaleas. Esta patología puede aparecer en cualquier momento de la vida, aunque es más frecuente en la infancia y la tercera edad. Su diagnóstico puede generar miedo e inseguridad, pero debes saber que la mayoría de las personas con epilepsia llevan una vida normal. Solo necesitas aprender a convivir con este trastorno. En El Prado Psicólogos podemos ayudarte.
Rabietas infantiles: cómo ayudar a los niños a calmarse
Hoy vamos a dedicar unos minutos a una de las conductas más frecuentes y necesarias en el desarrollo de un niño, las "rabietas". En adelante, entrecomillaremos dicha palabra y es que no es un término que debamos utilizar de forma automática por la connotación negativa asociada, resultando culpabilizante y avergonzante.
Conoce las señales de alerta para ir al psicólogo
Tomar la decisión de ir al psicólogo no siempre es sencillo. A veces, se deposita la esperanza de mejora del estado anímico en el cambio de circunstancias. Otras veces, los estigmas sociales y los miedos personales son los que dificultan la decisión. Independientemente del caso, el desconocimiento de la importancia del malestar y de la dificultad de salir por uno mismo de él es lo que retrasa o impide la toma de decisión. Por ello, en esta entrada se proporcionan las claves para saber cuándo y cómo es recomendable recibir atención psicológica.
Autocuidado emocional y personal
¿Qué es el autocuidado? El autocuidado (o el cuidado de sí mismo) es la forma más sencilla -y, a la vez, compleja- de mantener la salud personal y prevenir el malestar. Es un término que hace alusión al conjunto de acciones destinadas a cubrir las necesidades personales a nivel emocional, espiritual, mental, físico y social. Dichas acciones pueden estar dirigidas tanto hacia sí mismo como el propio entorno, pues se busca regular cualquier factor que afecte al propio funcionamiento o desarrollo de la salud y el bienestar. "El autocuidado es una necesidad humana, pues tiene como objetivo mantener la salud y el bienestar personal en la interacción con el entorno". En 1969, la enfermera Dorothea E. Orem introdujo este concepto explicando que, para tener un autocuidado, han de fijarse una serie de objetivos siendo, por lo tanto, acciones deliberadas que requieren de un aprendizaje (normalmente espontáneo). Esto significa que, cuando una persona no lleva a cabo estas acciones, se debe a una limitación (falta de tiempo, deterioro de la salud física o emocional) o desconocimiento (es decir, que no se ha integrado el autocuidado en el propio sistema de valores o creencias), lo que produce una situación de vulnerabilidad.
La depresión sonriente o depresión funcional
Cuando se piensa en una persona feliz, lo habitual es imaginarse a alguien que siempre tiene una palabra de aliento para los demás y que cuenta con una vida social activa, con muchas aficiones e incluso pareja y éxito laboral. Pero, ¿puede esconderse una depresión tras dichos comportamientos? La respuesta es sí, hablamos de la depresión sonriente o depresión funcional o altamente funcional. La depresión puede manifestarse de formas muy diferentes. Normalmente, las personas con depresión suelen mostrarse apáticas y negativas, dejando de lado numerosas actividades y a sus amistades. No obstante, existen muchas personas que, aún padeciendo depresión, continúan con su rutina diaria, manteniendo sus contactos sociales e incluso un importante ritmo laboral que les lleva a tener un gran éxito profesional. Este es el caso del reconocido actor Robin Williams o de Miss EE.UU. 2019 (Cheslie Kryst), personas de reconocido éxito social y laboral que se suicidaron de manera sorpresiva.
Gaslighting o Luz de gas: la manipulación como maltrato invisible
¿Qué es Gaslighting o Luz de Gas? Gaslighting es un anglicismo cuyo equivalente en español es "hacer luz de gas". Es una técnica de manipulación psicológica difícil de detectar, pues es la propia víctima quien termina desconfiando de su propio criterio y recuerdos. Esto se consigue a través de una prolongada labor de descrédito hacia las percepciones y los recuerdos de la víctima. Algunas de las estrategias empleadas para cambiar o destruir la percepción de la realidad de la víctima son la negación, el engaño, la mentira, la descalificación de sus percepciones o criterios y la invalidación emocional de sus sentimientos. "El Gaslighting puede aparecer acompañado de otras formas de maltrato, pero, cuando esto no es así, resulta más difícil de identificar: ¿quién no confiaría en el juicio de alguien tan seguro de sí mismo y que, supuestamente, le quiere y desea ayudarle a mejorar?". El objetivo último de esta manipulación psicológica es obtener poder sobre víctima, a fin de controlarla emocional, física o económicamente a través de la dependencia generada a consecuencia de la inseguridad creada. Ya sea realizada consciente o inconscientemente por el agresor, motivada para cubrir sus inseguridades o satisfacer sus deseos de una manera egoísta, es una forma de violencia psicológica debido a las estrategias agresivas y faltas de nobleza empleadas, a pesar de su sutileza y aparecer disfrazadas de buenas intenciones. Todo ello genera un desgaste emocional en la víctima con importantes consecuencias a nivel psicológico como, por ejemplo, creer que se está volviendo loca. De hecho, este término proviene de una obra de teatro de Patrick Hamilton, que se popularizó tras su llegada al cine en 1944 con la película homónima: Gaslight (en España, Luz que Agoniza). La película relata la historia de un hombre que manipula la realidad de su mujer con el propósito de que crea que está desarrollando un trastorno mental y poder quedarse con su fortuna. El título proviene, precisamente, de una de las acciones de manipulación de su marido: atenuar la luz de gas de la casa y, cuando ella refiere notar menos luz, hacerle creer que sigue siendo la misma de antes y que ella se lo está imaginando.
Contacto cero con tu expareja: El muro como defensa
Durante los últimos años ha habido un encendido debate sobre el contacto cero, pues su aplicación ha generado una gran controversia (p. ej. sobre si se trata de una decisión un tanto radical) y dudas éticas sobre su uso (p. ej. si es efectiva para recuperar a la expareja). Por ello, en el presente post, se detallará cuándo es conveniente aplicarlo y cómo hacerlo a fin de garantizar el bienestar psicológico. Qué es y cómo aplicar el contacto cero. El contacto cero es una estrategia que consiste en cortar cualquier tipo de comunicación con una o varias personas dañinas o tóxicas (a pesar del cariño, ambas personas sufren y desarrollan conductas inadecuadas en la relación). Es, por lo tanto, válida en la relaciones de pareja, familia, amistad y trabajo. Pero, ¿qué puede llevar a necesitar alejarse de una forma tan radical? El objetivo es obtener un periodo de calma y respetar el duelo que supone la decisión sin interferencias. Reencontrarse a uno mismo y recuperarse de ciertas dinámicas dañinas, así como protegerse de contactos tóxicos (reproches, chantajes emocionales, intentos de retomar la relación sin respetar la decisión, etc.).