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Las técnicas de relajación son una herramienta de autoayuda muy útil para cualquier persona, en especial para quienes tienen problemas para dormir bien o sufren estrés y ansiedad.
Y es que vivimos cada vez más deprisa. Tenemos muchas obligaciones, distintos horarios, fechas límite que cumplir, compromisos sociales… Esas situaciones pueden conducir a un incremento temporal o sostenido del estrés.
O quizá las preocupaciones no te dejan dormir y te producen irritabilidad y ansiedad. En cualquier caso, las técnicas de relajación te ayudarán a salir de ese bucle y recuperar el equilibrio y la tranquilidad en tu vida.
Relajarse significa alcanzar un estado de reposo físico y psicológico, dejando los músculos en completo abandono y la mente libre de toda preocupación.
Cuando te relajas, descansas, no solo a nivel corporal sino también mental. Al tranquilizarte, logras ver las preocupaciones y los problemas con más perspectiva. Las soluciones llegan cuando te relajas y respiras.
Los ejercicios de relajación son fáciles de aprender y sus beneficios se extienden tanto a los adultos como a los niños. Una vez que las aprendes, son un recurso que tendrás a tu disposición toda la vida.
Las técnicas más utilizadas en Psicología para alcanzar un estado de relajación mental son:
Relajación muscular progresiva. Dado que la ansiedad suele acompañarse de una tensión muscular involuntaria, al aprender a relajar esa tensión también aliviarás el estrés. Esta técnica se centra en suprimir progresivamente todas las tensiones musculares tensando y relajando una serie de grupos musculares mientras respiras pausadamente.
Relajación autógena. Esta técnica produce un estado de relajación a través de una serie de sugestiones. Consta de seis ejercicios que hacen un recorrido por diferentes sensaciones corporales, como la sensación de pesadez y calor en brazos y piernas, el latido del corazón, el ritmo de la respiración, el calor abdominal y la frescura en la cabeza.
Técnicas de respiración. Existen numerosas técnicas de respiración, aunque todas tienen un objetivo: ayudarte a respirar de manera profunda para que logres un estado de tranquilidad. Estas técnicas son muy eficaces pues en menos de diez minutos el resto de las funciones fisiológicas, como el ritmo cardíaco, se armonizan con el ritmo respiratorio. De hecho, generan una activación del sistema nervioso parasimpático, el cual provoca un estado de descanso y relajación.
Técnicas de visualización. Estas técnicas recurren a la imaginación como una herramienta para provocar un estado de calma y relajación. Visualizando mentalmente un espacio que asocies con una sensación de tranquilidad, como puede ser un prado verde o las olas del mar, podrás dejar ir las emociones que te afectan o incluso aliviar el dolor.
Mindfulness o conciencia plena. El mindfulness es un estado mental que implica una atención plena, significa estar plenamente presentes en el aquí y ahora. Esta técnica se originó en la práctica de la meditación zen, pero la Psicología la ha adaptado para ayudar a las personas a gestionar las emociones y tratar el estrés y la ansiedad.
Hipnosis y autohipnosis. La hipnosis genera un estado de focalización sensorial en el que te concentras en tus vivencias internas, conservando al mismo tiempo el control y la conciencia sobre ti. Cuando entras en ese estado alterado de conciencia eres más sugestionable, por lo que los mensajes reconfortantes propician rápidamente la relajación. Lo mejor es que si aprendes autohipnosis, podrás utilizar tú mismo/a las sugestiones hipnóticas para calmarte.
Coherencia cardíaca. ¿Sabías que el tiempo entre un latido del corazón y otro varía? Cuando estás estresado/a, enfadado/a o ansioso/a, esa variación aumenta y se vuelve más irregular. A la larga, esa falta de coherencia se convierte en un factor de riesgo para sufrir un infarto. Con esta técnica aprenderás cómo responde tu corazón al estrés y, sobre todo, lo entrenarás para que lata de manera más regular y no experimente esos vaivenes descontrolados. Para facilitar la coherencia cardiaca se combinan técnicas de respiración con la sensación de calor y expansión del pecho.
Aprender a relajarse por uno mismo es fundamental, sobre todo si sufres un problema de ansiedad, estrés, o dolor crónico. En El Prado Psicólogos te enseñaremos a relajarte en pocas sesiones.
Además, en nuestras terapias utilizamos la relajación como una herramienta más, de manera que podrás dominar técnicas sencillas para aplicar en tu día a día. Los beneficios de dedicar unos minutos al día a esta práctica son tantos que merece la pena incluirla en tu rutina cotidiana.
Los beneficios que obtendrás al aprender relajación son:
Disminuye la presión sanguínea. Las técnicas de relajación son una excelente herramienta para reducir la presión arterial. Un análisis de 107 estudios concluyó que los programas de relajación y meditación producen una disminución significativa de la presión sanguínea, además de mejorar otros factores de riesgo relacionados con las enfermedades cardiovasculares.
Alivia la tensión muscular. Aunque no te des cuenta, las preocupaciones del día a día provocan una enorme tensión muscular que no solo incrementa la ansiedad sino que también aumenta el riesgo de sufrir contracturas. Con las técnicas de relajación podrás aliviar esa tensión y sentirte mucho más relajado/a.
Mejora la concentración. La mente suele ser como una hoja movida por el viento de los pensamientos y preocupaciones que soplan desde el pasado o el futuro. A veces ese divagar puede llegar a ser agotador, tanto desde el punto de vista mental como físico. Además, si esos pensamientos compiten por tu atención, estarás permanentemente distraído/a. Las técnicas de relajación, en especial el mindfulness y la visualización, entrenan la mente para que se enfoque en una actividad, de manera que podrás estar más centrado/a.
Reduce el enfado, la frustración y el estrés. Los ejercicios de relajación no solo reducen el estrés y la ansiedad sino que también alivian las emociones desagradables como la frustración o la ira. Al cambiar el foco y dejar ir los pensamientos que te alteran, dejas de aferrarte a las emociones negativas que estos generan y entras en un estado de paz y tranquilidad.
Estimula la creatividad. Cuando te relajas, las ideas fluyen con mayor libertad y puedes crear. Un experimento realizado en la Universidad de Leiden, por ejemplo, corroboró que las técnicas de relajación y meditación tienen efectos distintos en la creatividad, potenciando el pensamiento convergente o divergente. El mindfulness en particular estimula el pensamiento divergente, haciendo que seas más receptivo/a a todas las posibilidades, lo cual estimula la generación de nuevas ideas.
Alivia el dolor. Las técnicas de relajación son una herramienta eficaz para combatir el dolor causado por diferentes problemas de salud. Un estudio realizado en la Universidad Estatal Wayne comprobó que un entrenamiento en relajación de apenas cuatro semanas contribuye a aliviar el dolor de cabeza crónico. De hecho, los ejercicios de relajación también se usan para aliviar los dolores de parto, reducir el dolor postoperatorio y calmar el dolor provocado por enfermedades como la artritis reumatoide y la fibromialgia.
Las dificultades entre los compañeros de trabajo, el estrés debido a situaciones concretas o los plazos de entrega muy ajustados son problemas puntuales que pueden ser resueltos gracias a la relajación.
En El Prado Psicólogos te ofrecemos desde programas completos dirigidos a grupos de trabajo hasta cursos personalizados para empresas.
¿Sus beneficios?
Mejora la relación entre los empleados. Si todos están relajados, las fricciones causadas por la irritación y el estrés disminuirán, lo cual contribuirá a generar un ambiente laboral mucho más agradable.
Reduce las bajas laborales. ¿Sabías que los problemas emocionales como la depresión y la ansiedad son una de las principales causas de baja laboral en España? Cuidar la salud mental de los empleados a través de programas de relajación contribuirá a disminuir las bajas por esta causa.
Incrementa la productividad. Las técnicas de relajación y mindfulness mejoran la capacidad de concentración, lo cual disminuye los errores e incrementa la productividad.
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