TDAH o Déficit de atención en adultos: 10 preguntas y respuestas
Reproducir este artículo
Los adultos con déficit de atención se pueden identificar porque:
- Hablan mucho y parecen tener una gran energía.
- Son impacientes.
- Suelen cometer más errores que la media.
- Comienzan los proyectos con mucha energía pero les cuesta terminarlos.
- Cuando están sentados, suelen juguetear con algún objeto que tengan en la mano o mueven nerviosamente los pies.
- Se aburren con facilidad, por lo que cambian de una tarea a otra constantemente.
- Son catalogados como olvidadizos y distraidos
2. ¿La hiperactividad en el adulto va siempre ligada al déficit atencional?
En el ámbito clínico se hace una diferenciación. Se puede hallar el Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH), que a su vez está compuesto por tres subtipos: predominantemente inatento, predominantemente hiperactivo-impulsivo o combinado, en cuyo caso el déficit de atención coexiste con la hiperactividad y la impulsividad.
El tipo inatento presenta dificultades para concentrarse pues se distrae fácilmente. Sin embargo, en este caso no se aprecia ese exceso de actividad, el niño o la persona que lo padece puede estar sentado tranquilamente pero su mente se halla en otra parte, está distraído, por lo que comete errores con facilidad. Se estima que este subtipo representa el 30% de los casos de TDAH.
En el tipo predominantemente hiperactivo-impulsivo lo que predomina es la actividad, el niño o la persona no se está quieto, interrumpe constantemente, responde de manera precipitada y actúa impulsivamente. El problema es que ese exceso de actividad normalmente también afecta la capacidad atencional.
Esto quiere decir que el TDAH puede variar según el grado de hiperactividad e impulsividad, pero normalmente existe un problema atencional en la base
3. ¿Hay alguna relación entre la hiperactividad en adultos y los trastornos de ansiedad?
La ansiedad no causa hiperactividad, si bien ambos trastornos pueden coexistir.
Se estima que entre el 20-40% de los niños y adolescentes con TDAH y la mitad de los adultos también sufren un trastorno de ansiedad.
De la misma manera, el TDAH puede empeorar la ansiedad. La preocupación por los síntomas y los problemas que acarrea el este trastorno pueden generar un gran estrés que termine desbordando los recursos psicológicos de la persona y da pie a la aparición de un trastorno de ansiedad.
4. ¿Es importante que el entorno familiar y laboral conozcan que la persona presenta un déficit atencional? ¿Cómo pueden ayudar?
El TDAH es un trastorno, por lo que es importante que la persona que lo padece encuentre la ayuda que necesita en el medio donde se desenvuelve. De hecho, en la niñez es fundamental que los padres propicien un entorno bien estructurado en el hogar y sepan lidiar asertivamente con las situaciones que se pueden generar a raíz de este problema. Lo mismo ocurre en la adultez, sobre todo en las relaciones de pareja.
El ámbito laboral no es diferente. De hecho, a menudo los jóvenes con TDAH o TDA tienen dificultades para acceder al mercado laboral, generalmente por falta de formación o competencias profesionales ya que este trastorno aumenta el riesgo de fracaso escolar.
No obstante, las personas adultas con déficit de atención pueden realizar muy bien su trabajo cuando están motivadas y su capacidad de respuesta es muy rápida. Suelen ser personas con una gran creatividad y extrovertidas, por lo que lo importante es que encuentren un trabajo en el que puedan encajar, que les motive y en el cual desarrollar sus cualidades y aptitudes.
En sentido general, para ayudar a alguien con TDAH es fundamental ser muy comprensivos y empáticos. También es importante demostrarle que se valora su esfuerzo y, siempre que sea posible, crear un entorno que le facilite la consecución de los objetivos.
5. ¿Cómo afecta esta condición a la vida de quien la padece?
El déficit atencional tiene profundas repercusiones en la vida de la persona adulta. Por ejemplo, se ha apreciado que los adultos con TDAH son más propensos a sufrir accidentes de tráfico ya que suelen desarrollar una conducción temeraria y también tienen una menor estabilidad laboral, sobre todo debido a su impulsividad. Además, son más propensos a recurrir al abuso de sustancias. También les resulta más difícil mantener una relación de pareja estable y suelen caer en comportamientos sexuales de riesgo. De hecho, estas personas suelen divorciarse dos veces más que la media.
6. ¿Tienen las personas hiperactivas una mayor tendencia a la apatía o la insatisfacción?
A pesar de que la hiperactividad se relaciona con un exceso de energía, muchas de las personas que sufren TDAH también pueden manifestar dificultades motivacionales causadas por su escaso rendimiento.
Es probable que esa apatía esté generada por el hecho de que la persona con TDAH se aburre fácilmente, por lo que le resulta difícil mantener la motivación intrínseca necesaria para llevar a buen puerto sus proyectos.
7. ¿La hiperactividad es, a nivel cotidiano, es banalizada?
Muchos de los trastornos psicológicos son banalizados, entre ellos la depresión, la ansiedad y, por supuesto, el trastorno por déficit de atención. El problema es que aún persiste la idea popular de que muchos de estos trastornos dependen de la fuerza de voluntad, no se comprende que existe una base fisiológica..
Por otra parte, muchas personas no son plenamente conscientes de las consecuencias que puede tener el TDAH, primero para el niño y luego para el adulto, piensan que se trata solo de un problema que se resuelve prestando más atención. Desde esta perspectiva, aún queda mucho camino por andar, incluso en los centros escolares, donde a menudo se cataloga erroneamente a estos niños como perezosos o gamberros.
8. ¿Puede eliminarse la hiperactividad o es una condición de por vida?
Si asumimos que el TDAH es un problema con una base neurobiológica en la que existe una alteración que afecta la maduración de algunas zonas cerebrales, podemos comprender que no se “cura”, en el sentido literal del término. Sin embargo, muchas personas logran desarrollar estrategias que les permiten lidiar con los síntomas, de manera que estos no representan una limitación en su vida cotidiana. La buena noticia es que, entre todos los trastornos psicológicos, el TDAH presenta un buen pronóstico. Se estima que solo el 20% de los niños hiperactivos sigue sufriendo síntomas muy intensos en la edad adulta.
9. ¿Cual es el porcenjate aproximado de prevalencia de la hiperactividad en adultos?¿Cuántos de ellos reciben tratamiento psicológico?
Según el DSM5, la incidencia del TDAH en adultos es del 2,5%, aunque es difícil hacer referencia a datos precisos ya que muchos adultos con hiperactividad nunca han sido diagnosticados. De hecho, a menudo reciben el diagnóstico cuando llevan a sus hijos a la consulta y se indaga en los antecedentes familiares. El problema es que este trastorno tiene hasta un 75% de componente genético.
Aún así, es mucho más fácil diagnosticar el TDAH en un adulto ya que se puede analizar toda su vida en retrospectiva, mientras que en la niñez, las características propias de la infancia dificultan el diagnóstico a una edad temprana.
10. ¿Cómo puede mejorar la vida de una persona hiperactiva con terapia psicológica?
Cuando se realiza el diagnóstico de TDAH y se ofrece un tratamiento adecuado, las probabilidades de que estas personas mejoren son muy buenas. En el caso de los niños, se estima que 2/3 de ellos logra llevar una vida normal con la combinación de tratamiento psicoeducativo y farmacológico, aunque este último no es necesario en todos los casos, solo en los más graves. En los adultos con déficit de atención la terapia también tiene beneficios, pero qué duda cabe, que si detectamos el problema cuanto antes podremos evitar y prevenir muchos de los problemas futuros en la etapa adulta.
En el curso de la terapia se enseñan técnicas para que esa persona cambie algunos de los hábitos que están alimentando el trastorno por déficit de atención. También se le enseña a gestionar mejor su tiempo y controlar la impulsividad, así como a centrar su atención.
Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
{{user}}
{{body}}
{{user}}
{{body}}
Se el primero en comentar
{{/.}}