La familia tóxica: características, tipos, consecuencias y qué hacer ante una familia tóxica.
¿Cómo saber si tengo una familia tóxica?
Las familias tóxicas son familias disfuncionales donde los miembros no se encuentran seguros. Es decir, el hecho de haber crecido en ellas, o tener que permanecer cerca una vez la persona se ha hecho adulta, perjudica gravemente la estabilidad emocional y bienestar de la persona. Es difícil definir cómo es una familia tóxica, porque los problemas familiares puede venir de muchas fuentes dentro de la misma familia. Como decía Leon Tolstoi en su famosa frase: "Todas las familias felices se parecen, pero cada familia infeliz lo es a su manera“
Para saber si tenemos una familia tóxica, lo primero es reflexionar sobre cómo nos sentimos cuando pensamos en nuestra familia: Si nos hace sentirnos respaldados y tenemos el convencimiento de que nos van a apoyar y ayudar cuando lo necesitemos, aunque no compartan nuestras decisiones, probablemente nuestra familia esté mas cerca de ser funcional. Por otro lado, si cuando pensamos en nuestra familia sentimos que no formamos parte de ella, o que no nos aceptan ni apoyan, incluso sentimos que nos dan más problemas que ayuda, deberíamos empezar a plantearnos que a lo mejor nuestra familia podría clasificarse como una familia disfuncional o tóxica.
Tipos de familias tóxicas
Como decíamos anteriormente, no hay un tipo concreto de familia tóxica. Si no que podríamos definir como tal a todas las familias que no permiten el desarrollo integro y libre de sus miembros. A continuación, ponemos una serie de ejemplos de características de las familias que pueden considerarse tóxicas:
- No hay una estructura en cuanto a educación, límites, afectividad, convivencia,horarios, y los conflictos entre los miembros de la familia son constantes, dando como resultado lo que solemos llamar como una familia desestructurada.
Hay parentalización: los hijos son los que se encargan del cuidado (físico y/o emocional) de los padres. Los roles están invertidos.
Alto grado de criticismo: la crítica siempre está presente en las relaciones entre los miembros.
No existe la comunicación.
Existencia de temas tabú que han tenido impacto en la familia y de los que nadie habla: enfermedades, muertes, suicidios…
Maltrato físico, psicológico o abuso sexual.
Adicción de alguno de los miembros de la familia
¿Qué hacer cuando tu familia es tóxica?
Muchas veces nos encontramos en terapia personas que llevan años lidiando con sus problemas familiares y que todavía están pagando las consecuencias de haber nacido y crecido en un hogar tóxico. Este tipo de paciente, aunque es consciente de la toxicidad de su entorno, tiene dificultades en el presente. En otras ocasiones, nos encontramos pacientes que están tan sumidos en la toxicidad familiar que han llegado a normalizarla y la consideran normal.
Vengamos del tipo de familia que vengamos, es muy importante saber que lo más importante es la estabilidad de la salud mental individual de la persona y su felicidad. A veces esta estabilidad se puede conseguir de la mano de la familia, estableciendo una serie de cambios, pero, a veces, la única solución es poner límites y alejarnos.
Si crees que tienes una familia tóxica que es, o ha sido, una fuente de sufrimiento en la actualidad piensa qué puedes hacer para mejorar tu relación para con ellos. Y, en el caso de que no puedas solo, pide ayuda profesional.
Cuando tu familia política es tóxica
¿Y qué hacer cuando tu familia política es tóxica? Otra de las situaciones posibles que nos podemos encontrar es que la familia de nuestra pareja no nos haga sentir bien o no nos trate de la manera más adecuada. En estos casos es muy importante la comunicación con nuestra pareja. Tenemos que hacerle saber cómo nos sentimos y qué necesitamos. También será muy importante que sintamos que nuestra pareja nos entiende y nos da prioridad respecto a su familia extensa poniéndoles límites. Si no sentimos que sea así, o sentimos que nuestra pareja los antepone a ellos, puede que esta situación vaya empeorando en el tiempo y vaya desgastando la pareja poco a poco.
Cuando nos unimos en pareja, el objetivo es formar un nuevo núcleo familiar. Este núcleo es, habitualmente, una negociación de las costumbres, proyectos y normas de los dos miembros y es importante que estén de acuerdo. Es importante que los límites de este nuevo núcleo estén claros y que den prioridad a los miembros de la nueva familia frente a la extensa.
Cómo alejarte de un familiar tóxico
Muchas veces este punto nos resulta muy difícil. Si este familiar tóxico es “relativamente lejano” podemos optar por relacionarnos con él lo menos posible. Reducir nuestros contactos a los imprescindibles: celebraciones, navidad… etc.
El problema viene cuando este familiar tóxico es cercano: una madre tóxica, un padre tóxico, un hermano… Normalmente, para más complicación, estas relaciones son muy ambivalentes: “Si me alejo me siento mejor, pero me siento muy culpable”. En estos casos es importante darnos prioridad a nosotros mismos. Saber qué nos da bienestar a largo plazo y entender que en las relaciones familiares se entrelazan un montón de emociones, a veces contradictorias, y que llevan con nosotros desde que somos niños, por lo que también entra en juego el instinto de supervivencia. Los patrones de apego y de relación que hemos establecidos de niños con nuestros padres son una “plantilla” que tendemos a repetir, incluso aunque nos hagan daño. Por eso a veces nos sorprendemos actuando de la misma manera que cuando éramos pequeños.
En muchos casos el cambio de estos tipos de relación, y el alejarnos de estos familiares tóxicos, requiere de ayuda terapéutica, precisamente por el coctel de emociones que se forma: miedo, tristeza, rabia, culpa… y que es difícil de manejar.
Consecuencias de crecer en una familia tóxica o disfuncional
Las consecuencias de crecer en una familia tóxica pueden ser muchas. De hecho, desde la terapia familiar y sistémica, el síntoma, que normalmente es el motivo por el que el paciente acude a terapia, puede estar generado o mantenido por el entorno familiar. Es como si la toxicidad de la familia se “manifestara” en la enfermedad de uno de los miembros.
A nivel más general podemos ver las consecuencias de haber crecido en una familia tóxica en:
- Baja autoestima
- Alta autoexigencia
- Autocrítica
- Mala elección de pareja
- Problemas de gestión emocional
- Adicciones
- Ansiedad
- Depresión
- Trastornos de la conducta alimentaria
¿Cómo sobrevivir a una familia tóxica o desestructurada?
Tal y como decíamos anteriormente, lo más importante para sobrevivir a una familia tóxica, es tomar conciencia. Y después darnos prioridad a nosotros y nuestro bienestar. Entendemos que todo esto es muy fácil de decir, pero muy complicado de llevar a la práctica. En muchos casos, es importante recibir ayuda profesional para hacer estos cambios.
Hay diferentes opciones terapéuticas para enfrentarnos a una familia tóxica o disfuncional. Existe la terapia familiar en la que todos los miembros de la familia acuden a terapia. Se trata de un trabajo conjunto en la que todos los miembros quieren buscar un bien común. Sabemos que esto es muy difícil en ocasiones. Ya sea porque la familia no está dispuesta o porque la opción de empezar terapia llega cuando ya somos mayores y puede que nuestros padres ya no estén. Es posible realizar terapia familiar, u orientada a sanar nuestras heridas familiares, a través de la terapia individual. Como decíamos anteriormente, los patrones de relación que establecemos con nuestras figuras de apego son como una plantilla que acaba marcando y condicionando todas nuestras relaciones significativas, también la relación con nosotros mismos. Si crees que tu entorno no ha sido el más adecuado y eso te genera sufrimiento y, además, te está dando problemas en el presente, pide ayuda. Las relaciones de apego pueden modificarse a través de relaciones sanadoras y, la que estableces con tu psicólogo, es una de ellas.
Para saber más:
¿Qué es la orientación familiar?
¿Qué es la mediación familiar?
Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
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