Los beneficios del deporte para la salud mental
Mente sana en cuerpo sano
“Mens sana in corpore sano”, así rezaba un proverbio griego que ahora se ha desvelado más actual que nunca, ya que todos los estudios que se han realizado en los últimos años nos indican que el ejercicio físico es fundamental para nuestro bienestar psicológico y, sobre todo, para el funcionamiento cerebral. Practicar deporte con regularidad nos reporta tantos beneficios que es prácticamente obligatorio hacerle un espacio en nuestra agenda semanal.
El ejercicio físico nos hace sentir bien
Desde hace algunas décadas los científicos descubrieron que la práctica de ejercicio físico intenso provoca un aumento de endorfinas, unas sustancias que producimos de manera natural para aliviar el dolor, pero que también están vinculadas con la sensación de tranquilidad, euforia, felicidad y creatividad. Por eso, después de practicar deporte sueles sentir esa sensación de relajación y satisfacción. Recomiendo a todas las personas que sufren depresión hacer deporte, ya que ha demostrado ser un “remedio natural” para la depresión.
Además, se sabe que el ejercicio relaja nuestros músculos y nos ayuda a respirar mejor, factores que nos permiten combatir el estrés y la ansiedad de manera más eficaz. De hecho, se ha descubierto que el ejercicio físico es un medio ideal para liberar el exceso de adrenalina, una sustancia que nuestro organismo genera ante situaciones de estrés y que puede acumularse llegando a provocar fatiga, problemas de memoria y de concentración así como comportamientos agresivos.
Por si fuera poco, numerosos estudios también nos indican que la práctica constante del deporte mejora nuestra autoestima. No importa si se trata de adolescentes o de adultos que se acercan a la tercera edad, hacer actividad física mejora la imagen que las personas tienen de sí, lo cual redunda en un mayor bienestar psicológico. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos también mejoran nuestras relaciones interpersonales, somos más productivos y, a la larga, también somos más felices.
Los cambios que ocurren en el cerebro
El deporte no solo nos hace bien desde el punto de vista psicológico, sino que incluso incide a nivel cerebral. En 2006 investigadores de la Universidad de Illinois se dieron a la tarea de recopilar varios estudios existentes sobre el tema y concluyeron que practicar actividad física tiene un efecto neuroprotector; es decir, nos protege de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, como las demencias, ya que salvaguarda nuestras funciones cognitivas.
Esto se debe, en primer lugar, a que la práctica regular de deporte mejora el flujo sanguíneo cerebral. De hecho, nuestro cerebro no tiene una gran capacidad para almacenar nutrientes por lo que necesita constantemente un aporte de oxígeno y glucosa, los cuales llegan a través del flujo sanguíneo que, además, se encarga de retirar los productos de desecho. Cuando el riego sanguíneo no funciona como debería, estamos expuestos a diferentes patologías cerebrales.
En segundo lugar, se ha apreciado que el ejercicio físico también es capaz de producir cambios a nivel cerebral, sobre todo en la sustancia gris que se encuentra en las zonas frontales del cerebro, justo las que se encargan del procesamiento de la información, la toma de decisiones y el control emocional, entre muchas otras funciones. Esto se debe a que el deporte favorece el crecimiento de las neurotrofinas, unas proteínas que no solo protegen nuestras neuronas sino que también estimulan su crecimiento.
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Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
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