Le amo pero ya no le deseo como antes
¿La pasión está en el cerebro?
Mucho se ha hablado de los orígenes de la pasión y del por qué disminuye el deseo sexual en la pareja con el tiempo. La mayoría de los neurocientíficos están convencidos de que la respuesta se encuentra en el cableado de nuestro cerebro. De hecho, hoy sabemos que la pasión es un sentimiento muy especial caracterizado por un incremento en los niveles de dopamina y noradrenalina y una disminución de la serotonina. Quienes sustentan esta hipótesis afirman que esta química cerebral se puede mantener solo durante 1 o 3 años. Desde esta perspectiva, nuestra relación de pareja estaría destinada a sufrir una disminución fisiológica de la pasión.
Sin embargo, todo no está perdido. En realidad podemos moldear el funcionamiento cerebral en base a la experiencia. Así lo demuestra un estudio realizado en la Universidad de Stony Brook, en Nueva York. Estos investigadores escanearon el cerebro de 17 personas que afirmaban sentir el mismo amor y pasión de los primeros tiempos, la única diferencia es que llevaban una relación de más de 20 años. Los resultados mostraron que cuando estas personas pensaban en sus parejas, se activaban las mismas zonas del cerebro que en aquellos que se hallaban al inicio de la relación.
Por tanto, podemos afirmar que, aunque existan periodos en los cuales la pasión disminuye, no se trata de un proceso meramente fisiológico sino que está determinado por nuestras expectativas, hábitos y comportamientos.
¿Por qué disminuye el deseo sexual?
La causa más común que destruye con la pasión es el tedio. Cuando las personas mantienen siempre los mismos hábitos y no incluyen nuevos alicientes en su relación sexual, esta termina siendo monótona y poco estimulante. De la misma forma, la convivencia a menudo hace que ambos descuiden su aspecto físico y este ya no resulta tan atractivo como al principio. También se suelen perder los detalles que nos conquistaron al inicio ya que una de las personas da por sentado que no son necesarios.
Otro motivo que mina la pasión son los compromisos sociales. Estos hacen que los dos amantes se alejen y apenas tengan tiempo para dedicarse el uno al otro y vivir momentos de intimidad realmente satisfactorios. Obviamente, los periodos de estrés, ya sea por motivos económicos o de salud, también se convierten en minas para la pasión.
Por otro lado, la disminución del deseo sexual en la pareja muchas veces va unido a problemas más profundos en la pareja, los cuales hay que resolver si queremos estar de nuevo en sintonía. Si es este el caso, la solución pasaría por reforzar la pareja, en este sentido, yo aconsejo acudir a terapia de pareja cuando empezamos a detectar problemas, no cuando la relación está ya tan deteriorada que resulta realmente difícil recuperarla.
Amor, pasión y deseo sexual
La pasión y el amor son dos sentimientos diferentes, de hecho, incluso se encuentran regulados por áreas diversas del cerebro. ¿Qué significa esto? Que menos pasión no significa necesariamente que la persona ame menos. Obviamente, con el paso del tiempo, si la pasión no se recupera, se corre el riesgo de que el amor también se difumine, pero antes de llegar a ese extremo es posible volver a alcanzar un nuevo equilibrio.
Es importante aclarar que no debemos confundir una pérdida de pasión en la pareja, dentro de los límites de la normalidad, con un problema de falta de deseo sexual, en este último caso, para solucionar el problema es fundamental acudir a un psicólogo especializado en sexología, ya que difícilmente podremos resolverlo por nosotros mismos.
Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
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