Necesito ayuda: Reconocer nuestra vulnerabilidad nos hace más fuertes
Buscar ayuda indica que quieres vivir tu vida plenamente y caminar de la mano de otra persona para conseguir alcanzar tu bienestar, tu equilibrio, tu felicidad. Además, es una falacia pensar que nadie mejor que nosotros mismos nos puede ayudar, sobre todo ahora que sabemos que nuestro inconsciente es el que dirige muchas de nuestras acciones. De hecho, nuestro inconsciente es como esa parte de la espalda a la que no puedes llegar. ¿Has pedido a alguien que te dé un masaje en la espalda? ¿Crees que tú lo hubieras hecho igual o mejor? Seguro que no.
Cuando las emociones nublan la lógica
El punto es que todos necesitamos ayuda alguna que otra vez, sobre todo cuando los problemas nos desbordan. En esos casos es muy útil dejarse aconsejar por la sabiduría popular que afirma: “cuatro ojos ven mejor que dos” o “fuera del agua todos nadan bien”.
Estos refranes se refieren al hecho de que cuando estamos demasiado comprometidos emocionalmente es difícil valorar las situaciones con objetividad. Es decir, cuando debes solucionar un problema y este es muy importante para ti, normalmente las emociones te juegan una mala pasada porque nublan tu capacidad para analizar las cosas de manera lógica e imparcial.
En esos casos, lo mejor es pedir ayuda a un observador externo que no tenga un vínculo emocional tan intenso con la situación y que nos puede brindar ideas, soluciones o perspectivas que ni siquiera habíamos tomado en consideración. Entonces pedir ayuda no solo es necesario, sino que se convierte en una muestra de inteligencia.
Aceptar la vulnerabilidad nos hace más fuertes
Por otra parte, pedir ayuda también implica reconocer que somos vulnerables, que tenemos ciertas debilidades y limitaciones. En nuestra cultura la vulnerabilidad se ha identificado con la debilidad. Eso ha provocado que sintamos miedo tan solo con escuchar la palabra, pues inmediatamente vislumbramos la perspectiva del fracaso. Sin embargo, reconocer nuestra vulnerabilidad no nos convierte en personas más débiles sino todo lo contrario: ¡nos fortalece!
El verdadero error consiste en creer que somos tan fuertes que podemos afrontarlo todo nosotros solos.Entonces no solo tenemos mayores probabilidades de fracasar en cualquier tipo de proyecto que emprendamos sino que corremos el riesgo de desarrollar una visión reducida del mundo que nos rodea. Reconocer nuestra vulnerabilidad y pedir ayuda también implica abrirse al mundo, ser lo suficientemente flexibles como para escuchar opiniones diversas a las nuestras y, sobre todo, nos permite conectar emocionalmente con las otras personas.
Recuerda que las personas más seguras de sí mismas no son invulnerables ni se creen las más fuertes, son precisamente las que son capaces de reconocer sus debilidades y aceptarlas sin pensar que por ello tienen menos valor. Hay una frase que me encanta: “A lo que te resistes, persiste”. Aceptar nuestros problemas es el primer paso para solucionarlos, resistirnos sólo los aumenta. Pongamos un ejemplo: ¿qué crees que ocurre cuando tienes miedo a hablar en público e intentas que no se te note? Empiezas a preocuparte por la idea de que los demás se den cuenta de tu nerviosismo y obtienes más de lo que no quieres: más nervios y más inseguridad. Si algo te pone nervioso, reconocerlo te engrandece a los ojos de los demás por tener el valor de reconocerlo y te hace más cercano, y tú puedes respirar más tranquilo, te das cuenta de que no se acaba el mundo.
Por eso, si tienes problemas, toma conciencia de ello y no temas buscar ayuda, te ayudarán.
Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
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