¿Siempre aburrido? Cómo superar el aburrimiento crónico
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Si a menudo te sientes aburrido o aburrida, no encuentras nada apasionante con lo cual llenar tus horas y has perdido la capacidad para experimentar sensaciones agradables, sintiendo que poco a poco el hastío y la desmotivación van ganando terreno, es probable que estés sufriendo aburrimiento crónico.
El aburrimiento crónico no es un trastorno psicológico pero ese estado de insatisfacción emocional puede conducir a otros problemas más graves, como la depresión y la ansiedad, sobre todo en los niños y adolescentes. Por eso, es importante que no lo ignores y busques ayuda cuanto antes.
¿Qué es el aburrimiento crónico?
Psicólogos de la Universidad de Anglia del Este incluso sostienen que durante los primeros años de vida, es esencial que los niños pasen por periodos de aburrimiento para que aprendan a lidiar con esa sensación y no necesiten recurrir continuamente a los estímulos externos y las gratificaciones instantáneas. Gracias al aburrimiento, los niños aprenden a llenar su tiempo y desarrollan su creatividad e imaginación.
El aburrimiento es una experiencia universal, un estado emocional en el que la persona no encuentra nada que le interese para llenar su tiempo, es incapaz de hallar la motivación que le anime a implicarse en alguna actividad.
De hecho, aburrirse puede ser positivo. El aburrimiento puede fomentar la creatividad, ya que es un estímulo para el cerebro a buscar alternativas originales para escapar de ese estado de incomodidad. El aburrimiento también le brinda “descanso” al cerebro ya que se activa lo que se conoce como “red neuronal por defecto”, la misma que usamos cuando soñamos despiertos.
En la mayoría de los casos, el aburrimiento es un estado transitorio, no dura mucho tiempo, por lo que se asume como una experiencia levemente desagradable e irritante. Sin embargo, en algunos casos el aburrimiento puede convertirse en un problema crónico. Entonces, la persona pierde casi por completo el interés por su entorno y no logra encontrar la motivación para emprender las actividades. Empieza a percibir su existencia como vacía, carente de sentido e insulsa.
Síntomas del aburrimiento crónico
Los síntomas más comunes son:
- Dificultades para concentrarse en muchas de las actividades cotidianas, desde leer hasta ver la televisión. Es probable que descubras que tienes la mente en otra parte mientras trabajas, estudias o conversas con alguien.
- Sensación de que el tiempo pasa con extrema lentitud.
- Crees que el entorno carece de estímulos interesantes, tienes la sensación de que las experiencias gratificantes de la vida se han puesto en pausa.
- Falta de interés por la mayoría de las actividades, incluso por aquellas que antes te reportaban una gran satisfacción.
- Te resulta difícil encontrar la motivación para emprender nuevos proyectos o actividades, a menudo te parece que se trata de una tarea colosal o una misión imposible.
- Consideras que todas las cosas que haces son monótonas o carentes de sentido, cuando antes tenían un significado importante para ti.
- Tienes la sensación de estar atrapado en una vida sin sentido, donde la emoción que prevalece es el hastío.
- Sensación de vacío interior, unida a una gran insatisfacción con tu existencia.
Causas del aburrimiento crónico
El aburrimiento tiene diferentes detonantes. Normalmente aparece cuando nos vemos obligados a involucrarnos en actividades que no nos agradan, ya sea porque tienen un elevado componente repetitivo o porque no representan un desafío lo suficientemente motivador. También puede aparecer debido a que hemos perdido el interés por actividades que antes eran significativas y no hemos encontrado otros intereses con los cuales reemplazarlas.
La cultura, obsesionada con las fuentes de entretenimiento externas, como la televisión, Internet y los videojuegos, también desempeña un papel importante en el aumento de los casos de aburrimiento crónico, sobre todo en la niñez, adolescencia y juventud. El problema es que esa sobrecarga sensorial nos impide descubrir cuáles son nuestros intereses y pasiones, así como aprender a entretenernos por nuestra cuenta.
De hecho, se ha apreciado que las personas que más se aburren son aquellas que no han desarrollado su autoconciencia. Les resulta más difícil gestionar sus estados de ánimo y sentimientos, así como distinguir entre las sensaciones corporales y las emociones, por lo que no comprenden qué desean realmente y qué puede hacerlas felices.
La mayoría de las personas achaca el aburrimiento a un entorno poco estimulante, Piensan: “esta tarea es aburrida” o “no hay nada que hacer”. Sin embargo, ese tipo de pensamiento les conduce a un círculo vicioso que alimenta el aburrimiento crónico. En realidad, es importante comprender que el aburrimiento es un estado interno.
Por supuesto, las diferencias individuales también desempeñan un rol importante en la aparición del aburrimiento. Hay personas que necesitan una mayor novedad, se les conoce como “buscadores de sensaciones”, mientras otras se sienten cómodas en una zona de confort más estrecha. Los hombres, por ejemplo, suelen experimentar con mayor frecuencia el aburrimiento crónico que las mujeres. En esos casos, el sistema dopaminérgico juega un papel esencial ya que las personas que tienen niveles más bajos de dopamina, un neurotransmisor relacionado con la sensación de satisfacción, tienden a aburrirse más y necesitan nuevos estímulos.
De hecho, la tendencia al aburrimiento crónico tiene bases neuroquímicas. Neurocientíficos de la Universidad de Waterloo descubrieron que las personas que sufren traumas cerebrales son más propensas a desarrollar actividades de riesgo que les permitan lidiar con un nuevo síntoma: el aburrimiento crónico. Todo parece indicar que el flujo masivo de endorfinas provocados por la lesión eleva el umbral de la recompensa en el cerebro. En la práctica, para obtener el mismo placer y satisfacción, es necesaria una dosis mayor de diversión, estímulos y/o riesgo.
No obstante, la capacidad para concentrarse también influye en el aburrimiento. Quienes sufren un trastorno por déficit de atención e hiperactividad son más vulnerables a padecer aburrimiento crónico. Cuando estas personas consideran que la tarea que tienen por delante requiere un gran esfuerzo atencional, suelen catalogarla como aburrida o tediosa y pasan de ella.
Por supuesto, existen otras causas del aburrimiento crónico, como desarrollar una actividad profesional poco satisfactoria, la falta de proyectos de cara al futuro, tener pocas aficiones y mantener pocas relaciones interpersonales. No podemos olvidar que el aburrimiento crónico siempre es el resultado de un empobrecimiento paulatino en la esfera de la personalidad, acompañado de la idea de que la vida ha perdido su sentido.
Es importante señalar que cuando el aburrimiento va acompañado de otros síntomas, como tristeza, apatía, pensamientos negativos sobre uno mismo, el mundo o el futuro la persona puede estar sufriendo una depresión, por lo que sería necesaria una exploración psicológica para descartar o confirmar el diagnóstico, así como para recibir ayuda con el fin de mejorar el estado de ánimo. En el caso de los niños o adolescentes, a veces, sólo verbalizan el estado de aburrimiento, el cual puede ser un síntoma de algo más, por ello es necesario en los casos en que el niño o adolescente parezca siempre aburrido o desmotivado acudir a un psicólogo para que evalúe el caso.
Consecuencias del aburrimiento crónico
Cada persona reacciona al aburrimiento crónico de manera diferente. Hay quienes responden con un estado de baja excitación nerviosa, que se manifiesta a través del hastío y el letargo. A la larga, ello suele conducir a la depresión y la pérdida del sentido de la vida o una crisis existencial.
Otras personas reaccionan al aburrimiento con un estado de alta excitación, el cual genera inquietud y ansiedad, que pueden terminar convirtiéndose en trastornos de alimentación como la bulimia, ya que se recurre a la comida como estrategia compensatoria para aliviar la ansiedad y el aburrimiento.
No obstante, independientemente de la reacción, de lo que no cabe dudas es de que la sensación de necesidades insatisfechas que acompaña al aburrimiento genera un estado emocional que afecta el desempeño, impidiendo mantener un estado atencional y emocional óptimo en las actividades cotidianas.
La incapacidad para encontrar actividades lo suficientemente atractivas y motivadoras también se ha relacionado con el consumo de alcohol y drogas, así como con comportamientos de riesgo y la ludopatía. En estos casos, lo que sucede es que la persona busca nuevas sensaciones, cada vez más intensas, que le reporten emociones positivas. No es casualidad que el nivel de aburrimiento que experimenta la persona es directamente proporcional a las probabilidades de recaer en una adicción.
Por si fuera poco, un estudio realizado en el University College de Londres desveló que la expresión popular “aburrido de muerte” puede tener un trasfondo muy real. Estos psicólogos dieron seguimiento a un grupo de personas durante más de 20 años y descubrieron que quienes reportaban niveles más elevados de aburrimiento tenían más probabilidades de morir jóvenes.
Tratamiento del aburrimiento crónico
Para abordar el aburrimiento crónico es fundamental descubrir su origen y saber qué se esconde detrás de ese estado. En muchos casos el aburrimiento enmascara otros problemas, como puede ser la depresión, el TDAH o un síndrome de burnout, entre otros. Si existe un trastorno psicológico de base, en El Prado Psicólogos lo abordaremos.
Te proponemos una terapia personalizada que incluye técnicas como la meditación mindfulness, para que aprendas a relacionarte con el aburrimiento sin sentirte mal por ello. Otras técnicas con las que trabajamos, las cuales aportan rapidez y eficacia a la terapia son EMDR, hipnosis clínica o EFT (tu psicólogo con tu consenso elegirá las que más se adecúan a ti). También trabajaremos para mejorar la autoconciencia emocional y que logres gestionar mejor tus emociones. Además, comprenderás que el aburrimiento no solo está causado por la falta de un entorno estimulante, sino también por la actitud con la cual se afronta y percibe ese entorno.
Además, el psicólogo puede determinar que el coaching puede ser una estrategia adecuada para recuperar la motivación. Un proceso de coaching puede ser muy beneficioso para ayudarte a encontrar un nuevo sentido en tu vida, así como para que logres plantearte nuevas metas que te resulten motivadoras y desafiantes. A lo largo de ese proceso lograrás conectar con tus necesidades y proyectarte al futuro con mayor optimismo.
¿Qué lograrás con nuestra intervención?
- Reencontrar la pasión y la motivación para emprender nuevos proyectos o volver a disfrutar de las actividades que antes te satisfacían.
- Mejorar tu autoconocimiento, de manera que puedas descubrir qué te motiva realmente.
- Mejorar tu capacidad de autogestión emocional, de forma que puedas identificar mejor tus sentimientos y regularlos.
- Activar tus recursos internos, de manera que seas tú mismo/a quien cree el entorno estimulante.
¿Por qué elegirnos?
- Ponemos en práctica una psicoterapia breve y eficaz, de manera que puedas ver los primeros resultados cuanto antes.
- Diseñamos un tratamiento personalizado para que puedas sentirte a gusto en todo momento, proponiéndote la línea de trabajo más adecuada a tu caso.
- Contamos con un equipo psicológico experimentado que lleva años trabajando en el tratamiento de diferentes trastornos psicológicos.