La fobia a la sangre. ¿Cuál es el tratamiento más adecuado para la hematofobia?
Es normal que sintamos cierto respeto hacia la sangre. Sin embargo, hay personas que experimentan un rechazo visceral y no pueden ni verla. Temen ver su propia sangre o la de otros e incluso pueden experimentar reacciones fóbicas ante fotos o películas en las que aparezca sangre. Estas personas no solo sienten miedo cuando ven la sangre sino también cuando la huelen o tocan. Si te sientes identificado con esos síntomas, es probable que padezcas hematofobia o fobia a la sangre, un problema relativamente común que afecta al 31% de las personas pero que tiene solución con la terapia adecuada.
¿Qué es la fobia a la sangre?
La hematofobia no solo implica el miedo a la sangre sino también a las heridas y cortes en sentido general. La fobia a la sangre se cataloga dentro de los trastornos de ansiedad ya que, de cierta manera, implica un estado de aprensión ante la situación fóbica. Si tienes este problema, es probable que seas consciente de que se trata de un miedo irracional e ilógico, pero aún así no logras controlarlo.
A diferencia de otros tipos de fobias, que normalmente desencadenan ataques de pánico que provocan una reacción de lucha-huida, el miedo a la sangre suele desencadenar una respuesta bifásica. Cuando te expones a la sangre, en un primer momento se suele producir un aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial pero luego ambos parámetros caen bruscamente. Al activarse de manera brusca el sistema nervioso parasimpático, se produce una dilatación periférica de los vasos sanguíneos, lo cual hace que llegue menos oxígeno al cerebro y causa el desmayo.
Síntomas de la fobia a la Sangre
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Síntomas fisiológicos: ansiedad, náuseas, mareos y/o visión borrosa. En algunos casos incluso puedes llegar a desmayarte y perder el conocimiento.
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Síntomas emocionales: ansiedad y miedo, no solo ante la presencia de la sangre sino incluso cuando empiezas a pensar en la posibilidad de entrar en contacto con esta.
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Síntomas cognitivos: problemas para concentrarte y pensamientos anticipatorios catastrofistas relacionados con los síntomas que experimentas cuando te expones a la sangre.
Causas del miedo a la sangre
Normalmente el miedo a la sangre se relaciona con otras fobias, como el miedo a las agujas o a los dentistas. De hecho, se ha apreciado que quienes tienen un historial personal o familiar de fobias o trastornos de ansiedad, son más propensos a desarrollar fobias específicas.
En el 60% de los casos ese miedo proviene de una experiencia directa negativa con la sangre, como una herida muy profunda o una enfermedad que haya originado mucha pérdida de sangre. Cuando se produce un desmayo, el miedo a que se repita la experiencia condiciona aún más a la persona y refuerza la fobia, generando pensamientos anticipatorios catastrofistas que agravan la ansiedad.
También se ha apreciado que algunas de las personas que padecen hematofobia tienen una elevada sensibilidad al asco. En teoría, esa respuesta de asco desatada por la sangre y las heridas podría provocar la sensación de rechazo, las náuseas y las conductas de escape o evitación.
No obstante, el miedo a la sangre también puede estar relacionado con la hipocondría. Sangrar es un signo de que algo no funciona en el cuerpo, por lo que la persona podría exagerarlo y pensar que es más grave de lo que realmente es, lo cual le genera ansiedad y temor. En su base podría encontrarse un sesgo atencional, según el cual la persona centra automáticamente su atención en los estímulos que considera amenazantes, lo cual agrava aún más el miedo a la sangre y a las situaciones que podrían causarla.
Consecuencias del miedo a la sangre
Las personas que sufren de hematofobia suelen evitar las visitas al médico. Posponen los chequeos médicos, las inyecciones y los análisis de sangre, llegando incluso a negarse a realizar pruebas importantes dirigidas a diagnosticar algunas patologías. Ello puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento, poniendo en riesgo innecesariamente la salud.
Se estima que el 25% de las personas que padecen hematofobia evitan las consultas y tienen problemas de adherencia médica.
Si eres padre o madre, también tendrás limitaciones a la hora de atender a tus hijos cuando se hagan alguna herida, por muy superficial que sea. También podrías exagerar cada vez que tengan una pequeña herida y llevarlos inmediatamente al hospital, generando así un temor y una ansiedad innecesaria en los niños.
La fobia a la sangre también puede hacer que canceles actividades al aire libre o cualquier deporte que consideres mínimamente peligroso por miedo a hacerte daño. Con el tiempo, podrías rechazar muchas actividades, como disfrutar de las celebraciones de Halloween o acudir al cine por miedo a que el filme contenga imágenes sangrientas. Esto puede hacer que termines sufriendo trastornos fóbicos más graves, como la fobia social.
En algunos casos, la sensación de falta de control sobre los síntomas que desencadena la fobia a la sangre también puede provocar daños en la autoconfianza. Si sientes impotencia y frustración, necesitas buscar ayuda ya que estos sentimientos podrían afectar tu autoestima.
Tratamiento para superar la fobia a la sangre
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Tensión aplicada. Con esta técnica aprenderás a contraer diferentes grupos musculares para aumentar la presión arterial y evitar los desvanecimientos, de manera que puedas recuperar la sensación de control y alivies el miedo.
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Hipnosis clínica. Mediante esta técnica podemos acceder a los recuerdos y sensaciones guardados en tu inconsciente que se encuentran en la base de la fobia a la sangre. También podemos sugerirte pensamientos más adaptativos que te permitan eliminar el miedo y recuperar el control.
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EMDR. Si tu fobia a la sangre se debe a un trauma, gracias a esta técnica lograremos reducir su impacto emocional. Reprogramaremos esa experiencia específica en tu cerebro, para que no siga generando esa molesta reacción fisiológica.
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EFT. Mediante la estimulación de una serie de puntos de acupuntura podemos liberar las emociones y sensaciones negativas asociadas a tu fobia que te mantienen bloqueado/a y te impiden avanzar en la terapia
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Relajación aplicada. Con esta técnica aprenderás a relajarte en periodos de tiempo cada vez más cortos, de manera que puedas combatir rápidamente el miedo y la ansiedad en situaciones de tu vida cotidiana.
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Visualización. Podemos utilizar la imaginación como proceso de desensibilización sistemática, de manera que en todo momento tengas el control y puedas superar la fobia sin sentir demasiada angustia ni ansiedad.
¿Qué conseguiras con nuestra terapia?
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Aprender a detectar los primeros signos de miedo y ansiedad para que logres controlarlos a tiempo.
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Superar tu fobia a la sangre, para que logres cuidar mejor tu salud y la de los tuyos.
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Ganar autoconfianza y autoestima.
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Dominar técnicas de autocontrol y gestión de la ansiedad.
¿Por qué elegirnos?
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Ponemos en práctica una terapia profunda, breve y eficaz, dirigida a detectar la causa del problema y eliminarla cuanto antes, de manera que puedas constatar rápidamente los primeros resultados.
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Te brindamos un tratamiento personalizado, analizamos tu caso y diseñamos un plan psicoterapéutico que se adapte a tus necesidades y características personológicas, para que te sientas cómodo/a en todo momento.
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Contamos con profesionales experimentados en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y las fobias, que pueden ayudarte a superar el miedo a la sangre recurriendo a las técnicas más eficaces.
Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos tu caso y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado para ti.