Infidelidad femenina: ¿Por qué las mujeres son infieles?
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Los motivos de la mujer infiel
Una investigación realizada en la Universidad Nacional Autónoma de México desveló que tanto los hombres como las mujeres infieles están guiados por los mismos motivos. Sin embargo, su jerarquía es completamente distinta. Para las mujeres es fundamental ser tomadas en cuenta, por lo que la causa más frecuente de infidelidad son los problemas de comunicación en la pareja, seguidos por la falta de amor, la insatisfacción sexual, la atracción hacia otra persona y el deseo de venganza por una infidelidad previa.
Por supuesto, las causas de la infidelidad femenina pueden variar según las diferentes culturas, pero en sentido general, los tres motivos más frecuentes son:
- Falta de apego emocional e intimidad: la relación de pareja no es satisfactoria desde el punto de vista afectivo por lo que la mujer experimenta un enorme vacío emocional que intenta llenar con otra persona.
- Reafirmar la femineidad: la mujer cree que ha dejado de ser atractiva para su pareja y la infidelidad se convierte en una vía para ratificar su rol de género y volver a sentirse deseada.
- Experimentar el romance: en muchas relaciones de pareja a medida que pasan los años los detalles románticos disminuyen, de manera que la mujer echa de menos esos momentos y quiere sentir que es especial para alguien y volver a experimentar esas mariposas en el estómago.
¿Cuáles son las señales de que una mujer está siendo infiel?
Cada persona es un mundo pero, como regla general, el primer impulso de la mujer infiel es cuidar más su aspecto físico. Al volver a experimentar la pasión y sentirse deseada, es normal que se preocupe más por su apariencia. También influye el hecho de que al tener una vida sexual más activa, su organismo genera una mayor cantidad de feromonas, una sustancia que incrementa de manera natural su atractivo físico y la hace más deseable ante los ojos de los hombres.
Otra señal de infidelidad es el grado de felicidad ya que, aunque la mujer experimente remordimientos o culpa, en ciertos momentos se mostrará mucho más feliz y radiante de lo habitual. Este cambio en el estado de ánimo tiene una doble explicación, por una parte, su organismo está segregando una mayor cantidad de endorfinas, conocidas como las “hormonas de la felicidad”, y por otra parte, también se debe a que ha recuperado la ilusión y vuelve a sentirse atractiva.
Finalmente, otro signo clásico de que una mujer está siendo infiel es la independencia. Cuando en una relación de pareja predomina el amor, nuestro cerebro libera una gran cantidad de oxitocina. Conocida como la “hormona del amor”, es una de las razones por la cual los enamorados no quieren separarse ni un segundo. Sin embargo, cuando ocurre una infidelidad los sentimientos cambian y la mujer comienza a reclamar su espacio, dejando a un lado actividades que antes compartía con su pareja.
¿Qué diferencia la infidelidad femenina de la masculina?
La infidelidad siempre implica una traición a la confianza que la otra persona ha depositado en la relación, sin importar quién la comete. Sin embargo, en el caso de la mujer infiel, ésta casi siempre brinda señales premonitorias, ya que intenta hablar de sus problemas e insatisfacciones con su pareja, mientras que los hombres prefieren encerrarse en sí mismos.
De hecho, la mayoría de las mujeres infieles han alertado a su pareja. Frases como “ya no eres como antes”, “me siento sola” o “creo que ya no te gusto” indican una insatisfacción de base y pueden convertirse en la antesala de la infidelidad. Y es que, de cierta forma, la mujer casi siempre intenta solucionar el problema que existe en la pareja. Cuando no lo logra se concede el permiso para ser infiel.
El tinte sexual de la aventura suele ser otra diferencia entre la infidelidad femenina y la masculina. De hecho, muchas mujeres no llegan a mantener relaciones sexuales, sino que la infidelidad se queda en un plano meramente emocional o incluso platónico, aunque el simple hecho de desear o querer a otra persona es motivo suficiente para generar una profunda sensación de culpa.
En cambio, el hombre suele experimentar menos remordimientos, lo cual se debe a la herencia de una cultura machista en la cual la masculinidad se solía medir dependiendo de la cantidad de mujeres que se habían conquistado. Los hombres también suelen actuar de manera más impulsiva e irreflexiva, mientras que las mujeres suelen pensar más en las consecuencias de sus actos antes de cometer la infidelidad.
La infidelidad femenina es más peligrosa para la pareja
Uno de los principales motivos que impulsa al hombre a cometer una infidelidad es el deseo sexual, el atractivo de la otra persona. Esto significa que en muchos casos no existe una gran inversión emocional, se trata simplemente de una aventura que no rebasa el plano físico.
Sin embargo, en el caso de las mujeres, la infidelidad suele ser más peligrosa para la estabilidad de la pareja, ya que en muchas ocasiones existe una inversión amorosa en la relación. La mayoría de las mujeres no buscan exclusivamente una satisfacción sexual cuando deciden ser infieles, sino que quieren añadir pasión y romanticismo a sus vidas, esto hace que les resulte más fácil involucrarse emocionalmente y poner en riesgo la relación original.
Obviamente, no siempre ocurre así. Los cambios que ha vivido la sociedad en los últimos años han reivindicado el papel de la mujer y poco a poco estos patrones están cambiando. De hecho, un estudio realizado en la Universidad de Winchester refleja que muchas de las usuarias de los portales de citas no son infieles porque estén descontentas con el cariz emocional de su relación de pareja o su matrimonio, sino porque desean romper la monotonía sexual. A la luz de estos datos es probable que el hecho de que los hombres buscan sexo y las mujeres romanticismo muy pronto será un mito del pasado.
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Sobre la Autora
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Reprocessing), PNL (Programación Neurolin- güística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referen- cia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.
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