El proceso de adopción. Apoyo psicológico para desarrollar la mejor relación con tu hijo.
Adoptar a un niño es el sueño de muchas parejas, bien porque no pueden tener un hijo biológicamente o bien porque desean ampliar su familia o simplemente tienen la ilusión de adoptar. En España se registran unas 6.000 adopciones al año, lo cual hace que nuestro país tenga una de las tasas de adopción más altas del mundo.
Sin embargo, todo proceso de adopción conlleva una buena preparación, tanto de los nuevos padres como del niño o niña adoptados. En la mayoría de los casos el niño y la familia logran conectar, pero cada año se produce un 1% de adopciones fallidas, casi siempre debido a graves problemas de convivencia y la falta de entendimiento.
El proceso de adopción en las diferentes edades
A la hora de adoptar a un niño, debemos de ser conscientes de las distintas etapas por las que pasaremos en este apasionante camino. ¿Las recorremos juntos?
Primeros años (1 a 2 años de edad)
Es el momento en el que el bebé comienza a identificarse y relacionarse con el mundo y lo hace a través de sus progenitores. Lo mejor que puedes hacer como padre y madre es darle atención y afecto. En esta etapa, cuando el niño se separa y comienza a caminar, pueden surgir sentimientos de enfado y agresividad, pero no debemos preocuparnos porque son los mismos en un hijo adoptado o en uno no adoptado.
De 2 a 6 años de edad
Es la etapa en la que empiezan a hablar y donde abundan las preguntas sobre cualquier cosa. Quizá comiencen las preguntas sobre su origen: ¿De dónde vengo? ¿Cómo nacen los niños? Son cuestiones habituales de estas edades. Podemos determinar junto a un especialista si es el mejor momento para contestarles y hablarles de su procedencia y cómo hacerlo. Aunque no entenderán bien el concepto de adopción, seguramente será recomendable introducir el tema.
De los 7 a los 12 años
En estas edades, ya son más conscientes de su situación y están más preparados para entender qué es ser adoptado. Lo más recomendable es ir introduciendo el tema de forma natural, a medida que el niño vaya preguntando. Hacerlo de forma natural ayuda a que el niño así lo reciba.
A partir de los 13 años
Durante la adolescencia los niños pueden comprender cabalmente su condición de adoptados y no es inusual que comiencen a cuestionarse su identidad ya que pueden sentir una desconexión genealógica. Es probable que se pregunten: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Qué hubiese pasado si…? En sentido general, debes saber que la adolescencia suele ser una etapa compleja para todos ya que el niño está en pleno proceso de construcción de su identidad. Sin embargo, si percibe que le apoyas y le quieres de manera incondicional, sus dudas se resolverán.
Los problemas más frecuentes en la adopción ¿Cuándo pedir ayuda psicológica?
El crecimiento de un niño siempre sigue varias etapas y puede conllevar a diferentes problemas. A veces, es difícil entender si estos problemas son los habituales del desarrollo o se deben a ser adoptado. De hecho, muchas parejas piensan que el cariño y un entorno sano son suficientes para suplir las necesidades del pequeño pero, desgraciadamente, no siempre es así. Algunos padres necesitan ayuda especializada en algún momento, sobre todo porque muchos de estos niños tienen heridas emocionales que no son fáciles de sanar.
Después de la adopción, algunos niños muestran malos hábitos, que probablemente adquirieron en su familia de origen y que tendrás que ir corrigiendo paulatinamente. Otros pueden tener dificultades para integrarse en la escuela y pueden mostrarse irritables, impulsivos y con una baja tolerancia a la frustración.
Te aconsejamos pedir ayuda en los siguientes casos:
- No sabes cómo explicar a tu hijo que es adoptado.
- Tu hijo tiene conductas irrespetuosas con alguno de los miembros de la familia.
- Has observado ciertos problemas que podrían estar relacionados con su familia de origen.
- Muestra un miedo e inseguridad excesivos.
- Tiene pesadillas y terrores nocturnos frecuentes.
¿Por qué surgen estos problemas?
Las dificultades en el comportamiento del niño adoptivo pueden tener múltiples causas pero en muchos casos se trata de problemas de vinculación, que pueden llegar a degenerar en verdaderos trastornos del vínculo. ¿Qué significa esto?
Durante los primeros tres años de vida, el niño establece una relación muy especial con sus padres o cuidadores, que es la base para el desarrollo de una personalidad equilibrada. Si durante esta etapa crítica no se desarrolla un apego sano o el vínculo se rompe, el niño puede sufrir inseguridad, impulsividad o mostrarse hiperactivo.
Los problemas de vinculación afectiva temprana también pueden hacer que el niño sea más vulnerable a los cambios imprevistos, sobre todo si estos suponen un distanciamiento de personas con las cuales ya ha establecido un vínculo. Por eso, aunque en un primer momento la adopción ha marchado sobre ruedas, más tarde el niño puede responder mal ante la llegada de un hermano, un cambio de profesor o la separación de los padres.
Obviamente, mientras más pequeño sea el niño, menos probabilidades hay de que ocurra este problema ya que se pueden establecer los vínculos afectivos desde una edad temprana. A medida que aumenta la edad, la carga emocional suele ser más elevada por lo que siempre se recomienda que las adopciones de los niños de más de 7 años sean seguidas de cerca por un psicólogo, al menos durante el periodo de adaptación.
Los niños adoptados pueden también haber pasado por situaciones traumáticas. Las vivencias traumáticas se registran en el cerebro, causando con posterioridad problemas emocionales o psicosomáticos. Si crees que tu hijo ha podido pasar por algún evento traumático es importante que consultes cuanto antes con un profesional para evitar problemas futuros. El tratamiento con EMDR se ha demostrado muy eficaz tanto en niños como adultos para superar los traumas.
Por supuesto, los problemas que puede experimentar el niño adoptado no se deben exclusivamente a su familia de origen y a su historia vital sino que también influye el estilo educativo que encuentra en el nuevo hogar. Lo ideal es que los padres establezcan claramente las normas de convivencia, pero que lo hagan con mucho amor y cariño. También debes saber que las expectativas demasiado elevadas pueden frustrar al pequeño y generar una tensión que no es capaz de manejar.
Apoyo psicológico en procesos de adopción
En El Prado Psicólogos podemos ayudarte a entender las distintas etapas por las que pasa un niño adoptado. Apoyamos a los padres en la educación de sus hijos, facilitando herramientas para averiguar las causas de ciertos trastornos y sus posibles soluciones.
¿Qué beneficios obtendrás?
- Mejorar la comunicación con tu hijo
- Contribuir al bienestar emocional del menor
- Facilitar una convivencia más gratificante, donde cada miembro de la familia asuma el rol que le corresponde
Si es tu hijo el que necesita ayuda también puedes contar con nosotros. Contamos con un equipo de psicólogos especializados en psicopatología infantil y de la adolescencia, expertos en la intervención en traumas. Trabajamos desde una psicoterapia breve y te garantizamos una confidencialidad absoluta.
También contamos con un área de terapia familiar para los casos en que hay que trabajar en común para armonizar la convivencia.
Tarifas
Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos tu caso y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado para ti.
El precio de cada consulta psicológica es de 85 euros. Ofrecemos un bono descuento de 5 sesiones por 375 euros (75 euros por sesión).