Acoso escolar. Guía imprescindible para padres

El cerco del acoso escolar

¿Has notado que tu hijo se aísla y está más cabizbajo que de costumbre? ¿Sospechas que puede estar sufriendo acoso escolar y no sabes qué hacer?

Somos conscientes del sufrimiento que el bullying acarrea a las familias y la poca información que existe al respecto, por lo que nos gustaría ayudarte a superar este problema.

En esta guía te tomaremos de la mano para conducirte a través de este fenómeno y encontrar soluciones. No solo te explicamos exactamente qué es el bullying y los diferentes tipos de acoso que existen, sino que también te indicaremos cómo detectar si tu hijo se ha convertido en una víctima.

También te explicaremos cuáles son las causas y consecuencias del acoso escolar, para terminar ofreciéndote consejos prácticos y técnicas que te serán muy útiles para romper el círculo vicioso en el que se encuentra atrapado tu hijo. Como punto final, te indicamos algunas películas que te ayudarán a vivir este fenómeno en primera persona para que puedas comprender mejor la situación y actuar de manera más asertiva.

Cifras que duelen

“Cuando estaba en la escuela primaria me molestaban continuamente. Casi nadie me hablaba, se burlaban de mí y a veces me golpeaban. No entendía qué pasaba, qué había hecho para merecer aquello. Todas las noches, cuando llegaba a casa, lloraba en silencio para que mis padres no me escucharan. No quería que se enteraran de lo que me sucedía porque sentía mucha vergüenza.

Aquella pesadilla duró dos años, parecía que nunca iba a terminar. A veces fingía estar enfermo solo para quedarme en casa y salvarme de la humillación de ese día. Durante todo ese tiempo me sentí muy mal, me odiaba a mí mismo.”

Así es como un joven recuerda la traumática experiencia de bullying que vivió mientras asistía a la escuela. Desgraciadamente, se trata de un cuadro bastante habitual, un problema que afecta a miles de niños y adolescentes, ya que en los últimos años su incidencia ha ido en aumento.

Según un informe realizado recientemente por la Organización Mundial de la Salud ¹, en España el 5% de las niñas entre 11 y 13 años reportó haber sufrido al menos dos episodios de bullying en los últimos dos meses. Esta cifra aumentaba al 8,5% cuando se hacía referencia a los varones. Si tenemos en cuenta que en un aula hay un promedio de 35 estudiantes, estos números nos indicarían que al menos uno de ellos está sufriendo acoso escolar.

No obstante, a raíz de la aparición y difusión de las nuevas tecnologías, ha surgido un fenómeno más complejo y difícil de detectar: el ciberbullying. Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Navarra ², entre los 11 y 13 años, el 6,5% de los chicos y el 7,3% de las chicas han sufrido algún tipo de acoso a través de Internet, una tendencia que va en aumento a medida que los niños crecen.

¿Por qué los niños y adolescentes acosan a sus compañeros de clase? ¿Por qué quienes sufren el acoso prefieren esconder lo que ocurre?

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¿Qué es y qué no es el bullying?

En los últimos años el acoso escolar ha comenzado a recibir más atención por parte de los medios de comunicación. Algunos casos incluso han terminado acaparando los titulares en las portadas de diarios y noticieros. Sin embargo, en ciertas ocasiones algunas conclusiones precipitadas han contribuido a difundir una idea errónea del bullying, por lo que muchos padres pueden caer en el error de pensar que su hijo está sufriendo acoso escolar cuando en realidad se trata de un conflicto puntual que no tiene mayor trascendencia.

Por supuesto, también se puede cometer el error opuesto: pensar que determinados comportamientos son normales y que no representan un peligro porque son típicos de la edad. Por eso, el primer paso para ayudar a tu hijo consiste en saber exactamente qué es el bullying.

Ante todo, debemos partir del hecho de que no se puede hablar de acoso escolar cuando dos niños pelean entre sí y están más o menos en las mismas condiciones. Es cierto que sería mejor evitar este tipo de comportamientos impulsivos, pero una discusión o una pelea aislada no es motivo suficiente para afirmar que tu hijo está siendo víctima del bullying.

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