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Habitualmente estamos más familiarizados con el concepto de dependencia emocional que con el concepto de codependencia, ya que la dependecia emocional es un tipo de vinculación que todos queremos evitar. En otras ocasiones podemos pensar que la codependencia y la dependencia son dos formas de referirse a lo mismo, pero no es así. Las personas las codependientes y las dependientes constituyen dos roles diferentes dentro de la pareja.
La dependencia emocional es un patrón psicológico de vinculación que condiciona, y se pone de manifiesto, en las relaciones que establecen las personas. Se trata un determinado estilo de relación en el que la persona dependiente tiene un temor extremo a la separación del otro y, además, delega en él decisiones personales y/o de ambos. Se trata de personas que no tienen una buena referencia de ellas mismas, no se sienten capaces de enfrentarse a la vida solas y tiene dificultades para satisfacer sus necesidades personales.
Dicho esto, entonces, ¿qué es la codependencia? La codependencia es cuando la persona no dependiente es “adicta” a que dependan de ella.
En resumen, podríamos decir que una persona dependiente necesita que la cuiden y una persona codependiente necesita a alguien a quien cuidar. Como podrás ver, esta unión de dos necesidades personales tan potentes da lugar a parejas, o tipos de relación, muy tóxicas y difíciles de romper ya que hay una inter-necesidad entre ambos muy fuerte.
Hay diferentes grados de dependencia emocional y codependencia, pero, si se presenta en alta intensidad, puede constituir un trastorno. Este tipo de relaciones pueden considerarse como relaciones adictivas. Solo que en lugar de a sustancias, es a personas. La misma persona que nos hace daño, nos calma cuando sentimos malestar. Lo mismo que con las adicciones.
Una persona codependiente es alguien que tiende a relacionarse con personas que tienen problemas. Necesita ayudarles y su máxima es buscar su bienestar. Estas personas solo se sienten bien a través del cuidado a los demás. Consideran que pueden solucionar los problemas de la persona dependiente a través de su dedicación en cuerpo y alma a él, incluso desoyendo consejos profesionales. Confunden la adicción que tienen hacia la otra persona como un amor desmedido por lo que pueden llegar a perdonar todo aunque la persona dependiente los hiera reiteradamente.
Aunque hay un parte consciente que quiere ayudar a la otra persona, la verdadera adicción va dirigida a que la persona dependiente “dependa” de ella, por lo que su mejoría “real” destruiría la base de su relación. Los codependientes pueden llegar a aceptar comportamientos tóxicos de la persona dependiente minimizándolos o incluso siendo supervisados por ella misma, todo en consecuencia del profundo “amor” que sienten.
Un caso concreto de codependencia lo encontramos en las parejas/familiares de personas con una adicción. Los codependientes pueden tolerar durante mucho tiempo los consumos de la persona adicta, aunque esto tengo impacto en ellos mismos y en su relación. Si llega el momento en el que el adicto decide abandonar el consumo, que supone un periodo de gran sufrimiento en el que la persona dependiente (en este caso de la droga y de otras personas) lo pasa mal, los codependientes pueden pasar por alto recaídas de la persona dependiente quitándoles importancia o incluso “consentir” el consumo, siempre y cuando sea supervisado por él. También puede ser que el codependiente encubra al dependiente frente a los profesionales para evitar su malestar y/o sufrimiento.
Una vez explicada la diferencia entre dependencia emocional y codependencia es importante entender que hay muchos tipos de relación que se pueden formar. En términos muy reduccionistas y sin atender a que todas las relaciones son únicas e influidas por diversos factores, podríamos clasificarlas de la siguiente forma:
Tanto el término dependiente como codependiente se suele asociar más a relaciones románticas, pero la realidad es que puede aparecer en elmomento en que aparece un vínculo afectivo. Cuando el vínculo no es romántico (o de pareja), la codependencia puede desarrollarse hacia los progenitores, hijos, amigos, compañeros de trabajo… etc. Incluso puede desarrollarse dentro del rol laboral. Las personas que tienen profesiones sociales y que se dedican a ayudar a otras pueden ser susceptibles de establecer relaciones de codependencia.
Como hemos comentado con anterioridad, la codependencia trata de un tipo de vinculación entre personas. Y, la manera en la que las personas aprendemos a vincularnos con otras, está influido en un alto porcentaje por el tipo de vínculo que hemos establecido con nuestras figuras de apego.
Hay cuatro tipos de apego: el apego seguro, el ansioso-ambivalente, el evitativo y el desorganizado. Cada uno de ellos tiene unas características en la relación con uno mismo y con los demás. Hay que decir que los estilos de apego son como un “plantilla” que condicionan nuestras relaciones interpersonales, pero se trata de “tendencias”. Los estilos de apegos pueden ser reorientados a través de relaciones sanadoras o trabajo terapéutico.
Las personas codependientes suelen venir de relaciones de apego familiar en los que han tenido que cuidar para recibir cariño. Pueden ser hijos parentalizados, que son hijos que tienen que asumir el rol parental porque el progenitor no ha estado disponible, bien por ausencia o porque no estaba disponible emocionalmente. El codependiente al no haber obtenido seguridad en el vínculo, no ha podido realizar una exploración segura de su entorno y desarrollar de manera adaptativa sus recursos personales por lo que sigue teniendo necesidad del a necesidad del otro.
Como hemos ido explicando, priorizar el vínculo sobre la calidad del vínculo tiene una serie de consecuencias muy importantes para la persona. En muchas ocasiones, en terapia nos encontramos pacientes que acuden con sintomatología pero que no han identificado que están inmersos en una relación de codependencia.
Su cuerpo “se está quejando” de que hay algo que no va bien, aunque no saben exactamentepor qué. Silvia Congost explica en su libro “Amar demasiado es depender” de manera muy clara por qué suele aparecer la sintomatología antes de tener la consciencia de que hay algo que va mal en nuestra pareja. Un mecanismo muy importante de supervivencia es el de normalizar, o negar, las realidades que vivimos. Aunque el hecho de normalizarlas no quiere decir que no nos afecten.
Si una persona se ha criado con patrones de vinculación dependientes o codependientes (relación entre progenitores, por ejemplo) cuando él establezca sus vínculos adultos, tenderá a repetir lo que él ha vivido como normal. Si esos vínculos son tóxicos los tolerará (por costumbre), pero en su interior, algo se irá rompiendo poco a poco. Yo puedo tener muy normalizado el renunciar a mi vida personal en pos de mi pareja. Renunciar a mi grupo de amigos, a mi trabajo e incluso a mis aficiones o volcarme en las necesidades de otros en lugar de las mías. Pero llegará un momento en el que me sentiré vacío, triste, con la autoestima por los suelos y sin proyectos ni red social. Ahí será muy difícil plantearme abandonar a mi pareja porque desde ese punto hay poco sostén personal y social que pueda ayudarme. Ahí es donde, por ejemplo, puede aparecer la sintomatología.
En otras ocasiones los pacientes son conscientes de la dependencia que sienten de su pareja y del malestar que ello les genera, pero, aun así, no se sienten capaces de abandonar la relación, o aunque lo han intentado muchas veces, siempre acaban volviendo.
Las relaciones de dependencia emocional y codependencia son difíciles de romper. Al fin y al cabo, se trata de relaciones adictivas ya que las fases que se experimentan al dejar a la pareja son las mismas que las de la deshabituación de sustancias. La dependencia es la adicción a una persona o a un tipo de relación que, aunque sabemos que nos está haciendo daño, no nos es posible abandonar.
El momento para buscar ayuda psicológica es cuando empezamos a identificar que la relación nos está haciendo daño, puede que ni siquiera sepamos por qué, pero cuando nos planteamos finalizarla nos invade una sensación muy grande de malestar. Tan grande que nos impide tomar la decisión.
Otro momento importante es cuando no conseguimos alejarnos de manera permanente de la pareja y siempre acabamos volviendo. Durante un tiempo la relación va bien pero siempre acaba por volver a estropearse.
El objetivo principal es que el paciente entienda el impacto que está teniendo esa relación en su bienestar y, desde ahí, ir ayudándole a poner límites y a crearse un mundo personal que le resulte satisfactorio para que finalmente pueda romper la relación definitivamente. Podríamos decir que durante la terapia se busca empoderar al paciente, que se reconcilie con él mismo y con sus capacidades y que entienda que el amor y el cariño no van de la mano del cuidado extremo. Aquí es importante abordar las ideas que tiene el paciente sobre el amor y sobre qué es la pareja. Para ello hay que reconstruir una autoestima que ha quedado destruida por una relación tóxica y reparar el estilo de vinculación que establece el codependiente y que seguramente llevará vigente muchos años, por no decir una vida entera.
Finalizar una relación de codependencia es difícil, pero se puede, pero lo que es todavía más importante es establecer las bases para no ir de una relación de codependencia a otra.
El objetivo de nuestro tratamiento es ayudarte a superar la codependencia, que aprendas a valorarte más y que tu bienestar y felicidad no dependa tanto de otra persona. Nuestro proceso de terapia individual incluye técnicas modernas como EFT, la hipnosis clínica, EMDR y la relajación.
A través de estas técnicas podemos acceder a tu inconsciente y descubrir esas experiencias infantiles que están en la base de la codependencia. Además, de esta forma podemos cambiar con mayor facilidad algunas de las creencias que alimentan este problema y eliminamos las emociones negativas vinculadas al mismo.
Si la codependencia está provocando que tu relación se tambalee y necesitáis ayuda como pareja también podemos ayudaros.
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