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Dismorfia corporal o trastorno dismórfico corporal. La obsesión por la perfección física

Aunque es normal preocuparse por el propio aspecto físico e intentar estar favorecido, la dismorfia corporal no es sinónimo de frivolidad, exceso de vanidad, tener ciertas inseguridades o algún complejo: las personas con dismorfia corporal viven excesivamente preocupadas y pendientes de su apariencia física y sus defectos físicos —en su gran mayoría de poca importancia o, incluso, inexistentes–.

¿Qué es el trastorno dismórfico corporal o la dismorfia corporal?

El trastorno dismórfico corporal (TDC), también conocido como dismorfia corporal, es un trastorno psicológico caracterizado por una percepción distorsionada de la propia apariencia física, confundiendo la percepción personal (subjetiva) con la realidad (objetiva). Tanto es así que no todas las personas con dismorfia corporal son capaces de reconocer que sus defectos percibidos son excesivos.

Dicha percepción errónea provoca una preocupación exagerada acerca del supuesto defecto físicoque suele ser de escasa importancia o, incluso, inexistente— y, en consecuencia, lleva a conductas compulsivas como emplear varias horas al día en mejorar la propia imagen o hacer comprobaciones para asegurarse de mantener o mejorar su atractivo, ocultando el supuesto defecto físico (p. ej., mirarse en el espejo frecuentemente en busca de defectos sin poder evitarlo).

Dismorfia corporal

Dicha preocupación puede estar centrada en una o varias partes del cuerpo específicas (p. ej., arrugas, venas marcadas, escasez de brillo en el pelo) o en aspectos más globales (p. ej., falta de musculatura o armonía en el cuerpo, olor corporal), pudiendo cambiar el foco de atención con el paso del tiempo.

Lógicamente, todos estos comportamientos terminan generando angustia y consumiendo mucho tiempo, lo que termina ocasionando conflictos laborales, familiares y de pareja, aparte de las consecuencias personales para quien padece dismorfia corporal.

Trastornos psicológicos relacionados con la dismorfia corporal.

A continuación, se explican las diferencias entre la dismorfia corporal y los trastornos de alimentación, los problemas de autoestima y el trastorno obsesivo-compulsivo.

¿Qué relación tiene el trastorno dismórfico corporal con los trastornos de alimentación?

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se caracterizan por la preocupación obsesiva sobre el peso y la forma corporal. Esto desencadena patrones de comportamiento alimentario desordenado.

Aunque la dismorfia corporal no tiene por qué desencadenar un trastorno de la conducta alimentaria (en la que la preocupación principal es el peso o el tejido adiposo), es relativamente frecuente que la obsesión por alcanzar una imagen física idealizada lleve a la restricción alimentaria o las conductas purgativas.

Asimismo, los trastornos de la conducta alimentaria pueden intensificar el trastorno dismórfico corporal, debido a la alteración de los hábitos alimentarios y las fluctuaciones de peso.

Dismorfia corporal qué es

¿La dismorfia corporal tiene relación con la autoestima?

La autoestima es la valoración personal y el grado de seguridad en sí mismo, en quién es y cómo será capaz de resolver los conflictos cotidianos. Esta percepción de sí mismo puede modificarse a lo largo del tiempo.

Atendiendo a la definición anterior, la baja autoestima podría relacionarse con diversos problemas psicológicos. De hecho, un estudio de la Escuela Médica de Brown (Rhode Island, EE.UU.) relacionó la baja autoestima con la mayor severidad de los síntomas de la dismorfia corporal.

Relación dismorfia corporal con baja autoestima

No obstante, es conveniente destacar que la baja autoestima no siempre se presenta a través del trastorno dismórfico corporal, siendo este sólo una de las posibles manifestaciones asociadas.

¿Cuál es la diferencia entre la dismorfia corporal y un trastorno obsesivo-compulsivo?

Dismorfia corporal dentro de la categoría TOC

Esto se debe a que la dismorfia corporal produce un pensamiento obsesivo (acerca de los defectos físicos) y un comportamiento compulsivo (conductas o pensamientos a fin de aliviar la ansiedad provocada por el pensamiento obsesivo).

¿Cómo saber si se padece dismorfia corporal?: Los síntomas del trastorno dismórfico corporal

A continuación, se exponen los síntomas de la dismorfia corporal:

Pensamientos obsesivos sobre el propio cuerpo:

  • Tener pensamientos intrusivos relacionados con el propio aspecto físico.
  • Preocuparse excesivamente por defectos físicos de poca importancia o imperceptibles para el resto, creyendo que reducen radicalmente el atractivo físico.

    tiempo dedicado al cuidado en la dismorfofobia

Conductas compulsivas:

Evitar completamente el uso de espejos o tener una relación amor-odio con ellos, no pudiendo evitar mirarse frecuentemente unos segundos a fin de identificar posibles defectos.

  • Comprobar constantemente la propia apariencia y arreglarse a fin de ocultar el defecto percibido (p. ej., repasar excesivamente el maquillaje o el vestuario, cambiarse varias veces de ropa al día).
  • Intentar solucionar (p. ej., mediante el aseo o retocar el peinado excesivamente, una depilación constante o el ejercicio físico exagerado) o paliar los supuestos defectos físicos (p. ej., usando sombreros o ropa ancha), incluso a costa de su salud (p. ej., exceso de bronceado, blanquearse la piel con productos dañinos, empleo de esteroides anabólicos, usar corsés muy ajustados o maquillaje excesivo durante todo el día).
  • Probar numerosos cosméticos y recurrir reiteradamente a especialistas (p. ej., dermatólogo) o a la cirugía estética, sin llegar a encontrarse plenamente satisfecho con los resultados.
  • Practicarse autocirugías a fin de eliminar sus defectos físicos (rascarse excesivamente o emplear utensilios como alfileres, hojas de afeitar o cuchillos).

Impacto a nivel social:

  • Preguntar a los demás para corroborar su estado físico.
  • Buscar en los demás la validación del propio aspecto físico, sin llegar a creerse los halagos.
  • Sentir incomodidad (o, incluso, ansiedad) cuando la gente dirige su mirada hacia el supuesto defecto físico.
  • Compararse físicamente con el resto, llegando a evitar determinadas situaciones sociales por ello (p. ej., ir a la playa).
  • Evitar situaciones en las que se pueda observar el propio cuerpo. Esto es especialmente frecuente en los casos de dismorfia muscular o vigorexia (preocupación por una constitución física pequeña o insuficientemente musculada).
  • Creer que los demás perciben de forma muy negativa la apariencia de quien padece dismorfia corporal.
  • Tendencia a aislarse a fin de evitar críticas o burlas por su físico. Algunos pacientes describen lo que sienten con la palabra "paranoia".

Síntomas emocionales:

  • Sentimientos de inferioridad y vergüenza constantes, así como de inutilidad y desesperanza.
  • Detectar que la incomodidad con la autoimagen afecta a otros ámbitos de la vida (p. ej., dificulta el rendimiento al estar rodeado y sentir que uno es observado por los demás).
  • Posible comorbilidad con otros problemas psicológicos como la ansiedad social y/o la depresión, así como los trastornos de alimentación o el trastorno obsesivo-compulsivo.

¿Cuánta gente padece dismorfia corporal? ¿Existen diferencias entre hombres y mujeres con respecto a los síntomas?

Prevalencia dismorfia corporal en el mundo

Sin embargo, diversos profesionales consideran que se trata de un trastorno infradiagnosticado, ya que las personas suelen ocultar sus síntomas por miedo a que sus defectos sean descubiertos o a ser tildados como vanidosos.

Por otra parte, si bien es cierto que los síntomas subclínicos son más comunes entre las mujeres, la proporción solo es ligeramente superior (excepto en la dismorfia muscular).

Respecto a las diferencias a nivel sintomático, esta es equivalente en ambos sexos, aunque con una presentación clínica diferente. Lo más habitual en los casos de dismorfia corporal es la preocupación por la piel, el cabello y la cara (ojos, nariz, labios y dientes). No obstante, existen diferencias: las mujeres suelen preocuparse más por el exceso de vello corporal, los senos, las caderas y las piernas; mientras que en los hombres es más frecuente la dismorfia muscular.

¿Cuál es el origen de la dismorfia corporal?

Comienzo dismorfia corporal

Respecto al origen del trastorno dismórfico corporal, suele deberse a una combinación de factores ambientales, sociales y biológicos:

  • Contexto social y cultural:

    La sociedad actual promueve unos valores de culto al cuerpo, asociando los ideales físicos de delgadez, firmeza y musculatura al éxito social y la competencia personal. Así, la insatisfacción con la propia imagen corporal puede llevar a la persona a cosificarse al equiparar su valía a la evaluación externa de su físico.

    Contexto social y cultural dismorfia corporal
  • Experiencias vitales: personas que durante su infancia fueron objeto de críticas o burlas debido a su físico, acoso escolar, abusos sexuales o víctimas de negligencia o abandono parental son más propensas a desarrollar este trastorno.
  • Modelos familiares: sentirse presionado por la familia o la pareja para cumplir con unas expectativas físicas determinadas. Ver en los padres (especialmente la madre) una preocupación excesiva por su imagen o la de los hijos también es un factor de riesgo.
  • Antecedentes familiares: hay mayor incidencia en personas cuyos padres o hermanos padecen este trastorno o trastorno obsesivo-compulsivo.
  • Problemas psicológicos concomitantes: la ansiedad y la depresión parecen aumentar el riesgo de desarrollar dismorfia corporal.
  • Personalidad: se asocian factores como la ansiedad rasgo, el perfeccionismo, la timidez, la autoexigencia, la necesidad de aprobación y la baja autoestima.
  • Desarrollo físico: los cambios durante la pubertad, el aumento rápido de peso o la menopausia son factores de vulnerabilidad.

¿Qué consecuencias tiene a nivel psicológico, social y físico la dismorfia corporal?

Consecuencias físicas, psicológicas y sociales de la dismorfia corporal:

  • Aumento del tiempo empleado en pensamientos obsesivos y comportamientos ritualizados (p. ej., visitas constantes a especialistas como dermatólogos, nutricionistas, dentistas, entrenadores físicos o cirujanos).
  • Inseguridad y aislamiento social, por temor a sentirse vulnerable o a malentendidos con sus allegados (por ejemplo, no creer que les dicen la verdad sobre su aspecto).
  • Baja autoestima: la persona cree que solo es querida si mantiene una apariencia física atractiva.
  • Dificultades para encontrar pareja o relacionarse socialmente. La actitud cohibida puede provocar el fracaso social que tanto teme (conocido como profecía autocumplida).
  • Problemas en las relaciones sexuales: mostrar el cuerpo desnudo genera ansiedad, lo que puede dificultar o impedir disfrutar del encuentro sexual.
  • Ansiedad o angustia: al estar centrado constantemente en su imagen física. Puede derivar en ansiedad social.
  • Depresión: al no lograr alcanzar la imagen idealizada, la persona siente que su situación no mejora, lo que puede generar síntomas depresivos.
  • Trastornos de la conducta alimentaria: si la preocupación principal está relacionada con el peso.
  • Problemas de salud asociados con prácticas insanas: a fin de intentar ocultar sus supuestos defectos físicos. Algunos de ellos son:

    - Problemas dermatológicos por el exceso de maquillaje e higiene, o por broncearse de forma compulsiva (se estima que el 25% de las personas con dismorfia corporal lo hacen para encubrir defectos percibidos en la piel).

    - Problemas derivados del uso excesivo de esteroides anabólicos en el caso de dismorfia muscular.
  • Cirugías estéticas innecesarias: en estos casos, la cirugía estética resulta inútil y solo agudiza el problema, llegando incluso a repetir la misma intervención, ya que responde a una obsesión por modificar rostro y cuerpo para alcanzar la perfección, no a razones objetivas o razonables.
  • Riesgo alto de suicidio: según la experta en dismorfia corporal Katharine Phillips (2011), el 80% de las personas con este trastorno tendrá ideación suicida y el 25% intentará suicidarse en algún momento.

    Relación dismorfia corporal y suicidio

¿Qué se puede hacer para sentirse mejor con la propia imagen sin necesidad de cambiar el aspecto externo?

  1. No dedicarle excesivo tiempo a la rutina de belleza: ser consciente del impacto negativo que puede tener en el estado anímico y en las relaciones personales.
  2. Recordar que el problema no es el cuerpo, sino la forma de pensar sobre él: tomar los pensamientos negativos como "simples voces" y no como verdades absolutas.
  3. Dejar el filtro de la negatividad corporal: observarse como un todo, reconociendo también las partes atractivas, y emplear un lenguaje positivo hacia uno mismo.
  4. Valorar otros aspectos que incrementan el atractivo: hacer una lista de habilidades y logros personales para reforzar el valor de la personalidad.
  5. Rodearse de personas respetuosas: evitar entornos donde se juzgue a los demás por su apariencia física.
  6. Eliminar perfiles de redes sociales: especialmente aquellos que abusan de filtros o promueven estándares irreales y superficiales.
  7. Aumentar la visión crítica sobre los cánones de belleza: entender que son cambiantes según época y cultura, y que muchos modelos publicitarios son irreales o inalcanzables.

¿La terapia psicológica puede ayudarme a superar la dismorfia corporal?

La terapia psicológica ha demostrado ser eficaz para reelaborar la visión distorsionada del cuerpo y facilitar su aceptación. Para ello, se trabaja en los siguientes puntos:

  • Extinguir los comportamientos compulsivos y reducir o eliminar pensamientos obsesivos sobre la imagen, dejando de centrar la vida en el aspecto físico.
  • Incrementar la autoestima: fomentar la seguridad personal y el valor por las cualidades internas.
  • Valorar el cuerpo de forma realista y poner en contexto su importancia para uno mismo y para los demás.
  • Reconciliarse con el espejo y mantener hábitos saludables para mejorar la relación con el cuerpo.
  • Evitar decisiones quirúrgicas motivadas por falta de aceptación de uno mismo o de su imagen distorsionada.
  • Enfrentar los miedos asociados a los defectos físicos para volver a relacionarse con naturalidad.
  • Observar con curiosidad la diversidad corporal, promoviendo un diálogo respetuoso sobre distintas siluetas saludables, sin caer en la crítica o el menosprecio.

    Terapia psicológica para el trastorno dismórfico corporal

Tarifas para el tratamiento de la dismorfia corporal

Estas son las tarifas de los tratamientos que ofrecemos en El Prado Psicólogos para abordar el trastorno dismórfico corporal:

- Tratamiento psicológico

Ofrecemos una primera entrevista informativa gratuita para valorar tu caso e indicarte el tratamiento más adecuado.

El precio por sesión es de 85 euros, con la posibilidad de adquirir un bono de 5 sesiones por 375 euros (75 euros por sesión).

- Tratamiento farmacológico

La primera consulta psiquiátrica cuesta 110 euros y las siguientes 90 euros.

Ser tratado por dismorfia corporal

Manuel E. Gomez MANUEL Psicólogo, hipnoterapeuta y terapeuta EMDR.
María Jiménez MARÍA Psicóloga, sexóloga, terapeuta EMDR e hipnoterapeuta.
Mónica Jiménez MÓNICA Psicóloga, hipnoterapeuta y formadora
Pilar García PILAR Psicóloga, psicoterapeuta, hipnoterapeuta y terapeuta EMDR
Ainara Frade AINARA Psicóloga Especialista en Psicología Clínica
Laura LAURA Q. Psicóloga sanitaria
psicologo-maria-m MARÍA M. Psicóloga sanitaria, sexóloga y neuropsicóloga
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