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Las pesadillas en niños y los terrores nocturnos infantiles son uno de los problemas más comunes con los que tienen que lidiar los padres. De hecho, es probable que en más de una ocasión tu hijo te haya despertado a mitad de la noche, desconcertado y asustado por un mal sueño.
La mayoría de los niños sufren pesadillas de manera esporádica, por lo que estas no suelen ser motivo de preocupación. Solo necesitas consolarle y tranquilizarle para que se vuelva a dormir. No obstante, si las pesadillas infantiles se vuelven recurrentes o tu pequeño comienza a padecer terrores nocturnos que afectan la calidad del sueño, es importante que acudas a un profesional. En El Prado Psicólogos podemos ayudar a tu hijo a tener un sueño reparador.
Las pesadillas infantiles son sueños desagradables de contenido terrorífico que suelen generar sentimientos intensos de angustia, ansiedad y miedo. Generalmente aparecen durante el último tercio de la noche, que es cuando se produce la fase de sueño más profunda, el sueño REM, aunque pueden aparecer en cualquier otro momento.
El contenido de las pesadillas en los niños suele estar relacionado con amenazas a la supervivencia, como puede ser un ataque físico, o a la autoestima, como un fracaso o una humillación. Ese contenido puede reflejar una experiencia real, una fantasía o combinar ambas.
Como resultado de la pesadilla, notarás que tu hijo:
Se despierta de manera inesperada y repentina.
Experimenta miedo, angustia y ansiedad.
Tiene dificultades para distinguir el sueño de la realidad durante los primeros minutos.
Se levanta empapado de sudor y con taquicardia.
Entre un 1,3 y 3,9% de los padres refieren que sus hijos en edad preescolar tienen pesadillas a menudo o siempre. Las pesadillas infantiles pueden agudizarse entre los 10 y 13 años, etapa en la que suelen alcanzar su máximo pico.
Es difícil saber con exactitud qué provoca las pesadillas infantiles. Suelen aparecer entre los 3 y 6 años y se cree que se trata de una manera de procesar las experiencias que los pequeños han vivido durante el día.
También podrían ser un reflejo de sus temores, angustias y preocupaciones ya que cuando los niños se sienten estresados o tienen que afrontar un cambio importante en sus vidas, como una mudanza, la entrada al colegio, el nacimiento de un hermano o el divorcio de los padres, las pesadillas suelen intensificarse y son más inquietantes.
Si los niños tienen una imaginación muy fértil, el contenido de algunos libros, películas o series de televisión justo antes de irse a la cama también puede causar las pesadillas.
Usualmente las pesadillas solo provocan un ligero malestar, pero si son pesadillas frecuentes y hacen que tu hijo se despierte asustado en la noche pueden llegar a causar un deterioro en su desempeño escolar ya que la falta de descanso nocturno le provocará somnolencia diurna, la cual afectará su atención en clases.
Como resultado de las pesadillas infantiles, tu hijo también podría desarrollar un miedo secundario, como la nictofobia (miedo a la oscuridad) o la somnifobia (miedo a dormir). Es probable que muestre comportamientos antagónicos, como dejar las luces de la habitación encendidas para sentirse más seguro o seguir horarios de sueño irregular que pueden llevarle a padecer insomnio.
Los terrores nocturnos, catalogados como una parasomnia, se caracterizan por una reacción de miedo que ocurre durante la transición de una fase de sueño a otra. Tienen lugar durante el sueño no REM, una fase más superficial, por lo que son más habituales durante el primer tercio de la noche, dos o tres horas después de que el niño haya conciliado el sueño.
Se estima que el 36,9% de los niños de menos de 18 meses presentan terrores nocturnos. A los 2 años y medio esta cifra desciende al 19,7% ya que normalmente los terrores nocturnos en niños desaparecen a medida que su sistema nervioso madura.
Durante un episodio de terror nocturno en niños es habitual que estos:
Griten de miedo y angustia o lloren, y en algunos casos pueden llegar a pegar o patear.
Se sienten en la cama inesperadamente, empapados de sudor.
Miren fijo, con los ojos muy abiertos y las pupilas dilatadas.
Sean difíciles de consolar y tranquilizar.
Respiren con pesadez y tengan el pulso acelerado.
Pueden hablar, pero de manera incoherente.
Se muestren muy confundidos si logras despertarles y no recuerda nada de lo ocurrido.
Lo más habitual es que los episodios de terror nocturno duren entre 1 y 10 minutos, aunque en ocasiones pueden ser más largos, sobre todo en los niños.
Los terrores nocturnos están causados por una hiperactivación del sistema nervioso central durante el sueño. Algunos niños heredan esa tendencia. Se estima que el 80% de los pequeños que padecen terrores nocturnos tienen al menos un progenitor que sufrió trastornos del sueño durante la infancia. En esos casos, la probabilidad de que sufran terrores nocturnos es 10 veces mayor que en la población general. En otros casos los terrores nocturnos se deben a una inmadurez del sistema nervioso.
Este problema se agudizará cuando tu hijo esté muy cansado, estresado o fatigado. Notarás que los episodios son más frecuentes cuando duerme en un sitio nuevo lejos de casa, sobre todo si sufre interrupciones del horario de sueño, generalmente debido a un viaje. Una enfermedad, la fiebre y el consumo de algunos medicamentos también pueden incrementar la frecuencia e intensidad de los terrores nocturnos.
Una de las principales diferencias entre las pesadillas y los terrores nocturnos en los niños es el grado de recuerdo. Tu hijo podrá recordar el contenido de la pesadilla, o al menos grandes trozos de la misma, pero no recordará nada o casi nada de lo ocurrido durante un episodio de terror nocturno.
Las manifestaciones de las pesadillas y los terrores nocturnos también difieren. Los niños se suelen despertar solos tras la pesadilla y casi inmediatamente se muestran orientados y alertas. No obstante, les cuesta volver a conciliar el sueño debido al miedo y el estado de activación en que se encuentran.
En el caso de los episodios de terror nocturno, aunque tu hijo tenga los ojos abiertos, en realidad sólo está semidespierto y probablemente te cueste mucho despertarle o consolarle. Sin embargo, volverá a conciliar el sueño sin grandes dificultades.
Tu hijo puede tener un episodio de terror nocturno aislado que curse sin más complicaciones, pero si estos episodios se repiten, es posible que:
Presente somnolencia diurna excesiva, la cual suele generar problemas de rendimiento en la escuela ya que el pequeño tendrá problemas para concentrarse.
Experimente vergüenza debido a los terrores nocturnos, lo cual puede limitar su vida social ya que el niño se negará a participar en aquellas actividades, como los campamentos, en las que tenga que quedarse a dormir con sus compañeros de clase.
Sufra lesiones auto infringidas durante los episodios o lesione a las personas que intenten despertarlo, aunque afortunadamente esto no es habitual que ocurra.
En El Prado Psicólogos podemos ayudar a tu hijo a superar sus pesadillas o terrores nocturnos y dormir tranquilamente. Enfocamos nuestra terapia en cuatro aspectos: la falta de control sobre la ensoñación, la percepción de que su contenido es real, los argumentos que generan el miedo y la importancia conferida a esos sueños.
En un primer momento profundizaremos en la historia de tu hijo, para asegurarnos de que no exista ningún factor del entorno que esté causando esas pesadillas. Identificaremos los principales factores de estrés y preocupaciones, por si necesitamos trabajar en ellos a través de la psicoterapia. Aunque utilizamos otras herramientas además de las que mencionamos a continuación, vamos a ver algunas de las técnicas empleadas en terapia:
Lograr que tu hijo tenga un sueño reparador durante toda la noche.
Convertir el momento de ir a la cama en un ritual relajante para tu hijo.
Eliminar el miedo y la ansiedad que generan las pesadillas.
Contamos con profesionales experimentados en la Psicología Infantil y el tratamiento de las pesadillas y los terrores nocturnos en niños, de manera que puedes tener la certeza de que tu hijo está en buenas manos.
Desarrollamos un tratamiento personalizado, adaptado a las características, problemas y necesidades de tu hijo, para que se sienta cómodo en todo momento.
Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos el problema de tu hijo/a y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado.
En el tratamiento de los terrores nocturnos el precio de cada consulta psicológica es de 85 euros. Ofrecemos un bono descuento de 5 sesiones por 375 euros (75 euros por sesión).
Referencias Bibliográficas:
Boyden, S. D. et. Al. (2018) An evolutionary perspective on night terrors. Evol Med Public Health; (1): 100–105.
APA (2014) Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
Miró, E. & Martínez, P. (2004) Tratamientos psicológicos de las pesadillas: Una revisión. International Journal of Psychology and Psychological Therapy; 4(1): 11-36.
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