Psicología y Felicidad va dirigido a todos aquellos que prefieren crecer a envejecer. Un blog práctico donde quiero ofrecerte información, recursos y estrategias para ser más feliz, que al final es de lo que se trata ¿no?
¿Qué es el abuso sexual?
El abuso sexual es la interacción o el contacto sexual entre la víctima y el agresor, quien busca estimularse sexualmente y obtener placer con ello, aunque también puede haber un fin económico (explotación sexual). En este sentido, el abuso sexual no sólo abarca las relaciones adultas o con menores de forma no consentida, sino que también incluye aquellas en las que el agresor se encuentra en una posición de poder o control sobre su víctima, pudiendo ser presionada violentamente, amenazada o engañada.
"Se estima que entre el 10% y el 20% de personas sufre abuso sexual durante su infancia (fuente GeoViolenciaSexual)".
Dichas circunstancias pueden darse no sólo en las relaciones entre un niño y una persona significativamente mayor que éste (otro menor de 18 años o un adulto), sino también entre personas dependientes (p. ej. con discapacidad o ancianos con deterioro cognitivo o físico severos) e inmaduras que no comprenden que dicha actividad sexual es inapropiada para su edad y su desarrollo psicosexual y, por consiguiente, resultan incapaces de tomar una decisión verdaderamente libre (p. ej. en los casos de estupro, actividades sexuales entre un adulto y un menor que da su consentimiento).
Introducción y comprensión de la neurodivergencia
Definición y origen del término neurodivergencia
Neurodiversidad y diferentes neurotipos
Características principales de las personas neurodivergentes
El término neurodivergencia fue acuñado por la socióloga Judy Singer y adoptado por activistas por los derechos de las personas con autismo en la década de los 90. Algunos de ellos como Jim Sinclair, Kathy Lissner Grant y Donna Williams, fundaron la Red Internacional del Autismo, basada en el principio de que esta condición no es una enfermedad, sino un estilo de procesamiento cognitivo, utilizando dicho término para explicar las diferencias existentes en el funcionamiento del cerebro entre las personas. En consecuencia, una persona puede considerarse “neurodivergente” si su cerebro aprende, funciona o procesa la información de manera diferente a la mayoría de las personas.
“Hablamos de la Alta Sensibilidad si una persona tiene su sistema nervioso más fino, más desarrollado que la mayoría de la gente. Esto tiene como consecuencia que esa persona recibe relativamente mucha más información sensorial a la vez que alguien con una mediana sensibilidad. La Alta Sensibilidad es un rasgo hereditario que afecta a dos de cada diez personas, hombres y mujeres por igual.” Karina Zegers
Si bien es cierto que las nuevas tecnologías han traído consigo toda una serie de nuevas formas de comunicación y relación mediante el uso de redes sociales, sistemas de mensajería instantánea o aplicaciones de citas, también han propiciado la aparición de términos hasta el momento desconocidos como es el caso del "ghosting".
El "ghosting" es una palabra de origen anglosajón que surge a principios de la década de los años 2000 y proviene de la palabra “ghost”, es decir, fantasma; de un modo literal la traducción sería algo así como “hacerse el fantasma”. Hace referencia a la práctica mediante la cual una persona desaparece de la vida de otra o corta todo contacto sin dar ninguna explicación; esto implica no contestar llamadas ni mensajes, evitar cualquier tipo de comunicación por medio de redes sociales e incluso bloquear a la otra persona en aplicaciones como por ejemplo whatsapp.
A pesar de que el ghosting es una práctica empleada en muchos ámbitos, destaca especialmente en el contexto de las relaciones románticas, donde uno de los miembros de la pareja no quiere continuar con la relación y en lugar de verbalizarlo o comunicárselo a la otra persona, opta por desaparecer. Desde el punto de vista psicológico, el ghosting está directamente relacionado con conductas evitativas, falta de estrategias de afrontamiento y habilidades de comunicación, repetición de patrones de conducta y determinados rasgos de personalidad.
Tomar la decisión de comenzar a ir al psicólogo puede ser algo difícil para muchas personas, aunque también es un primer paso que puede generarnos mucho alivio, ya que a menudo esta decisión viene tras un largo periodo de sufrimiento y sentimos que estamos empezando a hacer algo por ponerle fin. Llegados a este punto, ¿a quién acudir? Y realmente esta es una pregunta importante, ya que no todas las terapias ni todos los psicólogos nos van a poder ayudar de la misma forma, ni van a encajar igual de bien con nosotros.
Si todavía no tienes claro si necesitas o no acudir al psicólogo, te invitamos a leer este otro post. Si ya has tomado la decisión y necesitas saber cómo elegir un buen psicólogo, en este artículo te brindamos algunas claves para encontrar al mejor psicólogo que se ajuste a tus necesidades.
¿Qué es el apego?
Una de nuestras necesidades principales como seres humanos es la de establecer vínculos, buscando experimentar la sensación de afecto, aceptación y seguridad, es decir, de sentirnos acompañados y queridos (Delgado. 2004).
Cubrir esta necesidad es el objetivo de nuestro sistema de apego, es decir, de nuestro sistema de vinculación, por lo que, el apego en sí, es el vínculo afectivo establecido.
John Bowlby (1969), creador de la teoría del apego, explica como dicho vínculo se va forjando a través de las experiencias de seguridad que vamos experimentando, en un primer momento con nuestra madre desde el vientre materno y posteriormente con nuestros cuidadores principales y nuestros iguales. Por lo que, en función de dichas experiencias desarrollaremos un tipo de apego u otro.
Del mismo modo, este sistema no solo nos ayuda a relacionarnos, interaccionar y generar vínculos con los demás, sino que también actúa como regulador de nuestras emociones (Sroufe, 1996).
Hay personas que desde muy pequeñas muestran una gran sensibilidad y reaccionan de manera excesiva ante estímulos que para los demás pasan prácticamente desapercibidos, como una luz un poco más brillante de lo habitual, un sonido ligeramente más alto, un leve cambio de temperatura ambiental o incluso la textura de la ropa.
En las personas altamente sensibles (PAS) estos estímulos no solo generan malestar e irritación sino que incluso pueden provocar síntomas físicos como mareos, nauseas y dolor de cabeza. De hecho, en algunos casos esas sensaciones llegan a ser tan intensas que la persona se ve tentada a escapar del lugar.
Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza, las relaciones interpersonales forman parte de nuestro día a día y conforman un área muy importante de nuestras vidas.
Las relaciones con otros cubren muchas necesidades esenciales: apoyo, cuidado, ocio, entretenimiento, aprendizaje, autoestima…
Es algo demostrado que el apoyo social es uno de los mejores amortiguadores de estrés con los que contamos. Pero también puede ser el área que mayor estrés nos produce. Cuando existen carencias en este ámbito, es probable que nos cueste más lidiar con el día a día, nuestra autoestima se ve dañada y nuestro estado de ánimo se deteriora.
En este artículo vamos a hablar del síndrome del impostor. Si quieres saber si puedes estar sufriéndolo empieza haciéndote estas preguntas:
¿Has tenido alguna vez la sensación que los logros que estabas consiguiendo eran debido a un golpe de suerte? ¿Qué tu nuevo puesto, tu aumento de sueldo, la felicitación de tus superiores… se debía a un cúmulo de casualidades que no sabías muy bien de dónde venían? Quizá sientes que no te mereces las cosas que consigues o que no vales lo que los demás creen, quizá a veces te sientes como un impostor o impostora, y piensas que si los demás te conocieran realmente no te tendrían en tan alta estima, si es así, sigue leyendo.
Quién eres?
Es una pregunta sencilla, pero puede ser difícil de responder. Sin duda, no eres solo tu nombre, ni tu profesión ni tampoco tus roles sociales. Lo que te identifica y te hace único es tu personalidad.
La personalidad es como la huella dactilar, no hay dos iguales en el mundo.
La personalidad, entendida como las diferencias individuales en los patrones de pensamiento, sentimientos y comportamientos, se forma a lo largo de la vida y determina nuestras actitudes y decisiones. Por eso, comprender cómo somos nos ayudará a detectar nuestras fortalezas y puntos débiles, para crecer como personas y mejorar nuestro bienestar y equilibrio emocional.
La teoría del apego gana cada vez más seguidores en nuestros días. Gracias a la investigación sabemos que la relación afectiva entre la madre y el niño es fundamental para que este crezca de manera sana.
Hoy me gustaría hablarte sobre cómo sanar el pasado sanando nuestras heridas emocionales.
Hay gente que opina que revisar el pasado es una pérdida de tiempo y que lo importante es concentrarse en el presente. Muchas veces este razonamiento nace del miedo al dolor que produce recordar ese pasado. Esta huida hacia delante lo que produce es precisamente el efecto contrario de lo que se pretende lograr, ser feliz hoy, en este momento. Una metáfora que podría ilustrar este mecanismo sería como si un alérgico al polvo va metiendo debajo de la alfombra toda la suciedad para no verla y piensa que así no le afecta.
Rosario Linares es psicóloga y psicoterapeuta. Fue una de las pioneras en España en integrar en la psicoterapia el trabajo terapéutico, tanto con la parte más racional de nuestro cerebro como con la parte más emocional. Para ello utiliza una metodología innovadora, con herramientas como la hipnosis, EMDR (Eyes Movement Desensitization and Repro- cessing), PNL (Programación Neurolingüística), EFT (Emotional Freedom Techniques), el mindfulness y el coaching.
Actualmente dirige el gabinete de psicología "El Prado Psicólogos", centro psicológico de referencia en Madrid en psicoterapia breve y terapias de tercera generación, dónde se trabaja desde una metodología integrativa.
Ha publicado los libros "Resiliencia o la adversidad como oportunidad" y "Duelo y resiliencia. Guía para la reconstrucción emocional", este último junto a su compañera Ana María Egido.