Apego Desorganizado o Desorientado: "El cajón de sastre afectivo: una de cal y otra de arena"

El apego desorganizado —también conocido como apego inseguro desorganizado—representa uno de los patrones vinculares más complejos y menos comprendidos dentro de la teoría del apego. En nuestro centro de psicología en Madrid, observamos con frecuencia cómo este tipo de apego afecta profundamente a la forma en que una persona se relaciona consigo misma y con los demás. Identificarlo es el primer paso hacia el cambio.
Este tipo de apego suele estar profundamente ligado a experiencias traumáticas de la infancia, marcadas por relaciones parentales contradictorias, abuso o negligencia.
En El Prado Psicólogos, trabajamos con personas con apego desorganizado mediante intervenciones integradoras que permiten comprender y sanar este patrón.
Muchas personas no saben que el malestar emocional, la confusión en las relaciones y la dificultad para establecer vínculos seguros pueden estar relacionados con un apego inseguro desorganizado.
Ejemplos reales: Testimonios sobre el apego desorganizado.
A continuación, se exponen testimonios característicos y ejemplos de personas con apego desorganizado, lo cual ayudará a su identificación:
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"No recuerdo prácticamente mi infancia. Cuando recuerdo algo 'traumático' no logro conectar con mis emociones".
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"No sé de dónde viene, pero mi ira siempre ha sido descontrolada. Por eso me han etiquetado como problemática, porque ha hecho que, en más de una ocasión, me metiera en líos, sobre todo cuando era adolescente".
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"En ocasiones, siento que no hay conexión entre lo que siento y lo que hago. Los demás me dicen que actúo de forma contradictoria y confusa".
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"Al relacionarme con los demás siento emociones contradictorias, como si tuviera distintas partes dentro de mí".
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"A veces, me comporto como si le amara y otras como si le odiara, no me entiendo ni yo. Paso del amor al odio, no sé expresar mi amor".
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"Me gusta que me dé cariño, pero no puedo evitar sentirme mal cuando me lo da, como si no lo mereciera. Esto me hace sentir dolor y, a veces, hace que rechace su cariño".
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"Le quiero y quiero estar con él, pero no puedo evitar hacerle daño o humillarle. No entiendo por qué lo hago".
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"Cuando miro hacia atrás me doy cuenta de que todas mis relaciones sentimentales han sido turbulentas. Quizás he intentado tener tantas relaciones para buscar tapar mis carencias".
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"Siempre he tenido miedo a que me abandonaran, pero también me ha costado tener intimidad y confianza. Mis parejas no me entendían".
Síntomas comunes del apego seguro desorganizado
¿Qué sucede cuando, durante la infancia, un niño crece en un hogar abusivo y caótico, imprevisible y desconcertante? Los sentimientos de desprotección y desorganización propios de los hogares con padres negligentes o abusivos (conflictivos, con maltrato o abusos físicos o emocionales), posiblemente diagnosticados con algún tipo de trastorno mental o adicción, suelen asociarse a un trauma de apego y, por consiguiente, al desarrollo de un apego inseguro desorganizado.
Para entender el apego desorganizado —también denominado desorientado— es necesario comprender su complicada y dolorosa infancia, pues ahí se desarrollaron todos sus patrones comportamentales (ahora desadaptativos y poco saludables), cuyo objetivo es evitar la reexperimentación de su mayor miedo: el ser o sentirse violado física o emocionalmente.
Este miedo a volver a vivir lo ocurrido —no sólo por las posibles acciones de los demás, sino por volver a experimentar dichas emociones— hace que la persona muestre una división interna (manifestando con ello su confusión y disociación internas): necesita el apego, pero siente miedo al abandono y, a la vez, rabia por su necesidad de estar apegado.
Este complicado y doloroso coctel emocional desencadena emociones y comportamientos contradictorios, generando desconcierto en los demás y en sí mismo. Las palabras que suelen emplear estas personas para definirse a sí mismas son inestable, impredecible, caótica, dramática, impulsiva o problemática, entre otras. De hecho, es cierto que esta desorganización interna les resta funcionalidad —al menos en ciertos aspectos—, lo que suele provocar una gestión deficiente de sus actividades y relaciones cotidianas, en las que se alterna aproximación y evitación.
No obstante, si hubiera que emplearse una única palabra para definir el apego desorganizado, sería la de desorientación, pues se trata de personas con muchas necesidades diferentes y, en ocasiones, contradictorias. Esto se debe a que impera un sentimiento de confusión interna, mostrando una gran dificultad para identificar y entender sus emociones y las ajenas.
Por otra parte, sus heridas emocionales hacen que la persona desarrolle una gran desconfianza hacia los demás, permaneciendo en un estado de hipervigilancia y tensión emocional, tendiendo a disociarse ante situaciones de estrés (ya que la parálisis fue el mecanismo que le ayudó a "pasar desapercibida" y sobrevivir). Esto último guarda relación con su faceta evitativa en las relaciones, la cual busca evitar reexperimentar los síntomas del trauma, es decir, las reacciones emocionales que le hacen sentirse vulnerable.
Cabe destacar que se trata de personas que, dada su historia vital, no han aprendido a cuidar de los demás ni tampoco a ser cuidadas. No saben cuidar porque, aunque a veces lo hagan, no saben mostrar sus emociones de una forma funcional y también tienden a mostrar rechazo hacia los demás (por su desconfianza aprendida). Tampoco saben dejarse cuidar, no sólo por esta desconfianza hacia los demás, sino porque sienten que no merecen ser cuidadas (ya que no lo han sido antes y, además, suelen sentirse merecedoras del maltrato infantil que sufrieron), por lo que o bien rechazan los cuidados ajenos o bien sienten dolor cuando los demás le cuidan (les conecta con el trauma).
Esto puede llevar a una situación equívoca, pues los demás tienden a confundir este rechazo o dolor con un deseo de soledad o con que esos cuidados son indeseados, lo que confirma los sentimientos de rechazo y desconfianza de la persona con apego desorganizado ("se han cansado de mí"). Todo ello despierta una sensación intensa de soledad e incomprensión en la persona con apego desorganizado, quien muestra así rechazo hacia los demás y hacia sí misma. Esto, a su vez, suele hacer que se pongan (o les pongan) la etiqueta de malas personas o peligrosas.
"El apego desorganizado o desorientado es un patrón relacional complejo que se gesta durante los primeros años de vida".
Relaciones afectivas con apego desorganizado: Una montaña rusa emocional
"El apego desorganizado es una mezcla grave de los apegos inseguros ansioso-ambivalente y evitativo, siendo habitual en personas diagnosticadas de trastorno límite de la personalidad".
En el apego desorganizado, las distintas partes emocionales muestran diferentes tipos de respuesta de manera simultánea: unas de aproximación (mostrando gran necesidad de contacto afectivo) y otras de evitación (con miedo al rechazo).
La presencia de distintas partes da lugar a la aparición de comportamientos como:
- Incapacidad para recibir y dar afecto de manera adecuada, a pesar del deseo de conexión e intimidad.
- Muestras de afecto contradictorias ("te amo y te odio"). P. ej. tener detalles hacia la otra persona y gustar de recibir cariño, pero a la vez rechazar o humillar al otro.
- Faltas de respeto y empatía hacia el otro, no aceptando sus límites y derechos, pues creció en un ambiente de imposición y autoritarismo en el que no se respetaban los sentimientos y opiniones del niño.
- Agresividad, pues ha aprendido que las relaciones íntimas conllevan agresividad y la anticipa.
- Evitar o romper relaciones fácilmente, rechazando a otros porque vive los vínculos como algo peligroso.
En resumen, la persona con apego desorganizado o desorientado tiende a reproducir los patrones comportamentales que vio en sus modelos de apego, resultando inestables, poco predecibles, impulsivos y contradictorios.
¿Qué consecuencias tiene el apego inseguro desorganizado?
Las consecuencias del apego inseguro desorganizado (tanto en adultos como en niños) son diversas:
- Disociación, como la falta de conexión emocional y/o la amnesia disociativa.
- Inestabilidad emocional e impulsividad.
- Dificultades para comprender el mundo interno y las propias emociones, percibiendo la falta de conexión entre lo que se siente y lo que se hace.
- Falta de empatía: Las dificultades para entender los límites, las obligaciones y los derechos se ven reflejadas en sus relaciones sociales.
- Relaciones sentimentales turbulentas y/o insatisfactorias, tendiendo a evitar o romper las relaciones fácilmente debido a que perciben a los demás como peligrosos o malos.
- Agresividad: Ante el menor conflicto, se tiende a responder de forma agresiva, pudiendo llegar, incluso, a la agresión física. Esto se debe a que la desconfianza le hace estar a la defensiva y responde de la misma forma que aprendió durante su infancia.
- Conductas disruptivas o problemáticas: A causa de la ira contenida y de la normalización de comportamientos insanos, puede caer en conductas agresivas, desafiantes e, incluso, antisociales.
- Baja autoestima: La persona con apego desorganizado tiende a culpabilizarse del maltrato recibido, viéndose su autoestima mermada.
- Depresión u otros problemas psicológicos: La falta de cuidados y la soledad pueden llegar a generar un vacío interior propio de un cuadro depresivo. Asimismo, los abusos sufridos durante la infancia pueden dar lugar a un trastorno de estrés postraumático y pueden llevar a la autoagresión.
- Adicciones: La necesidad de regular las emociones puede hacer que busque evadirse de la realidad a través de vías disfuncionales como el abuso de sustancias, la adicción a las compras o el juego, etc..
- Comportamientos delictivos durante la adolescencia, en parte debido al desconocimiento de los límites y la falta de empatía debidos al trato irrespetuoso y hostil por parte de los progenitores.
- Problemas somáticos derivados del estado de inestabilidad emocional.
"El vínculo entre los padres y el niño resulta más amenazante que en los otros apegos inseguros, lo que genera un desequilibrio interno muy fuerte, marcando su carácter y comportamiento".
¿Cuál es el origen del apego inseguro desorganizado?: Causas del apego desorganizado.
Las causas del apego desorganizado guardan relación con las muestras afectivas de la/s figura/s de apego (normalmente sus padres, que son los cuidadores principales), que son las siguientes:
- Estilo parental impredecible y desconcertante, mostrando falta de control de impulsos y estallidos emocionales, transmitiendo miedo y angustia a su hijo, quien no recibe contacto reparativo.
- Cuidados negligentes o abusivos, caracterizados por conflictos, negligencia de las necesidades del menor (inclusive las físicas), maltrato y abusos.
- La figura de apego se muestra intolerante ante comportamientos que no considera adecuados en su/s hijo/s, lo que desata la agresión.
- Respuesta exagerada, atemorizante y/o violenta a las peticiones de ayuda o el acercamiento del niño, castigándole por sus propias frustraciones. En este sentido, se observa su baja tolerancia a la frustración y, en consecuencia, una respuesta violenta.
- Son violentos y agresivos física y/o emocionalmente, pudiendo incluir abusos sexuales hacia el menor.
- Proporcionan una educación inestable en la que no se tienen en cuenta las necesidades del niño.
"En el hogar del niño con apego desorganizado imperan la desorganización y la desprotección y, aunque a veces se cubren sus necesidades, casi siempre viven en un entorno agresivo y hostil".
¿Cómo saber si un niño tiene apego inseguro desorganizado?: Cómo se comporta un niño con apego desorganizado.
El niño que desarrolla un apego desorganizado manifiesta distintos comportamientos diferenciales como:
- Miedo a los cuidadores, pues los asocian con los sentimientos de malestar, tristeza y culpa que suelen despertar sus figuras de apego. P. ej., evita el contacto visual con la figura de apego cuando ésta regresa tras un episodio de agresividad. No obstante, busca acercarse pese al miedo.
- Conductas erráticas hacia sus padres pues, aunque necesita sus cuidados y atención, quiere alejarse de ellos debido al miedo y el daño que le causa su relación.
- Miedo a explorar y a la independencia, pues teme cometer algún error y ser castigado por ello. También puede tener miedo a que las otras personas sean como sus padres (por lo que no quiere descubrir el mundo que le rodea).
"Este miedo a explorar puede llevar al niño a tener diversas fobias e, incluso, perjudicar su desarrollo cognitivo debido a la privación de estímulos exteriores".
- Dificultad para expresarse, siendo normalmente redundante y descoordinado.
- Problemas cognitivos relacionados con la atención, la concentración y la memoria.
- Síntomas de disociación, perdiendo el contacto con la realidad, evadiéndose como mecanismo de defensa inconsciente, a fin de poder sobrevivir en su entorno. P. ej., a fin de evitar llorar ante las agresiones pues esto incrementaría el maltrato.
- Hipervigilancia emocional, ya que el niño permanece en alerta a fin de evitar o prevenir situaciones de rechazo o maltrato.
- Explosiones emocionales y comportamientos impulsivos debido a la ira reprimida en pos de mantener el vínculo.
- Baja autoestima.
- Inversión de roles con los padres (convertirse en los padres de estos), especialmente durante la adolescencia.
Tratamiento psicológico del apego desorganizado en Madrid
El paciente con apego desorganizado necesitará un espacio de seguridad y confianza en el que poder reparar su apego y desarrollar sus habilidades emocionales y sociales sin miedo a ser dañado, sabiendo que no le van a agredir. Elegir el terapeuta y el espacio más adecuados será de gran ayuda en este sentido.
Para poder reparar el apego del paciente y profundizar en su trauma de apego, será necesario, en primer lugar, mejorar su estado emocional, reduciendo su estado de tensión emocional, de forma que pueda aprender a acceder a sus emociones (entenderlas, aceptarlas y gestionarlas) y afrontar los sucesos negativos sin caer en la agresión o la disociación ante situaciones de estrés (manejándolos desde una única expresión del "yo").
Asimismo, aprender a cuestionar las etiquetas negativas sobre sí mismo y su atribución de la culpabilidad por los malos tratos recibidos será especialmente importante. También los será ganar o recuperar la confianza en sí mismo y en los demás, transformando su actual imagen del mundo (inseguro, impredecible y dañino) por otra más sana y funcional (con control y seguridad ante las diversas situaciones).
"El objetivo principal de la terapia psicológica es que la persona entienda que las relaciones no tienen por qué implicar daño emocional".
Para reparar el apego inseguro desorganizado es imprescindible hacer un trabajo con las partes interiores del paciente. Para ello, se utilizarán diferentes herramientas para poder acceder y conocer las distintas partes interiores, enseñando a la persona a integrarlas, haciendo que trabajen como un equipo (y no como partes diferenciadas y "enemigas" entre sí). Esto se hace con el fin de establecer un mundo emocional y un comportamiento social más sano y coherente (teniendo un "yo" integrado).
En este sentido, será importante reparar las distintas heridas emocionales a lo largo de su vida, ayudando a procesar las distintas situaciones de negligencia o maltrato con ayuda de técnicas como EMDR, hipnosis, ejercicios del niño interior, etc..
Por otra parte, y como muestra de la efectividad terapéutica, será necesario aprender a vivir en un estado de tranquilidad (y no de hipervigilancia)en las relaciones afectivas, construyendo relaciones sanas y reparadoras. Para ello, aparte de trabajar la autoestima y el establecimiento de límites, se mejorará la empatía hacia los demás, evitando cometer los mismos errores que cometieron con el paciente (invalidación emocional, agresividad, etc.).
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