1. ¿Qué entendemos por desobediencia infantil?
La desobediencia infantil es el rechazo a acatar la orden concreta de un adulto. Esto puede manifestarse de distintas maneras: rechazando acometer ciertas tareas, deteniendo una actividad ya iniciada o realizando conductas que se saben prohibidas. Esto podría entenderse como algo natural: también los adultos desobedecemos e incumplimos ciertas normas puntualmente.
Sin embargo, cuando un niño se comporta de manera inadecuada habitualmente y en distintos ambientes, podemos hablar de desobediencia en niños como un problema más estructurado. En esos casos, los niños desobedientes no solo discuten puntualmente, sino que muestran un patrón de oposición que se repite en casa, en el colegio o con otras figuras de autoridad.
La gravedad de la desobediencia puede diferenciarse:
Problemas leves:
Tener que llamar la atención al niño de forma constante para que haga o no haga algo, pues le cuesta aceptar un no por respuesta y tiende a proponer alternativas. En ocasiones, puede molestar a sus hermanos u otros niños, pero no suele hacer trastadas y sus rabietas son más bien ocasionales.
Problemas moderados:
Es un niño que muestra un perfil más caprichoso —al menos en apariencia—. Responde con un "no", hace travesuras y molesta a los demás, a quienes culpa de su mala conducta. También puede tener discusiones con sus padres e, incluso, insultarles alguna vez.
Problemas graves:
Se trata de un niño más negativista y desafiante (tanto con adultos como con profesores). De hecho, es habitual que incumpla los castigos y que haga trampas, recurriendo a la mentira y a acusaciones. Esta situación de discusiones le lleva a tener rabietas fruto de la rabia mal canalizada. Tiende a molestar mucho a los demás, pudiendo llegar a mostrarse violento debido a su carácter vengativo y rencoroso.
"Desobedecer es actuar de forma contraria a lo que sabe que espera el adulto y abarca conductas de diferentes intensidades, tales como mirar de forma desafiante, ignorar, negarse a colaborar, romper reglas o gritar".
En resumen, no todo niño que dice “no” está desarrollando un problema, pero cuando la desobediencia en niños se vuelve constante, intensa y afecta a la convivencia, conviene observarla con más detenimiento y, si es necesario, consultar con un psicólogo infantil en Madrid.
1.1. ¿Qué no es desobediencia?
En ocasiones, tendemos a confundir que el niño no cumpla la norma con la desobediencia. Por ello, es importante aclarar que la desobediencia no es:
- Faltar el respeto: En este caso, el niño buscaría dañar a fin de imponerse, despreciando al otro de forma consciente.
- Tener mala educación: Los niños muchas veces no siguen normas sociales básicas por falta de aprendizaje o guía social.
- No hacer algo cuando no se ha comprendido bien la orden: Esto suele darse cuando las normas no se expresan de forma clara, concreta y consistente.
- No cumplir lo pactado o saltarse una regla por hambre, cansancio o estar sobreestimulado.
- Resistirse a algo por incomodidad profunda (vergüenza, ansiedad, conflicto de lealtades entre progenitores, culpa, etc.).
- Responder de forma emocional a un límite expresado inadecuadamente.
"La desobediencia no es un ataque u ofensa personal, sino un intento de expresar una necesidad o de reafirmar su propia identidad".
Comprender bien qué es y qué no es desobediencia ayuda a los padres a interpretar mejor el comportamiento de sus hijos y a no etiquetar como “niños desobedientes” lo que, en realidad, es una reacción emocional, una falta de comprensión o un exceso de exigencia.
2. Lo que hay detrás de la desobediencia: ¿Qué expresa la desobediencia en los niños?
"Dado que los niños no tienen un lenguaje emocional desarrollado, su conducta es una forma de expresar sus sentimientos y necesidades".
![Niña pensativa estudiando bajo una lámpara Niña pensativa de perfil iluminada por una lámpara, refleja la reflexión y el mundo interno de los niños]()
Por ello, la desobediencia en niños no es sinónimo de un problema concreto, sino que puede deberse a distintas causas:
- Curiosidad.
- Fatiga emocional o sensorial (p. ej., estrés).
- Explorar los límites.
- Búsqueda de autonomía e independencia.
- Sentirse poco tenido en cuenta (falta de comprensión de sus verdaderas necesidades).
- Necesidad de atención emocional.
- Conflictos relacionales no expresados (p. ej., tensiones familiares, celos o ser víctima de acoso escolar).
- Emociones internas como tristeza, miedo o frustración. La baja autoestima o la inseguridad también pueden manifestarse de esta manera.
- Temperamento que favorece este comportamiento (lo que coloquialmente se conoce como tener un "carácter fuerte" o "personalidad").
- Rebeldía propia de su etapa de desarrollo.
- Modelado de respuestas agresivas (copiar patrones de agresividad del propio entorno doméstico).
- Fallos en la comunicación de los padres (p. ej., emitir órdenes, faltarse al respeto entre los padres delante del niño).
- Falta de consecuencias y/o cambios en las decisiones de los padres dependiendo del mal comportamiento del niño.
- Falta de rutinas, constancia e incoherencias en los límites debidos al cansancio o desacuerdos en la pareja.
- Estilo educativo permisivo (por miedo a herir a sus hijos y provocarles algún daño en su autoestima) o negligente (por dejadez de sus funciones parentales).
- Trastornos psicológicos en los niños (se desarrollará más adelante).
En muchos casos, lo que vemos como “niños desobedientes” son niños que están intentando decir “mírame”, “no puedo más”, “necesito que me entiendas” o “quiero que tengas en cuenta lo que yo siento”. Poner la lupa en lo que la conducta expresa, más que en lo que molesta, es clave para acompañarles.
Si queremos comprender mejor la relación entre límites, respeto y desarrollo emocional, los recursos sobre crianza positiva pueden ser de gran ayuda para madres y padres.
3. ¿Es normal la desobediencia a ciertas edades? La desobediencia en las distintas etapas de desarrollo
La desobediencia es una conducta natural durante el desarrollo infanto-juvenil y empieza a darse como tal a partir de los dos años. Dependiendo de cada etapa del desarrollo, el niño transgrede las normas con una finalidad y por causas/necesidades diferentes:
Entre los 2 y 4 años
El niño busca afirmar su autonomía e identidad: ha descubierto que es un individuo distinto y que puede ejercer voluntad. Ese “no” constante forma parte de su proceso de diferenciación, y aunque resulte agotador para los padres, en muchos casos es esperable.
Entre los 6 y los 8 años
El niño está explorando los límites, pues las estructuras claras le proporcionan seguridad emocional. Desobedecer puntualmente le ayuda a comprobar hasta dónde puede llegar y cómo responden los adultos, probando así la solidez y coherencia de las normas.
Entre los 10 y los 12 años
El niño desarrolla un pensamiento más abstracto y crítico, de manera que necesita entender y participar en la toma de decisiones. En esta etapa, la desobediencia puede aparecer cuando siente que no se le escucha o que las normas son injustas o arbitrarias.
Durante la adolescencia
El cuestionar las normas tiene como finalidad la autodefinición, el adolescente está explorando su identidad. Aquí, la desobediencia en niños (ya casi adolescentes) se mezcla con la necesidad de diferenciarse de los padres y construir un criterio propio.
![Niño pensativo en un campo de trigo Niño pensativo en un campo de trigo mirando al cielo, simboliza la búsqueda de independencia en la desobediencia infantil]()
"Desde la perspectiva de la psicología evolutiva, la desobediencia no es un defecto, sino una expresión natural del avance psicológico hacia la autonomía, la identidad y el pensamiento crítico".
La Organización Mundial de la Salud recuerda que el desarrollo infantil saludable se apoya en un entorno de cuidado sensible y relaciones afectivas estables. Puedes ampliar información sobre este enfoque en la iniciativa de Nurturing Care para el desarrollo infantil temprano.
Las guías elaboradas por pediatras, como las de la Asociación Española de Pediatría para familias, también ofrecen orientación sobre el desarrollo esperado por edades y los signos de alarma que conviene consultar. Un recurso útil es la web EnFamilia, diseñada específicamente para madres y padres.
4. ¿La desobediencia puede estar relacionada con trastornos psicológicos?
En algunos casos, la desobediencia (especialmente aquella persistente o extrema) puede ser síntoma de otros problemas psicológicos en el niño, tales como:
Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH):
La impulsividad, la dificultad para sostener la atención y recordar las normas pueden llevar a confundir la desobediencia voluntaria con una dificultad para autorregularse propia de los niños con TDAH. Puedes ampliar información sobre este problema en nuestra página sobre TDAH infantil.
Trastorno del espectro autista (TEA):
La desobediencia puede deberse a una resistencia al cambio, la dificultad para comprender las reglas sociales o procesar las instrucciones verbales, así como un fruto de la saturación sensorial. En algunos casos, forma parte del conjunto de trastornos del desarrollo infantil.
Síndrome del niño emperador:
En este caso, la desobediencia es un patrón aprendido que ha sido reforzado por el entorno. La falta de límites claros y la baja tolerancia a la frustración del niño hace que éste termine asumiendo el control, dejando de reconocer la autoridad del adulto.
Trastorno negativista desafiante (TND):
La desobediencia es el síntoma central, refleja cómo es la relación del niño con la autoridad y su entorno. El niño muestra una actitud hostil y discute constantemente con los adultos. Su comportamiento es provocador y desafiante para con las figuras de autoridad (padres, profesores, etc.). Puedes leer más sobre este problema en nuestra página dedicada al trastorno negativista desafiante (TND).
Para las familias que desean ampliar información, algunas guías internacionales sobre el trastorno negativista desafiante ofrecen orientaciones detalladas sobre su diagnóstico y tratamiento, como la información para familias de la Child Mind Institute sobre ODD.
Trastorno explosivo intermitente:
La desobediencia no es sistemática, sino que se da durante episodios de descontrol emocional agudo, caracterizados por estallidos de ira ante las normas o límites que resultan intolerables para el niño en ese momento. Puedes ampliar información en nuestra página sobre trastorno explosivo intermitente.
Trastornos de conducta:
En estos casos, la desobediencia adquiere una dimensión notablemente más grave, pues el niño viola normas importantes de forma deliberada, pudiendo haber conductas antisociales. Si sospechas que tu hijo puede estar en esta situación, puede ser útil consultar nuestra sección sobre problemas de conducta infantil.
Trastornos de ansiedad o depresión:
Cuando un niño se siente inseguro o emocionalmente desbordado, puede reaccionar con irritabilidad, oposición o "bloqueo" conductual. La desobediencia realmente no sería tal, sino un reflejo del malestar interno. Para saber más sobre ansiedad en la infancia, pueden resultar útiles recursos como la guía de la AEPap sobre trastornos de ansiedad en la infancia y adolescencia.
![Niña triste apoyada en una silla Niña sentada y triste apoyada en el respaldo de una silla, simboliza el malestar emocional detrás de la desobediencia]()
Posibles problemas de apego:
En niños con apego inseguro o desorganizado, la desobediencia puede ser una forma de probar el vínculo afectivo, obtener atención o protegerse del adulto, al que perciben como emocionalmente inestable o impredecible.
"La desobediencia no siempre es un acto de rebeldía: a menudo es el lenguaje de un niño que no sabe o no puede expresar su malestar de otra manera".
Aquí, más que etiquetar al niño como “desobediente”, es importante entender qué está tratando de decirnos su conducta y si existen otras señales de alarma emocionales o comportamentales. En El Prado Psicólogos atendemos tanto problemas de conducta como otros problemas emocionales que pueden estar en la base de la desobediencia.
5. ¿Cuándo la desobediencia se vuelve un problema y es necesario buscar ayuda psicológica?
A continuación, se exponen situaciones que indican que la desobediencia se ha convertido en un problema necesario a abordar con ayuda externa profesional:
- Si la desobediencia es intensa y constante.
- Si se trata de un patrón continuado que incluye falta de respeto a la autoridad.
- Si parece que el niño no registra las consecuencias de sus actos (esto indicaría falta de reflexión, dificultad en el desarrollo del juicio causa-efecto, desconexión emocional o escasa empatía).
- Si hay reacciones emocionales desproporcionadas frecuentes (p. ej., agresividad) o regresiones emocionales (comportamientos propios de etapas evolutivas previas).
- Si se perciben signos de infelicidad en el niño (p. ej., refiere no tener amigos, sentirse desanimado, triste o poco apreciado).
- Si el niño presenta, además, otros comportamientos que pueden relacionarse con los trastornos psicológicos anteriormente comentados.
- Si la dinámica familiar, social o su aprendizaje se están viendo afectados.
- Si persiste el patrón a pesar de haber aplicado cambios en la comunicación con su hijo/a.
- Si la familia tiene un patrón conflictivo a la hora de resolver los desacuerdos familiares (p. ej., muestra agresividad verbal, abuso emocional o físico).
![Niño serio en la playa mirando a cámara Niño serio en la playa con la mirada fija, representa la soledad y el sufrimiento que puede acompañar a la desobediencia en niños]()
Cuando la desobediencia en niños llega a este punto, no se trata solo de un problema de normas, sino de un malestar emocional y relacional que merece ser escuchado y acompañado. En estas situaciones, puede ser de gran ayuda contar con la orientación de un profesional de la terapia infantil o de la orientación familiar.
5.1. ¿Cómo puede ayudar el psicólogo con la desobediencia?
Debido a la intensidad o la duración de la actitud de desobediencia y, a fin de paliar o prevenir que se dañe la convivencia familiar o académica (con todo lo que ambas cuestiones implicarían para el niño), es recomendable acudir a terapia psicológica con el menor.
En la terapia psicológica se identificará el origen del problema, pues no es lo mismo que sea un problema neurológico o emocional del niño a que se deba a un inadecuado planteamiento de las reglas en casa. En cualquier caso, es habitual que tanto los padres como el niño acudan a la consulta a fin de trabajar:
La regulación emocional del niño:
Reconocer sus emociones, desarrollando habilidades de autocontrol, autoestima y empatía son las áreas principales del trabajo con el menor. La terapia se tenderá a presentar de la mano del juego y el arte a fin de facilitar el acceso al mundo emocional del niño.
El establecimiento de límites y la comunicación familiar:
Aprender a establecer límites coherentes sin caer en el autoritarismo o en la permisividad (a veces, fruto del propio aprendizaje y/o las propias heridas emocionales), validando las emociones del niño y la frustración del adulto son las claves del proceso.
Como complemento, algunos recursos de UNICEF sobre cómo poner límites pueden aportar ideas prácticas para el día a día, siempre entendiendo que no sustituyen la intervención personalizada de un profesional.
"Con el nacimiento de un hijo, también nacen unos padres que aprenden a cuidar sin un manual de instrucciones que les guíe en una crianza afectuosa y firme a la par".
La intervención psicológica no busca “apagar” la desobediencia sin más, sino transformar la relación, ayudar al niño a expresar de otra forma lo que siente y dotar a los padres de herramientas para sostener los límites con calma, coherencia y afecto. En algunos casos, también puede ser recomendable un espacio de terapia familiar para trabajar con todo el sistema.
6. Tratamiento de la desobediencia en niños en El Prado Psicólogos
En El Prado Psicólogos Madrid trabajamos la desobediencia en niños desde una mirada integral: no solo analizamos la conducta, sino también el contexto familiar, el momento evolutivo del niño, su historia emocional y posibles factores neuropsicológicos.
Nuestro abordaje se caracteriza por:
Atención personalizada:
Cada niño y cada familia son únicos. No aplicamos “recetas estándar” para niños desobedientes, sino que diseñamos un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades concretas.
![Niña riendo con alegría tras superar sus dificultades emocionales Primer plano en blanco y negro de una niña riendo con la cabeza hacia atrás, simboliza la mejora emocional y la esperanza en el tratamiento de la desobediencia en niños]()
Trabajo conjunto con la familia:
En la mayoría de los casos, combinamos sesiones con el niño con sesiones de orientación a padres, para que las herramientas aprendidas en la consulta puedan trasladarse a la vida cotidiana.
Integración de diferentes enfoques terapéuticos:
Utilizamos técnicas basadas en la evidencia para el trabajo con problemas de conducta, regulación emocional, autoestima e inseguridad, así como recursos de juego terapéutico y arteterapia que facilitan que el niño pueda expresarse.
Formato presencial y online:
Atendemos de forma presencial en Madrid y también ofrecemos psicología online, lo que permite a muchas familias acceder al tratamiento aunque no vivan en la ciudad o tengan dificultades de horarios.
Además, solemos ofrecer una primera entrevista informativa gratuita para valorar la situación, orientar a la familia y explicar la propuesta de intervención de forma clara y cercana. Las tarifas de las sesiones se ajustan al tipo de intervención y al profesional que atienda el caso; puedes consultar las tarifas actualizadas de psicología infantil y adolescencia en nuestra web o contactarnos para que te orientemos.
Si sientes que la desobediencia de tu hijo está desbordando a la familia, pedir ayuda no significa que hayas fracasado como madre o como padre. Significa que estás poniendo cuidado y conciencia en vuestra relación y en su bienestar emocional.
7. Preguntas frecuentes sobre desobediencia en niños
1. ¿Cuándo la desobediencia en niños es “normal” y cuándo debería preocuparme?
Es normal que los niños se opongan, protesten o digan “no” en determinadas etapas del desarrollo (especialmente entre los 2 y 4 años y en la adolescencia). Debería empezar a preocupar cuando la desobediencia es muy intensa y constante, afecta a la convivencia familiar, genera sufrimiento en el niño o se acompaña de agresividad, mentiras, baja autoestima u otros síntomas emocionales.
2. Niños desobedientes, ¿significa que mi hijo es “malo” o que lo estoy educando mal?
No. Hablar de niños desobedientes no implica que el niño “sea malo”, sino que está teniendo dificultades para regularse o expresar lo que siente de otra manera. La desobediencia suele ser un síntoma multifactorial, donde influyen tanto las características del niño como el estilo educativo, las dinámicas familiares y el momento vital.
3. ¿Qué puedo hacer en casa ante la desobediencia de mi hijo?
Es importante establecer límites claros y coherentes, explicar el porqué de las normas, mantener la calma en la medida de lo posible, reforzar positivamente las conductas adecuadas y evitar mensajes humillantes o etiquetas (“eres un desobediente”, “siempre igual”). También ayuda mucho dedicar tiempo de calidad al niño y escuchar lo que hay detrás de su malestar.
4. ¿La desobediencia en niños siempre indica un trastorno psicológico?
No siempre. En muchos casos, forma parte del desarrollo o responde a factores ambientales (cambios familiares, problemas escolares, celos, estrés…). Sin embargo, cuando la desobediencia es extrema, persistente o va acompañada de otras señales de alarma, conviene descartar dificultades como TDAH, TND, problemas de apego, ansiedad o depresión. Ante la duda, es recomendable una valoración por parte de un psicólogo infantil.
5. ¿Cómo es el tratamiento de la desobediencia en niños en El Prado Psicólogos?
En nuestro centro realizamos una evaluación inicial del niño y de la dinámica familiar, y a partir de ahí establecemos un plan de intervención. Combinamos la terapia con el menor (trabajando regulación emocional, habilidades sociales, autoestima y manejo de la frustración) con sesiones de orientación a padres para ayudarles a aplicar límites claros, coherentes y afectuosos. Siempre desde un trato cercano, respetuoso y humano.
8. Autoría y revisión clínica
Autora:
M.ª Victoria Orbe Valls, Psicóloga en El Prado Psicólogos.
Revisión clínica:
Rosario Linares, Psicóloga sanitaria y directora de El Prado Psicólogos Madrid.
Si te estás viendo reflejado en estas situaciones, puedes pedir una primera entrevista informativa gratuita con nuestro equipo especializado en psicología infantil.
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