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La mayoría de las personas no disfruta de las inyecciones. Todos experimentamos cierto grado de aprensión y/o malestar ante la perspectiva de entrar en contacto con las agujas, lo cual es perfectamente normal y se debe a un mecanismo de defensa evolutivo que nos legaron nuestros ancestros.
Sin embargo, a algunas personas la sola idea de tener que enfrentarse a una aguja les genera una gran ansiedad. Hay quienes ven una aguja y comienzan a experimentar palpitaciones, sudoración, náuseas, mareos y en casos extremos, pueden llegar a sufrir un desmayo. Si ese es tu caso, es probable que padezcas una fobia a las agujas, también llamada belenofobia, un trastorno que afecta aproximadamente al 5-10% de la población.
¿Sabías que cada año se aplican unas 12.000 inyecciones en todo el mundo ya que se trata del procedimiento médico más común?
Las fobias se catalogan como un trastorno de ansiedad y se caracterizan por una respuesta irracional ante una situación que no representa un peligro real. Significa que puedes ser perfectamente consciente de que tu miedo a las agujas, jeringuillas e inyecciones es ilógico, pero aún así no logras controlarlo.
Ese miedo y la sensación de aprensión son tan grandes que llegan a interferir en tu vida. Es probable que evites los tratamientos médicos o pospongas las citas con el doctor para no tener que enfrentarte a los procedimientos que te atemorizan y evitar esa incómoda sensación de angustia.
En algunos casos el miedo a las agujas puede formar parte de un cuadro fóbico más amplio. Si sufres aicmofobia, por ejemplo, no solo le temerás a las agujas sino también a todos aquellos objetos que puedan cortar o pinchar, como las jeringuillas, alfileres, bisturíes y cuchillos. En el caso de la belonefobia, el miedo se restringirá solo a los objetos que puedan causar heridas con sangre.
Miedo irracional ante la perspectiva de tener que inyectarte o entrar en contacto con las agujas, el cual se alimenta de pensamientos catastrofistas sobre las posibles consecuencias de esa situación.
Sensación de malestar, angustia y ansiedad ante la perspectiva de entrar en contacto con las agujas.
Desmayos, que pueden ocurrir antes, durante o después de la inyección. El 50% de las personas con miedo a las agujas presenta un reflejo vasovagal caracterizado por un aumento de la presión arterial y el ritmo cardiaco, seguidos de un descenso brusco de ambos parámetros que causa el desvanecimiento.
Respuestas fisiológicas intensas como sudoración profusa, náuseas, mareos, sensación de opresión el pecho y/o visión borrosa.
Ataque de pánico, que puede llevarte a escapar del lugar o resistirte violentamente a la inyección o el contacto con las agujas.
Cuando la belenofobia es muy intensa, estas respuestas no solo se activan ante las agujas propiamente dichas sino también al entrar en contacto con el personal médico e incluso al percibir un olor a antiséptico que te recuerde a un hospital.
En la mayoría de los casos, la fobia a las agujas se genera a partir de una asociación, como resultado de un acontecimiento particularmente estresante. Es probable que la causa de ese miedo se remonte a una o varias experiencias traumáticas, que generalmente se producen durante la infancia.
Casi siempre ese miedo ha sido generado por una reacción inesperada e involuntaria del cuerpo, como por ejemplo un desmayo, pero dado que a la persona le resulta difícil separar el miedo a las agujas de la reacción biológica que estas desencadenaron, en su mente se produce una asociación negativa que termina causando la fobia.
Ese suceso se quedará grabado en tu cerebro, así como las sensaciones negativas que experimentaste, de manera que cuando vuelvas a exponerte a las agujas, revivirás esas sensaciones, amplificadas por el miedo. Así se cierra el círculo vicioso de la fobia.
La fobia a las agujas también puede estar causada por haber sufrido procedimientos médicos dolorosos, o haber visto cómo alguien cercano se sometía a estos, sobre todo si se produjeron durante una etapa del desarrollo particularmente sensible o si la persona es muy sugestionable. En ese caso se hace referencia a un condicionamiento vicario; es decir, has concluido que las agujas hacen mucho daño a partir de las reacciones de otra persona.
No obstante, se estima que el 10% de los casos de fobias a las agujas tienen en su base una hipersensibilidad al dolor. En la práctica, es posible que seas muy sensible al dolor, de manera que no toleras bien los procedimientos médicos y estos terminan generando una profunda aversión.
De hecho, las personas que tienen un sistema nervioso autónomo más inestable son más propensas a desarrollar fobias específicas. También se ha apreciado que tener una historia personal o familiar de otras fobias o de trastornos de ansiedad incrementa la vulnerabilidad a desarrollar un trastorno fóbico.
La fobia a las agujas no suele ser peligrosa, pero dado que la persona suele evitar las visitas al médico, puede comprometer su estado de salud si no recibe el diagnóstico y tratamiento más adecuados a tiempo. De hecho, las personas con miedo a las agujas suelen evitar los exámenes de sangre rutinarios y en muchos casos incluso se niegan a realizar pruebas importantes que permitan diagnosticar otras patologías. Tampoco suelen ser muy amigos del dentista, lo cual puede hacer que tengan una mala salud dental.
Las consecuencias de la fobia a las agujas también se extienden al plano psicológico. A menudo la persona se da cuenta de que su miedo no es racional pero dado que no logra controlarlo, siente una profunda sensación de impotencia y frustración. Esas sensaciones pueden terminar minando su autoestima y afectando su autoconfianza.
A diferencia de otras fobias, el miedo a las agujas puede generar una intensa respuesta vasovagal que cause desmayos, por lo que es importante realizar un diagnóstico preciso y poner en práctica una estrategia psicoterapéutica personalizada. En El Prado Psicólogos analizaremos tu caso y aplicaremos las técnicas que mejor se adapten a tus necesidades.
Tensión aplicada. Con esta técnica aprenderás a identificar las primeras señales vasovagales, de manera que puedas contraer diferentes grupos musculares para aumentar la presión arterial y evitar el desmayo. También podrás aplicarla cuando tengas que someterte a tratamientos médicos que te asusten.
EMDR. Si tu fobia a las agujas se debe a un trauma, con esta técnica te ayudaremos a reprogramar esa experiencia en el cerebro, de manera que disminuya su impacto emocional y pase a formar parte de tu memoria autobiográfica sin generar esa activación fisiológica.
EFT. Esta técnica se basa en la estimulación de determinados puntos de acupuntura, con el objetivo de liberar las emociones y sensaciones negativas asociadas a la fobia a las agujas. Es muy eficaz cuando el miedo es muy intenso y se produce un bloqueo que no permite avanzar en la terapia.
Hipnosis clínica. A través de la hipnosis accedemos a tu inconsciente, tanto a los recuerdos como a las sensaciones y creencias que se encuentran en la base de la fobia o la alimentan, para sustituirlas por otras ideas que te ayudarán a recuperar el control.
Técnicas de relajación. El miedo genera una serie de cambios fisiológicos que alimentan el círculo vicioso de la ansiedad y conduce a la aparición de los ataques de pánico. Te enseñamos a identificar los signos de las crisis de ansiedad para que puedas evitarlas aplicando la técnica de relajación con las que te sientas más cómodo/a.
Visualización. La imaginación es una herramienta muy poderosa, por lo que podemos utilizarla como un método de desensibilización sistemática para que aprendas a lidiar con las situaciones que te atemorizan. Con la visualización sentirás que tienes el control en todo momento, de manera que podrás superar la fobia a las agujas sin experimentar demasiada ansiedad.
PNL. A través de la Programación Neurolingüística podremos cambiar los modelos mentales negativos que se encuentran en la base de la fobia a las agujas. Utilizando anclajes, asociación y disociación de la situación fóbica te ayudaremos a recodificar esa experiencia, hasta que deje de afectarte.
Aprender a detectar los primeros signos de la ansiedad, de manera que puedas controlarla a tiempo.
Superar el miedo a las agujas, para que puedas cuidar mejor tu salud.
Ganar autoconfianza y aprender técnicas de autocontrol y gestión de la ansiedad.
Terapia breve y eficaz. Sabemos que quieres ver resultados cuanto antes, por lo que ponemos en práctica un enfoque terapéutico centrado en soluciones. Detectamos la causa de la fobia y nos enfocamos en eliminarla.
Tratamiento personalizado. Analizamos tu caso y te proponemos un plan terapéutico completamente adaptado a tus necesidades y características personológicas, de manera que puedas sentirte cómodo/a en todo momento.
Profesionales experimentados. Contamos con un grupo de psicólogos con gran experiencia en el tratamiento de los trastornos de ansiedad y las fobias, que podrán ayudarte con las técnicas eficaces validadas en la práctica clínica.
Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos tu caso y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado para ti.
El precio de cada consulta para el tratamiento de la belenofobia es de 85 euros. Ofrecemos un bono descuento de 5 sesiones por 375 euros (75 euros por sesión).
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