- Elegidos por "Psicología y Mente" como el mejor centro de psicología de Madrid y el segundo mejor de España -
¿Hay algún comportamiento de tu hijo/a que te preocupe? Si buscas un psicólogo infantil en Madrid en El Prado Psicólogos podemos ayudarte. Los psicólogos infantiles realizan un abordaje integral de los problemas, tanto personales, como familiares y escolares, que pueden aparecer en estas etapas tempranas de la vida tan decisivas para el desarrollo futuro del niño. Si estás preocupado/a por tu hijo/a un psicólogo o psicóloga infantil puede orientaros.
Los niños experimentan un periodo de rápido crecimiento marcado por cambios importantes, tanto en su carácter como en su comportamiento. En la base de estos cambios normalmente se encuentra una conjugación de factores, por una parte se hallan las transformaciones físicas propias de la maduración y, por otra parte, los cambios en su esfera social y cognitiva. Estos cambios no siempre son fáciles de sobrellevar y pueden dar lugar a conflictos o incluso a trastornos psicológicos o emocionales en los niños.
¿Sabías que aproximadamente la mitad de los niños que han tenido un desarrollo normal a lo largo de su infancia han sido reportados por sus padres como inquietos e hiperactivos, aunque no cumplían con los criterios para diagnosticar un trastorno de hiperactividad con déficit de atención?
Muchas veces estas transformaciones generan preocupación en los padres, que se preguntan si se trata de comportamientos normales para la edad o no.
De hecho, durante la infancia la conducta que se puede considerar normal para un pequeño de tres años deja de serlo a otra edad por lo que un mismo comportamiento puede tener una causa diferente dependiendo de la etapa por la que esté atravesando el niño.
Lo que a una edad puede catalogarse como un comportamiento típico y aceptable, a otra edad puede convertirse en el síntoma de un trastorno psicológico.
Algunos adultos creen que los niños no tienen problemas o que estos no son tan importantes y agobiantes como los que se viven en etapas posteriores de la vida. De hecho, muchos suelen pensar que estos problemas se resolverán por sí solos o que todas las conductas disruptivas forman parte del desarrollo y que “se le pasará cuando crezca”.
Un estudio realizado en la Universidad de California descubrió que la mayoría de los padres suelen subestimar las preocupaciones y la ansiedad que sufren sus hijos mientras que sobreestiman su nivel de optimismo y alegría.
Los niños también pueden tener dificultades para afrontar determinadas situaciones, sobre todo cuando estas superan los recursos psicológicos de los cuales disponen a su edad. Los pequeños intentan darle un sentido a su mundo y pueden sentirse muy frustrados cuando las cosas no salen como esperaban, se entristecen cuando sucede algo negativo y se preocupan o sienten miedo cuando hay demasiada incertidumbre. Por eso, en ciertas ocasiones, pueden necesitar la ayuda de un psicólogo.
Como regla general, se debe acudir al psicólogo infantil cuando el niño presenta conductas que no son adecuadas para su edad y tampoco responden a un patrón cultural. También puede ocurrir que no alcance los hitos que se esperan para su edad, lo cual puede indicar un retraso en el desarrollo o una involución en el mismo.
Además, estas conductas deben ser persistentes en el tiempo; es decir, debe existir un patrón de respuesta constante a lo largo de varias semanas y este debe provocar un deterioro en alguna de las áreas de acción del niño, como sus resultados académicos o las relaciones con su familia y los compañeros del colegio.
Sin embargo, no siempre es fácil saber cuándo una conducta es adecuada o no para cierta edad. Por eso, ante las dudas, si te sientes desorientado/a y no sabes cómo ayudar a tu hijo, la mejor alternativa es pedir el consejo de un experto en psicología infantil, este analizará tu caso y te brindará las orientaciones pertinentes para que enfrentes la situación de la manera más adecuada.
De hecho, es importante tener en cuenta que, si no se toman las medidas adecuadas, lo que puede comenzar como un comportamiento puntual, puede degenerar a lo largo del tiempo provocando un patrón de conducta desadaptativo. Tener más información siempre es beneficioso y te permitirá participar activamente en el desarrollo de tu hijo, previniendo que la alteración se agrave.
También es necesario acudir a un psicólogo infantil cuando notas que el niño tiene problemas para aprender o para relacionarse con sus compañeros porque estas dificultades, que al inicio quizás parecen poco importantes, pueden incidir negativamente en la configuración de su personalidad.
También puedes pedir ayuda si notas que en las últimas semanas su comportamiento ha cambiado y se muestra más retraído, irritable o inquieto que de costumbre. El psicólogo valorará la gravedad del problema y te indicará el camino más adecuado a seguir.
No olvides que hablar con tu hijo es importante, pero en ocasiones mantener una buena comunicación no es suficiente para resolver los problemas.
Una familia funcional no solo debe basarse en la comunicación, sino que también debe expresar asertivamente sus emociones y poner límites. Por eso, a veces no es necesario esperar a que surja un problema para acudir al psicólogo, también puedes pedir orientación sobre cómo manejar los cambios importantes, como un divorcio, la muerte de un ser querido o un traslado de colegio.
Muchas veces, sobre todo cuando el niño es muy pequeño, no es necesario que sea él el que acuda a la consulta. Unas sesiones de orientación dirigidas a los padres pueden ser suficientes para cambiar ciertas pautas y dinámicas del niño.
Como norma, a los niños no se les debe contar mentiras, porque de esta forma no solo perderán la confianza en sus padres, sino que también pensarán que mentir es correcto. Hay muchas personas que evitan usar la palabra “psicólogo” porque piensan que se trata de algo vergonzoso que es mejor ocultar. Sin embargo, los niños, por muy pequeños que sean, son muy susceptibles a estos detalles y se dan cuenta cuando les quieren ocultar algo.
Por eso, lo mejor es abordar el tema con naturalidad. Díselo tranquilamente recurriendo a palabras que pueda entender, aunque es conveniente que no te excedas demasiado dando argumentos.
A los más pequeños se les puede decir que van a acudir a un sitio donde hay un psicólogo que ayuda a los niños a manejar sus emociones y le va a enseñar estrategias para afrontar mejor los problemas que le preocupan, un profesional parecido a los maestros que jugará y conversará con él/ella.
A los niños mayores se les puede hablar abiertamente de la necesidad de acudir al psicólogo, pero es importante que le transmitas la idea de que el problema no es exclusivamente suyo, sino de que se trata de una dificultad que atraviesa toda la familia y que necesitáis orientación para afrontarla de la manera más conveniente para todos.
De esta forma desplazas el centro de la atención y el niño no se siente culpable por lo que sucede, por lo que se mostrará mucho más abierto y cooperativo cuando llegue a la consulta.
También le puedes explicar que los psicólogos no solo abordan trastornos sino que son profesionales que ayudan a las personas “normales” en momentos difíciles. Por ejemplo, puedes comentarle que la mayoría de los grandes deportistas tienen un psicólogo que les permite sacar lo mejor de sí durante los entrenamientos y las competiciones.
Los problemas más comunes que tratamos desde el área de psicología infantil son los siguientes:
Los problemas de alimentación que podemos encontrarnos en la infancia son los siguientes:
El TDAH de un patrón persistente de desatención e impulsividad que no es normal para la edad del niño y que le causa problemas en otras áreas, como el rendimiento académico o las relaciones con sus coetáneos. Estos pequeños son inquietos y les suelen desagradar las tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido o que demandan mucha concentración. Se trata de un trastorno que afecta entre el 3 y el 5% de los niños en edad escolar y cuyos síntomas pueden aliviarse con el tratamiento adecuado.
En ocasiones existen problemas que afectan profundamente la dinámica familiar, pero que no se catalogan como trastornos psicológicos propiamente dichos, como puede ser la desobediencia, la falta de límites y los celos. Sin embargo, con el asesoramiento adecuado y la implicación de toda la familia, estas dificultades tienen fácil solución.
Algunos niños no llegan a desarrollar una fobia social propiamente dicha, pero se muestran tímidos y retraídos, no logran potenciar sus habilidades sociales o tienen problemas con sus amigos y compañeros. Estas dificultades pueden convertirse en un lastre para su desarrollo social, pero se pueden solucionar trabajando en su autoconfianza y autoestima, así como estimulando sus competencias sociales y la expresión emocional.
Se afirma que en España uno de cada cuatro escolares es víctima del acoso escolar. De hecho, al llegar a los 7 u 8 años el riesgo de sufrir bullying se multiplica por cuatro. La solución no siempre está en cambiar al niño de colegio sino en enseñarle a evitar estas situaciones y, si ha ocurrido un trauma, trabajar en este para que no se agrave con el paso del tiempo.
Los problemas de conducta como la impulsividad, la falta de autocontrol o la agresividad pueden dañar profundamente las relaciones en el seno familiar y, a largo plazo, pueden degenerar provocando comportamientos aún más violentos. Por eso, es fundamental solicitar tratamiento cuando antes, aunque estas conductas estén asociadas a la discapacidad intelectual o a los trastornos generalizados del desarrollo.
Todos los niños no siguen la misma curva del desarrollo, hay pequeños que necesitan una atención más personalizada, ya sea porque presentan dificultades de aprendizaje o falta de motivación. En El Prado Psicólogos le ayudaremos a mejorar el rendimiento académico enseñándole técnicas de estudio, aprovechamiento del tiempo, desarrollo de la atención, la concentración y la memoria y a manejar la ansiedad ante los exámenes.
Hay niños a los que les resulta difícil adaptarse a las normas de la escuela debido a que tienen un C.I. más elevado y los temas no despiertan su interés. En El Prado Psicólogos realizamos una evaluación de su inteligencia y le ayudaremos a desarrollar sus capacidades intelectuales, así como a reencontrar la motivación por la escuela.
La mayoría de los niños adoptados son muy deseados, pero a veces el amor no es suficiente y es necesario recibir orientaciones para manejar este cambio, sobre todo cuando se trata de niños mayores que ya han desarrollado sus propios hábitos o han vivido experiencias de abandono que los han marcado psicológicamente.
En el ámbito de la Psicología Clínica existen diferentes modelos terapéuticos y no se puede afirmar rotundamente que uno sea más eficaz que los otros. Lo ideal es adaptar las diferentes técnicas a la dificultad a tratar, de esta manera se logra sacar el mayor provecho de cada uno de los enfoques.
En El Prado Psicólogos disponemos de un área especializada en psicología infantil, realizamos un abordaje integral de los problemas, tanto los personales como los familiares y escolares, que pueden aparecer en las etapas tempranas de la vida y son decisivos para el desarrollo futuro del niño. Nuestro método de trabajo incluye orientación psicológica, psicoterapia, técnicas cognitivo-conductuales, y en los casos que así lo requieran, el uso de técnicas como la caja de arena, EMDR, la visualización creativa y la relajación. Apostamos por un enfoque práctico en el que ponemos en el centro las características del niño y la familia.
En los casos dónde hay un componente neurológico, como en el caso del TDAH, el síndrome de Tourette, la epilepsia, o los trastornos del desarrollo del espectro autista trabajamos con Neurofeedback, un entrenamiento cerebral que está dando muy buenos resultados regulando y equilibrando el funcionamiento cerebral en niños.
En algunos casos, aplicamos nosotros mismos las técnicas y en otros casos se las enseñamos a los padres para que puedan utilizarlas en casa. No obstante, de una forma u otra, el tratamiento de los problemas infantiles siempre demanda la implicación de los padres, un aspecto esencial para conseguir los resultados que se persiguen.
La eficacia del tratamiento psicológico dependerá de diferentes aspectos, desde el tipo de trastorno con el cual se lidia hasta la gravedad del mismo y su antigüedad. Por supuesto, también dependerá de la edad del niño y la implicación de los padres y la escuela (en caso de que sea necesario) a la hora de seguir las orientaciones.
La implicación de los padres en el tratamiento de su hijo es esencial para conseguir resultados. Los padres a veces se sienten desorientados y no saben cómo ayudar a su hijo, por lo que el consejo de un profesional objetivo y experto en psicología infantil puede ser esencial para que ellos puedan contribuir a la resolución del problema.
También podemos trabajar con niños en psicología infantil mediante terapia online, aquí te dejamos una infografía donde te explicamos cómo los psicólogos infantiles trabajan mediante videollamada.
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