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¿Cómo evitar ponerse rojo? Cuando nos sentimos ansiosos o avergonzados nos sonrojamos. Ponerse rojo es una respuesta involuntaria de nuestro sistema nervioso simpático que provoca que los vasos sanguíneos se dilaten y la sangre fluya mejor a nuestro rostro. Se trata de una reacción normal y totalmente inofensiva que desaparece en pocos minutos pero hay personas que temen sonrojarse: padecen de eritrofobia.
La eritrofobia es un miedo a ponerse rojo exagerado. Las personas que sufren este problema se sienten profundamente avergonzadas cuando se ruborizan y la sensación de que están perdiendo el control es tan insoportable que les hace caer en un círculo vicioso que aumenta la ansiedad y, consecuentemente, se ruborizan aún más.
El principal problema de estas personas es que suelen ser muy sensibles a las críticas y la opinión de los demás y creen que transgreden las normas sociales con frecuencia, aunque realmente no lo hagan. El miedo al rechazo social, y, sobre todo, de no mostrar su sensación de incomodidad es tan fuerte, que genera un mecanismo constante de auto observación, el cual crea aún más tensión. Es lo que se conoce como la ansiedad anticipatoria.
Generalmente el miedo a sonrojarse se genera en la niñez o en la adolescencia ya que estas son las etapas de la vida en las cuales la persona suele ser objeto de burlas por parte de sus coetáneos. De esta forma, se crea un vínculo entre el rubor facial y la sensación de humillación y rechazo que se experimenta por lo que la persona termina considerando el rubor como algo negativo que debe evitar a toda costa.
Este mecanismo casi siempre se sustenta en una personalidad con rasgos perfeccionistas y una autoestima condicionada a la aprobación de los demás. Normalmente son muy exigentes consigo mismas, que se esfuerzan constantemente por brindar una imagen perfecta y que tienen miedo a cometer el más mínimo error pues piensan que pueden ser rechazadas o humilladas. A veces nos encontramos con que la eritrofobia tiene de base una fobia social.
El miedo constante a ponerse rojo hace que la persona experimente una gran tensión en la mayoría de las situaciones sociales. En ocasiones este miedo llega a ser tan fuerte que evita mostrarse en público y poco a poco va restringiendo su campo de acción y sus relaciones interpersonales. En algunos casos, sobre todo cuando la eritrofobia es extrema, se aprecia un aumento del ritmo cardiaco, sudoración y dificultades para respirar.
Los adolescentes, en la misma medida en que se adentran en la edad adulta, suelen superar de manera natural este miedo, pero hay ocasiones en que el temor es tan intenso que es recomendable visitar a un psicólogo. El tratamiento más indicado para la eritrofobia es una psicoterapia que integre técnicas como la hipnosis, EFT o EMDR para acelerar los resultados y tratar de el miedo a nivel profundo.
También existe un tratamiento quirúrgico que consiste en cortar algunos de los nervios que activan los vasos sanguíneos del rostro pero este tipo de operación puede tener numerosas complicaciones (como hemorragias, infecciones y/o problemas estéticos). Por eso los especialistas siempre recomiendan la terapia psicológica como primera opción de tratamiento para la eritrofobia.
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