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El complejo de inferioridad

El complejo de inferioridad es uno de los complejos psicológicos más conocidos y también uno de los problemas más limitantes que podemos sufrir. La persona con complejo de inferioridad se subvalora, pero a menudo el motivo que la conduce a menospreciarse es completamente desproporcionado.

Por eso, el complejo de inferioridad encierra tanto una idea irracional como una imagen distorsionada de sí mismo, el problema es que al creer que nuestro sentimiento de inferioridad se corresponde con la realidad esta creencia termina abocándonos al fracaso, provocando vergüenza y angustia.

Complejo de inferioridad: síntomas

Todos, en alguna que otra ocasión, nos hemos sentido inferiores, sobre todo cuando nos comparamos con alguien que nos ha superado en algún aspecto. Sin embargo, en estos casos el sentimiento de inferioridad es pasajero y se refiere a una situación concreta.

No obstante, el complejo de inferioridad es una sensación mucho más profunda que no se limita a un solo aspecto sino que abarca prácticamente todas las esferas de la vida. La persona que es víctima de la inseguridad cree que es peor que los demás, se siente más inútil, más indefensa, menos capaz, menos valiosa y, por consiguiente, más miserable. Por eso, se trata de uno de los complejos psicológicos más limitantes.

Los principales síntomas del complejo de inferioridad son:

  • Falta de autoestima, que se expresa prácticamente en cada uno de los actos
  • Escasa confianza en sí mismo y en sus capacidades
  • Gran timidez en los contextos sociales
  • Complacencia excesiva hacia los demás (falta de asertividad)
  • Dificultad para tomar decisiones debido a que experimenta una inseguridad extrema
  • Escasa autonomía, que se traduce en una dependencia excesiva del consejo y las opiniones de los demás
  • Tendencia a menospreciar sus logros y sobrevalorar el éxito de los otros

¿Por qué surge el sentimiento de inferioridad?

El sentimiento de inferioridad puede desencadenarse prácticamente por cualquier cosa. A menudo se trata de una peculiaridad física, como por ejemplo, ser más alto o más bajo que los demás o tener un rasgo demasiado acentuado, como una nariz muy grande o una mancha en la piel.

En otros casos el complejo de inferioridad se debe a una característica que la persona considera humillante, como puede ser ruborizarse en público, sudar profusamente, temblar cuando se pone nervioso o tartamudear. También puede deberse a la falta de habilidades, como pensar que no es suficientemente inteligente, que no tiene una buena cultura o que no sabe desenvolverse en un grupo.

En los casos más graves no se produce un rechazo hacia un aspecto específico sino que la persona tiene una sensación de malestar generalizada consigo misma, que la lleva a rechazarse en su totalidad.

Sin embargo, ¿por qué algunas personas logran aceptar ciertas características y tienen una autoestima sana y otras desarrollan un sentimiento de inferioridad?

Más allá del “defecto” físico o psicológico que pueda existir, la verdadera causa del complejo de inferioridad son los sentimientos profundos de minusvaloración. Un niño que recibe la aceptación y el cariño de sus padres y maestros, más allá de sus errores, probablemente se convertirá en un adulto seguro de sí. Al contrario, un niño que sea recriminado constantemente por sus fallos, al que se le exige un determinado comportamiento para ser aceptado aprenderá a centrarse en los aspectos negativos y tendrá mayores probabilidades de transformarse en un adulto inseguro, que no se acepta a sí mismo.

Los niños que han crecido siendo criticados constantemente o que han tenido como modelos a padres que tampoco se valoraban a sí mismos, suelen desarrollar una imagen negativa de sí que, a la larga, da lugar a un complejo de inferioridad.

Las personas que tienen una tendencia a buscar continuamente el apoyo de los demás también son más susceptibles de desarrollar un complejo de inferioridad, al igual que quienes han crecido en un ambiente sobreprotector. Estas personas desarrollan una especie de “desesperanza aprendida” y se sienten indefensos ante los problemas.

De hecho, Alfred Adler, el creador del concepto de complejo de inferioridad y del complejo de superioridad afirmó en una ocasión que “todos tenemos un sentimiento de inferioridad pero no se trata de un trastorno, sino de un estímulo que nos impulsa a esforzarnos y desarrollarnos. El complejo de inferioridad se convierte en una condición patológica solo cuando esa sensación de insuficiencia nos abruma y, en vez de estimularnos, nos deprime e inhibe nuestro desarrollo”.

El complejo de inferioridad y la profecía auto-cumplida

El complejo de inferioridad afecta profundamente la imagen que la persona tiene de sí misma. Como esta cree que es incapaz de lograr determinadas metas, actuará como si en realidad no pudiera alcanzarlas. Por consiguiente, el sentimiento de inferioridad se convierte en una profecía auto-cumplida. Por ejemplo, si creemos que no seremos capaces de hacer una disertación en público, nos pondremos nerviosos y, como resultado, nos equivocaremos. Así ratificamos la creencia negativa.

En otros casos, la persona con complejo de inferioridad intenta demostrar desesperadamente que la imagen que tiene de sí misma no es cierta y pone en marcha un mecanismo de compensación. Como resultado, suele terminar emprendiendo proyectos demasiado arriesgados o ambiciosos que, a la larga, terminan en un fracaso que ratifica la imagen de la cual pretendía huir.

¿Cómo superar el complejo de inferioridad?

Repetirse frases positivas, como si fueran un mantra, no es la solución. De hecho, una investigación realizada en la Universidad de Michigan ha demostrado que estas frases pueden tener un efecto contraproducente, sobre todo en las personas que tienen una baja autoestima, ya que chocan con lo que realmente sienten acerca de sí mismas.

Cuando el complejo de inferioridad se convierte en un lastre para tu desarrollo y lo vienes arrastrando desde hace mucho tiempo, lo más recomendable es que solicites ayuda psicológica porque será necesario trabajar en las creencias erróneas y los pensamientos distorsionados que están en la base del problema, y sobre todo, ahondar en la emoción y las causas del sentimiento de inferioridad, para que al conocer su origen puedas “romper el hechizo”, y darte cuenta de que aunque no hayas recibido una valoración y aceptación incondicionales por parte del exterior, tú puedes percibirte y sentirte de otra manera y darte a ti mismo la valoración y la aceptación que mereces como persona.

Gracias a la psicoterapia no solo podrás eliminar los síntomas del complejo de inferioridad, sino que también lograrás desarrollar una autoestima más sana que te permitirá alcanzar tus metas y llevar una vida más satisfactoria. En El Prado Psicólogos podemos ayudarte. Trabajamos con psicoterapia breve y aplicamos técnicas muy efectivas para superar el complejo de inferioridad, como la hipnosis, EMDR o EFT.

Tarifas

Si lo deseas podemos realizar una primera entrevista informativa gratuita en la que valoraremos tu caso y te indicaremos cual es el tratamiento más adecuado para ti.

El precio de cada consulta psicológica es de 85 euros. Ofrecemos un bono descuento de 5 sesiones por 375 euros (75 euros por sesión).

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Manuel E. Gomez MANUEL Psicólogo, hipnoterapeuta y terapeuta EMDR.
María Jiménez MARÍA Psicóloga, sexóloga, terapeuta EMDR e hipnoterapeuta.
Pilar García PILAR Psicóloga, psicoterapeuta, hipnoterapeuta y terapeuta EMDR
Patricia Rosillo PATRICIA Psicóloga y coach
Ainara Frade AINARA Psicóloga Especialista en Psicología Clínica
psicologo-maria-m MARÍA M. Psicóloga sanitaria, sexóloga y neuropsicóloga

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