El amor propio: el valor de ser uno mismo sin culpa
El amor propio: el valor de ser uno mismo sin culpa
En este artículo vamos a profundizar en qué es (y qué no es) el amor propio, cómo se construye, cómo reconocer cuándo puede estar debilitado y de qué manera se puede trabajar en psicoterapia en Madrid o mediante psicología online, sin promesas mágicas, pero con claridad y esperanza realista.
El amor propio influye en la forma en la que una persona se valora, se cuida y se relaciona con los demás. El amor propio significa aceptarse a sí mismo, con sus fortalezas y limitaciones, actuando de forma coherente a dicho reconocimiento, esto es, respetando las propias necesidades y límites, tomando decisiones que promuevan el bienestar físico, mental y emocional (si lo necesitas, puedes trabajarlo en terapia psicológica).
“El amor propio es conocerse y aceptarse incondicionalmente, independientemente de que se tengan imperfecciones y haya aspectos a mejorar en uno mismo”.
El amor propio se sustenta, por lo tanto, en tres términos: autoconocimiento, autocuidado y coherencia. Por ello, el amor propio tiene un papel prominente en la estabilidad emocional (y, por ende, en la regulación emocional), la capacidad de adaptación y la creación de hábitos saludables.
“El amor propio no depende de la aprobación externa”.
En otras palabras: tener amor propio no es “sentirse bien siempre”, sino sostenerse con respeto incluso cuando no te sientes bien. Y eso también es quererse a uno mismo.
1.1. ¿En qué se diferencia el amor propio de la autoestima?
Coloquialmente se tiende a pensar que el amor propio es un sinónimo directo de la autoestima. Sin embargo, aunque son dos conceptos íntimamente relacionados y que se potencian mutuamente, no son lo mismo:
| Amor propio | Autoestima | |
|---|---|---|
| Definición | • Aceptación incondicional de tal y como se es. • Implica un cuidado y respeto, independientemente del juicio de las propias capacidades o logros. |
Valor que se da a sí mismo y a las distintas áreas de su vida, es decir, puede depender de ciertos estándares o metas. |
| Qué refleja | Decidir si se es digno de amor y de felicidad. | Estar conforme con su forma de ser. |
| De dónde proviene | Proviene de sí mismo, es más estable y global. | Puede variar dependiendo del contexto (p. ej., se puede sentir competente en el trabajo e inseguro en sus relaciones personales). |
| Relación entre sí | Suele guardar una relación directa con la autoestima. | Se puede tener alta autoestima y poco amor propio (p. ej., narcisistas). |
2. ¿Qué no es el amor propio? Mitos frecuentes
En la lucha por mejorar la salud mental, las redes sociales, ciertos libros de autoayuda y discursos motivacionales han traído consigo una serie de malentendidos sobre lo que es el amor propio:
“Amarse es sentirse bien consigo mismo”
La negación del malestar como algo natural: el amor propio no va de la mano con un estado de bienestar constante. Esta visión resulta contraproducente. El amor propio no elimina el malestar, sino que lo hace manejable. Una persona con amor propio es alguien que es capaz de permitirse sentir su vulnerabilidad, acompañándose con respeto (autocompasión) cuando algo va mal.
“Tener amor propio significa no necesitar a nadie, ser suficiente por uno mismo”
El disfraz de la inseguridad y el individualismo extremo: aunque resultan frases empoderadoras, a veces esconden defensas inconscientes frente al miedo al rechazo, la interdependencia o la vulnerabilidad. El amor propio no es sinónimo de aislamiento o individualismo extremo, sino que implica integrar a los demás y relacionarse mejor con ellos, desde la libertad y con responsabilidad.
“El amor propio es pensar en uno mismo siempre, priorizarse sobre los demás”
El egoísmo vestido de autocuidado: el amor propio no es sinónimo de egoísmo o de ignorar las necesidades de los demás. El amor propio consiste en tenerse en cuenta a sí mismo en la misma medida que a los demás.
“Quien tiene amor propio busca superarse, desarrollar sus capacidades al máximo”
El perfeccionismo y la autoexigencia propios de discursos motivacionales: bajo esta lógica, el amor propio significa ser eficaz y productivo, cumplir todos los objetivos, crecer constantemente y superar límites. Esto confunde el valor personal con la utilidad, calculando el valor en función de los logros, lo que lleva a la evaluación permanente, generando diversos problemas como ansiedad por desempeño, culpa por descansar, miedo al fracaso y una autoimagen dependiente del éxito externo.
“Los mitos del amor propio prometen seguridad, fuerza e independencia absoluta, pero, en realidad, generan presión, desconexión emocional y baja autoestima”.
3. ¿Cómo se construye el amor propio? Las raíces de la construcción del amor propio
Apego y primeras experiencias
La forma de querer y de querernos no se adquiere de manera innata, sino que se aprende a lo largo de la vida, teniendo una influencia especial nuestra/s figura/s de apego. En la primera infancia, la relación con la/s figura/s de cuidado establece/n los cimientos del amor: cada vez que el cuidador atiende las señales del niño de manera afectuosa y coherente, el niño desarrolla un modelo de funcionamiento interno que reza “mis necesidades importan, soy digno de ser atendido”. Esta plantilla emocional influirá en cómo la persona se valora y se relaciona consigo misma y, posteriormente, con los demás. Cabe destacar que esta base no determina totalmente la vida adulta: se trata de una predisposición que puede fortalecerse o cuestionarse y modificarse.
Validación emocional
Un factor importante en el que también tienen un peso inicial las figuras de apego es la validación emocional. Cuando se aprende que es legítimo sentir emociones displacenteras como la tristeza, el miedo, la rabia o la frustración, el amor propio no se asocia a parecer siempre fuerte o estar feliz todo el tiempo. La validación no consiste en aceptar las malas formas, sino en aceptar las emociones sin juzgarlas, dándoles un espacio sin intentar neutralizarlas al sentirlas molestas o inadecuadas.
Narrativas internas: lo que te dices sobre ti
Con el tiempo, las experiencias vitales se van traduciendo en historias internas, es decir, en relatos que explican quiénes somos, qué podemos esperar de los demás y qué creemos merecer. Todo ello influye en las decisiones cotidianas:
- Si los padres son muy exigentes → “Tengo que hacerlo perfecto para que me quieran”.
- Si los demás invalidan sus emociones → “No puedo mostrar mis debilidades”.
- Si la gente no le ayuda ni se preocupa por sus necesidades → “No puedo contar con nadie”.
Autoconocimiento y coherencia: base para quererse a uno mismo
No obstante, el amor propio no se sostiene únicamente de emociones o de recuerdos, sino de autoconocimiento. Desarrollar y conocer los propios límites, valores, capacidades y deseos protege contra la presión externa, la comparación social y la autoexigencia excesiva. Este autoconocimiento interno permite reducir la distancia entre quién se es y entre quién se quiere llegar a ser, generando una sensación de autenticidad y reduciendo el conflicto interno que conlleva el actuar en contra de los propios valores por miedo o presión.
“Carl Rogers describió como pilar de la salud psicológica la coherencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos”.
Influencia social y cultural
Por último, es importante no dejar de lado los factores sociales y culturales, que también tienen influencia sobre el propio autoconcepto. Actualmente, se tiende a asociar el valor personal al éxito económico o social, la apariencia o el cumplir ciertos roles. Estos mensajes pueden, además de generar inseguridad, hacer que se sienta presión por ajustarse a modelos poco realistas propios de la publicidad, las redes sociales y, también, las expectativas familiares en las que se tiende a comparar a la persona, deteriorando la percepción de sí misma. Si bien es imposible eliminar la influencia social, tener una visión crítica de estos estándares ayuda a desarrollar un sentido más estable de la identidad y el amor propio (en terapia, esta revisión suele formar parte del trabajo de fondo; puedes conocer nuestro enfoque en nuestro método terapéutico).
4. ¿Cómo saber si me falta amor propio? Las consecuencias de no tener amor propio
Las personas que no tienen amor propio pueden verse identificadas en los siguientes patrones:
- A menudo, sienten miedo, vergüenza y culpa fruto de sus inseguridades (desconfianza en sus propias capacidades).
- No se conocen bien a sí mismas, ni sus capacidades ni sus defectos.
- No tienen claras sus prioridades o no las aplican, mostrando dudas y dificultad a la hora de tomar decisiones.
- Inestabilidad emocional, experimentando una sensación de lucha interna constante, intentando controlar o evitar ciertas emociones.
- Tienen un diálogo interno negativo, cayendo en la autocrítica destructiva ante los errores y anticipando que no conseguirán sus propósitos.
- No reconocen con justicia sus logros, habilidades o virtudes.
- Se exigen demasiado, cayendo en el perfeccionismo por miedo a no ser “suficientemente buenos”. Suelen tener el síndrome del impostor en el ámbito laboral o educativo.
- No se permiten cuidarse a sí mismas ni ser cuidadas por los demás, evitando pedir ayuda, desarrollar hobbies o reorganizar sus prioridades sin perder la motivación.
- Tienden a tener rutinas poco saludables de sueño, descanso, alimentación y ejercicio, pudiendo caer en el autocastigo y la impulsividad en la toma de decisiones.
- Se invalidan emocionalmente, minimizando sus necesidades y evitando mostrarlas.
- Les cuesta poner límites (p. ej., decir “no”) e, incluso, pueden llegar a no ponerlos.
- Muestran una menor resiliencia y, por consiguiente, una mayor vulnerabilidad ante problemas emocionales como la ansiedad o la depresión.
- Necesidad de aprobación externa, creyendo que la opinión ajena es más fiable y/o válida que la propia.
- Pueden caer en relaciones tóxicas o de dependencia emocional, pues la persona —en el fondo— no se cree con derecho a ser valorada y respetada.

“La palabra que mejor describe a las personas con poco amor propio es la resignación, pues sus inseguridades y malos hábitos son más fuertes”.
Si te has reconocido en varios puntos, no significa que “te falte algo”: a veces significa que has aprendido a sobrevivir así. Y tener amor propio suele empezar por algo muy pequeño pero muy profundo: tratarte con más justicia cuando te equivocas, cuando dudas o cuando te cuesta sostenerte.
5. Cómo tener amor propio en el día a día
Hablar de amor propio suena, a veces, a algo grande y casi inalcanzable. Pero suele construirse en decisiones pequeñas, repetidas, que van alineando lo que sientes con lo que necesitas y con lo que haces. No se trata de “estar bien siempre”, sino de aprender a tratarte con más respeto, incluso cuando estás cansado, vulnerable o inseguro.

- Para tener amor propio, empieza por escuchar tus señales internas (cansancio, irritación, tristeza) como información, no como un defecto que hay que esconder.
- Para quererse a uno mismo, practica un diálogo interno más justo: no se trata de “hablarse bonito”, sino de dejar de castigarte por sentir o equivocarte.
- Para tener amor propio, aprende a poner límites concretos (un “no” a tiempo, una pausa, pedir espacio) aunque aparezca culpa: el límite no es una agresión, es protección.
- Para quererse a uno mismo, reconoce tus logros con la misma honestidad con la que ves tus fallos; si solo te miras desde la carencia, la autoestima se vuelve frágil.
- Para tener amor propio, prioriza hábitos que te cuidan de verdad (descanso, alimentación, movimiento, vínculos), no como obligación, sino como forma de sostener tu equilibrio emocional (te puede ayudar este enfoque de autocuidado emocional).
- Para quererse a uno mismo, reduce la comparación: no para “desconectarte del mundo”, sino para volver a tus valores y decidir qué es importante para ti.
- Para tener amor propio, pide ayuda cuando la necesites; apoyarte en alguien no te hace débil, te hace humano y te ayuda a salir del autosacrificio.
- Para quererse a uno mismo, revisa tus exigencias: si la condición para valorarte es hacerlo todo perfecto, el amor propio se convierte en una meta imposible.
6. ¿Se puede trabajar el amor propio en psicoterapia? ¿Cuáles son los obstáculos para el amor propio?
La terapia psicológica ayuda a trabajar aspectos relacionados con el amor propio, sirviendo como guía de aprendizaje para los siguientes aspectos:

- Diálogo interno: el paciente aprenderá a reducir su negatividad y autocrítica destructiva, lo que le permitirá ser más realista y amable consigo mismo. Podrá equivocarse y aprender de ello sin sentir un miedo paralizante al juicio o el fracaso.
- Regulación emocional: al desarrollar un diálogo autocompasivo frente al malestar y aprender a sostener su vulnerabilidad en momentos difíciles, será capaz de aceptar sus emociones sin juzgarse por ello, mejorando su regulación emocional.
- Autoaceptación y seguridad emocional interna: para aumentar su amor propio, se trabajarán tanto la vergüenza aprendida como la autoexigencia y el miedo a “no ser suficiente”, desmontando los ideales de perfección imposibles. Asimismo, se volverá capaz de reconocer sus fortalezas y limitaciones sin sentirse inseguro o dejar de quererse por ello.
- Valores personales: reconectará con sus valores y empezará a alinear sus decisiones cotidianas con los mismos, dejando de actuar por miedo, presión o automatismo.
- Autocuidado: es imprescindible incorporar hábitos que nutren, no centrados en la productividad y la exigencia, así como crear espacios para la recuperación emocional. Aprender a diferenciar la complacencia de la autocompasión será imprescindible.
- Límites: el paciente diferenciará entre límites y barreras, aprendiendo a proteger sus necesidades sin miedo al rechazo (venciendo la necesidad de aprobación) y pudiendo decir “no” sin sentirse culpable o egoísta por ello (trabajando asertividad).
- Vínculos sociales: la persona saldrá de posibles patrones de dependencia o autosacrificio crónico, eligiendo las relaciones que respeten su dignidad personal y que le cuiden (en algunos casos puede ser útil abordarlo también en terapia de pareja).
- Historia personal: identificar las narrativas dañinas y construir un relato interno más justo y equilibrado consigo mismo es parte del trabajo terapéutico de fondo.
En El Prado Psicólogos este trabajo se adapta a tu historia y a tu ritmo, con una atención cercana y personalizada. Integramos herramientas terapéuticas con rigor para que el cambio sea aplicable a tu vida diaria: no solo “entender” el amor propio, sino aprender a quererse a uno mismo de una forma más estable y realista.
Conclusión

El amor propio no es una frase bonita ni un estado permanente de bienestar. Es una relación: la que sostienes contigo cuando fallas, cuando dudas, cuando te comparas o cuando te sientes vulnerable. Tener amor propio implica autoconocimiento, autocuidado y coherencia; y quererse a uno mismo también significa acompañarse con respeto en los días difíciles.
Primera entrevista gratuita, precios y contacto
Si te gustaría trabajar el amor propio con acompañamiento profesional, en El Prado Psicólogos ofrecemos una primera entrevista informativa gratuita de 20 minutos. Es un primer espacio para escucharte, entender tu situación y orientarte sobre el enfoque terapéutico que mejor encaje contigo.
Precios
- Sesión individual: 85 €
- Bono de 5 sesiones: 375 € (75 € por sesión)
- Modalidad: presencial en Madrid o por videollamada
Puedes ver las tarifas actualizadas aquí: Precios de psicólogos en Madrid
Contacto
- Teléfono: +34 91 429 93 13
- Email: [email protected]
Enlaces internos recomendados
Resumen clave sobre el amor propio
- El amor propio es aceptarte y cuidarte con respeto, sin depender de la aprobación externa.
- Se construye con autoconocimiento, autocuidado y coherencia.
- Cuando falta, suelen aparecer autocrítica, dificultad para poner límites y necesidad de aprobación.
- Tener amor propio no es “estar bien siempre”, sino acompañarte con justicia incluso en días difíciles.
- Quererse a uno mismo puede trabajarse en psicoterapia: diálogo interno, regulación emocional, límites y valores.
Preguntas frecuentes sobre amor propio
¿Qué es el amor propio, en palabras sencillas?
El amor propio es la capacidad de aceptarte y cuidarte con respeto, incluso cuando no te sientes bien. Incluye autoconocimiento, autocuidado y coherencia.
¿Cómo tener amor propio sin ser egoísta?
Tener amor propio no es priorizarse “por encima” de los demás, sino tenerse en cuenta a uno mismo en la misma medida que al otro: cuidar tus necesidades sin ignorar las ajenas.
¿Amor propio y autoestima es lo mismo?
No. La autoestima puede depender del contexto o de áreas concretas; el amor propio es más global y estable: tiene que ver con sentir que eres digno de amor y bienestar.
¿Qué señales indican que me falta amor propio?
Cuando falta amor propio suelen aparecer autocrítica dura, dificultad para poner límites, necesidad de aprobación, invalidación emocional y tendencia a relaciones que no respetan la propia dignidad.
¿Se puede aprender a quererse a uno mismo en terapia?
Sí. Quererse a uno mismo se puede trabajar en psicoterapia abordando el diálogo interno, la regulación emocional, la autoaceptación, los valores, el autocuidado, los límites y la historia personal.
Autora: María Victoria Orbe Valls, psicóloga.
Revisión clínica: Rosario Linares Martínez, psicóloga de El Prado Psicólogos Madrid.
Última actualización: 18/12/2025.
Entradas Relacionadas

Deja un comentario
Los campos obligatorios están marcados con *