La depresión sonriente o depresión funcional

Cuando se piensa en una persona feliz, lo habitual es imaginarse a alguien que siempre tiene una palabra de aliento para los demás y que cuenta con una vida social activa, con muchas aficiones e incluso pareja y éxito laboral. Pero, ¿puede esconderse una depresión tras dichos comportamientos? La respuesta es sí, hablamos de la depresión sonriente o depresión funcional o altamente funcional.
La depresión puede manifestarse de formas muy diferentes. Normalmente, las personas con depresión suelen mostrarse apáticas y negativas, dejando de lado numerosas actividades y a sus amistades. No obstante, existen muchas personas que, aún padeciendo depresión, continúan con su rutina diaria, manteniendo sus contactos sociales e incluso un importante ritmo laboral que les lleva a tener un gran éxito profesional. Este es el caso del reconocido actor Robin Williams o de Miss EE.UU. 2019 (Cheslie Kryst), personas de reconocido éxito social y laboral que se suicidaron de manera sorpresiva.
¿QUÉ ES LA DEPRESIÓN FUNCIONAL?
La depresión funcional, conocida popularmente como depresión sonriente, es una depresión difícil de reconocer, pues es aquella en la que la persona continúa con sus actividades diarias de manera habitual, aparentando normalidad y bienestar a pesar de experimentar síntomas depresivos.
"Por su propia naturaleza, la depresión sonriente tiende a pasar desapercibida y a ser tratada en la consulta psicológica cuando se ha cronificado o hecho más severa".
Cabe destacar que la depresión funcional es un tipo de depresión que, aunque es frecuente en las consultas psicológicas e incluso ha sido mencionada por la OMS, no aparece recogida explícitamente en los manuales sobre diagnósticos de trastornos mentales. Según Olivia Remes, experta en depresión y ansiedad de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), suele ser diagnosticada como depresión mayor atípica, ya que no suele cursar con los síntomas habituales de depresión.
A este respecto, es importante recalcar que la depresión es muy heterogénea en cuanto a su severidad y a la expresión de sintomatología, pero siempre representa un malestar y una lucha en la persona. De hecho, uno de los peligros de la depresión sonriente es que puede persistir durante años debido a que la persona siente que no está lo suficientemente mal como para acudir a terapia, ya que tiene un estilo de vida completamente funcional.
Respecto a los grupos de riesgo, según la profesora clínica de Psiquiatría y Comportamiento Humano de la Universidad de Brown (EE.UU.), Carol Landau, la depresión sonriente suele estar más presente en las mujeres debido a las diferencias de género, pues la mujer suele asumir el rol de cuidadora, lo que contrasta con admitir que necesita ayuda. Por otra parte, los jóvenes son un importante grupo de riesgo, pues la aparición de las redes sociales ha hecho que se tienda a proyectar una imagen idealizada de uno mismo que no se corresponde con la realidad, lo que ha redundado en casos de ansiedad y depresión al haberse acostumbrado a no compartir sus verdaderos sentimientos por miedo a dañar su imagen personal y al sentir que llevan una vida “peor” que otras personas
¿QUÉ PERSONALIDAD SUELEN TENER QUIENES PADECEN DEPRESIÓN SONRIENTE?
Las personas altamente exigentes tienen una mayor predisposición a padecer depresión. Esto se debe a que las altas expectativas, unidas al perfeccionismo, pueden llevar a estas personas a convertir su vida y sus actividades de ocio en una obligación autoimpuesta, generando cada vez más estrés.
En relación con lo anterior, el perfeccionismo suele llevar a la autocrítica exacerbada, pues uno no se permite dudar o fallar. Con el tiempo, dicha crítica se desplaza al exterior y se comienza a procesar la realidad como un entorno lleno de errores, aspectos irritantes y vacíos. Por otra parte, un sentido exagerado de la responsabilidad puede llevar a estas personas a sentir que si ellas se derrumban la situación se volverá insostenible.
"Un elevado sentido de la responsabilidad unido a una gran exigencia suele llevar a necesitar controlarlo todo, pero sin reconocer los propios límites, lo que genera frustración y, a largo plazo, depresión".
Asimismo, las personas introvertidas y a quienes les cuesta hablar de sus sentimientos o que tienen bloqueos emocionales que les impiden exteriorizar sus sentimientos, suelen tener más probabilidades de tener la llamada depresión sonriente.
CÓMO SABER SI SE ESTÁ SUFRIENDO DEPRESIÓN FUNCIONAL
Esta depresión es la más complicada de detectar, pues la persona tiende a enmascarar sus sentimientos y los síntomas tradicionalmente asociados a la depresión no se corresponden con lo mostrado por la persona (p. ej., la falta de actividad, el aislamiento o la negatividad). Sin embargo, las personas con depresión funcional suelen manifestar unos síntomas comunes.
LOS SÍNTOMAS VISIBLES DE LA DEPRESIÓN SONRIENTE
A continuación, se describen los síntomas que pueden ser detectados por el entorno de la persona con depresión funcional:
- Negación o dificultad para identificar sus emociones: Normalmente la persona con depresión funcional tiende a negar su malestar y afirmar que está bien. En ocasiones, esto se debe a que no es verdaderamente consciente de lo que está sintiendo.
- Elevado nivel de actividad y estilo de vida aparentemente normal: Al contrario de lo que habitualmente se observa en las personas con depresión, quienes padecen depresión funcional suelen mantenerse excesivamente ocupadas, volcándose en su trabajo y en las necesidades de su entorno, buscando nuevos hobbies constantemente. Esta forma de actuar responde a un mecanismo de defensa, en el que la persona huye de sus sentimientos negativos.
"Aunque las personas con depresión funcional llevan una vida aparentemente normal, tienen días de desbordamiento emocional en los que se derrumban sin motivo aparente, llegándose a plantear el suicidio al anhelar escapar".
- Especial susceptibilidad ante la crítica y el rechazo: Además de mermar la autoestima, esto suele generar problemas en la esfera social, pues puede llevar a la persona con depresión a alejarse de su entorno o a atacarlo para defenderse.
- Episodios de ira: Cuando hay depresión funcional, la persona suele estar más irritable y cualquier contratiempo o el no cumplir las expectativas puede provocar episodios de ira.
- Cambios en el apetito: La depresión guarda una estrecha relación con la conducta alimentaria, pudiendo afectar al propio apetito, ya sea reduciéndolo o incrementándolo.
- Problemas de sueño: Estas personas pueden tener dificultad para dormir (insomnio) o por exceso de sueño (hipersomnia).
- Abuso de alcohol o drogas: A fin de desconectar del propio sufrimiento, las personas con depresión pueden terminar recurriendo a dichos medios para evadirse de su malestar.
LOS SÍNTOMAS INVISIBLES DE LA DEPRESIÓN FUNCIONAL
La depresión sonriente aparece acompañada de otros síntomas que no son percibidos por el entorno, sino que la persona afectada tiende a ocultar:
- Sensación de aplomo, pesadez en brazos y piernas: Se trata de una sensación intermitente a lo largo del día.
- Aparente felicidad, pero con pérdida de placer: Esta persona oculta su malestar emocional, mostrando lo que cree que los demás esperan de ella. No obstante, su interés por las cosas se ve reducido y termina por no disfrutar de las mismas.
"Estas personas pueden sentir una mejoría temporal de su estado de ánimo debido a una buena noticia o un momento positivo, pero después vuelven a conectar con su malestar, que no desaparece por sí mismo".
- Agotamiento tras actividades sociales: Tras actividades conjuntas, estas personas se sienten agotadas. No obstante, cuando dejan de acudir a eventos sociales lo hacen de manera muy discreta, alegando dificultades horarias o compromisos ineludibles (p. ej. laborales).
- Pensamientos negativos obsesivos: Aunque reprimen los pensamientos depresivos ante los demás, tienen pensamientos negativos recurrentes que se han vuelto un círculo vicioso.
- Sentimientos de vacío o desesperanza: La persona siente una sensación de agotamiento que tiende a identificar como un signo de debilidad o como algo que resultaría poco comprensible para el resto ("hay personas que están peor"), motivo por el que no comparte su verdadero estado anímico.
- Elevada autoexigencia y culpabilidad: Sentir que la vida debería ser satisfactoria pero que no lo es, tiende a generar culpabilidad. Asimismo, conforme avanza el problema, la persona cada vez se vuelve más exigente y crítica consigo misma.
- Baja autoestima: Las personas con depresión suelen ver mermada su autoestima por diferentes motivos, pudiendo llegar a sentir que el mundo estaría mejor sin ellas.
LOS PELIGROS DE LA DEPRESIÓN FUNCIONAL: CONSECUENCIAS DE LA DEPRESIÓN SONRIENTE
Quien padece depresión funcional vive como si realmente no le pasara nada, optando por obviar u ocultar su malestar a través de una actitud de normalidad, lo cual supone un alto coste emocional pues el sufrimiento sigue avanzando hasta que, tras varios episodios de tristeza, un día la persona se desborda emocionalmente por completo. La depresión funcional, al igual que cualquier trastorno psicológico, puede llegar a cronificarse cuando no se adquieren nuevas herramientas necesarias para abordar el problema con éxito. Es más, puede llegar a transformarse en una depresión mayor –con la sintomatología clásica más limitante– al no ser identificada por los allegados y, en ocasiones, tampoco por el propio afectado, quien relativiza o niega su malestar al menospreciarlo por tener un estilo de vida aparentemente bueno o por continuar teniendo una vida funcional como forma de intentar superar su depresión.
Asimismo, el llenar la agenda de actividades como forma de evitar el problema sólo sirve para alimentarlo, pues ese ritmo de vida frenético supone un gran desgaste y no se puede fingir todo el tiempo, por lo que la tristeza, la irritabilidad y el cansancio terminan saliendo a la luz. Cabe destacar que esta autoexigencia –y su consiguiente desgaste– puede llevar a emplear estrategias como mantenerse ocupado de forma prácticamente compulsiva (p. ej. practicando hobbies, viendo la televisión, haciendo deporte, comiendo o, en casos más extremos, a través del consumo abusivo de alcohol o drogas). En cualquier caso, dichas estrategias actúan como vías de escape, como una forma de camuflar el problema.
La falta de visibilidad de este problema unido a la incomprensión e incredulidad por parte del entorno provoca que no se compartan las verdaderas emociones, ocasionando que esta depresión sea especialmente solitaria y haciendo a estas personas especialmente vulnerables a un intento de suicidio, ya que no cuentan con apoyo y tienen, además, la energía suficiente para llevar a cabo sus intenciones:
"Las personas que intentan suicidarse no quieren morir, sólo desean dejar de sufrir".
¿QUÉ LLEVA A UNA PERSONA A OCULTAR SU DEPRESIÓN?
Existen ciertos factores que pueden llevar a una persona a padecer depresión de manera silenciosa:
- Estigma social: Aunque se está reduciendo el estigma sobre la salud mental, todavía hay personas que creen que el estado anímico depende únicamente de la fuerza de voluntad o de "tener carácter", como si el afectado no fuera capaz de afrontar sus problemas. Esto provoca un sentimiento de vergüenza en quien padece depresión, quien pasa a vivirla como un defecto, llegando a pensar que será tildada de débil si pide ayuda.
- Miedo a las consecuencias de su apertura: Cuando se padece depresión funcional, suele dudarse sobre cómo reaccionaran las personas del entorno (p. ej. si habrá repercusiones laborales).
- Preocupación por la imagen personal: Algunas personas piensan que los demás les valoran por la imagen que transmiten, lo que les lleva a esconder su depresión y su verdadero “yo” a fin de sentirse queridas. En este sentido, las redes sociales alientan la comparación y el dar una imagen idealizada de uno mismo, lo que hace que una persona con depresión sonriente emplee las redes sociales a fin de reflejar su alegría ficticia en lugar de abrirse y pedir ayuda a su entorno.
"A diferencia de la creencia popular, quien padece depresión sonriente puede llegar incluso a incrementar el uso de sus redes sociales a fin de reafirmar que lo que está sintiendo no es para tanto".
- Deseos de no preocupar al entorno: Muchas personas tienden a guardar sus problemas para sí, ya sea por su forma de ser o por miedo a preocupar a sus allegados. Cuando esta depresión se enmascara para evitar sentir que uno es un problema para los demás, esta sonrisa oculta el no saber cómo pedir ayuda.
- Autoexigencia desmedida: Aquellos que no se permiten un momento de debilidad pueden terminar desarrollando depresión funcional, pues se ven abrumadas cuando no se cumplen sus altas expectativas o ante cualquier fallo cometido. De esta manera, el perfeccionismo y la autoexigencia no sólo influyen en el origen de la depresión funcional, sino que la alimentan.
- Culpabilidad: No son pocas las personas con depresión que consideran que no deberían estar así debido a que lo tienen todo para ser felices. En este sentido, existen muchas personas que tienen visiones poco realistas de la felicidad.
¿POR QUÉ SE PUEDE TENER DEPRESIÓN CUANDO SE TIENE UNA VIDA APARENTEMENTE NORMAL?
La Teoría de la Disociación Estructural de Onno van der Hart (profesor de Psicopatología de la Traumatización Crónica en la Universidad de Utrecht, Países Bajos) explica muy bien por qué una persona con depresión puede tener una vida altamente funcional, es decir, seguir con sus actividades cotidianas sin ser consciente de sus verdaderos sentimientos.
Esta teoría explica que, ante un acontecimiento difícil de integrar debido a su naturaleza altamente perturbadora o traumática, las personas fragmentan su personalidad o conciencia como mecanismo de defensa para poder seguir adelante con sus vidas. Según esta teoría, dicha falta de conexión o desconexión entre los distintos elementos o rasgos de la personalidad (p. ej., con la emoción de tristeza) se debe a que la persona necesita acercarse a los estímulos displacenteros o amenazantes para seguir adelante (p. ej., un estilo de vida poco satisfactorio), fragmentando así su personalidad debido a que no puede poner su sistema de defensa (lucha o huida) activado mientras intenta mantener una vida normal.
Así, quien padece depresión actúa de la manera más normal y funcional posible, evitando recordar y conectar con los eventos altamente perturbadores o traumáticos que le generan malestar (p. ej., la insatisfacción personal), pues de hacerlo con frecuencia sería imposible hacer una vida normal, ya que la persona quedaría paralizada.
“La Teoría de la Disociación Estructural explica cómo una persona, a pesar de sufrir depresión, puede llevar una vida totalmente funcional e incluso llegar a mostrarse sonriente”.
TRATAMIENTO PSICOLÓGICO DE LA DEPRESIÓN FUNCIONAL
Las personas con depresión sonriente no suelen identificar su depresión:
"el llevar una vida normal supone el perfecto autoengaño tanto para el resto como para ellas mismas".
En este caso, su miedo e inseguridad son enmascarados al proyectar una imagen de persona autosuficiente, socialmente activa y ocupada. No obstante, la vida externa no siempre corresponde con las inquietudes reales y estos desajustes pueden llevar a padecer una depresión.
A nivel terapéutico, es primordial que la persona se haga consciente de lo que está sintiendo y pueda identificar su origen, aprendiendo estrategias para afrontar y exteriorizar sus emociones. De hecho, la terapia busca fomentar un estilo de vida adecuado a las necesidades personales, lo que se consigue ajustando aquellas cuestiones que han conducido a esta depresión: las expectativas personales como, por ejemplo, el concepto de productividad.
En este sentido, es necesario abordar el perfeccionismo y aprender a manejar la negatividad y la autocrítica, cultivando un diálogo interior más constructivo y justo con uno mismo. Paralelamente, es imprescindible trabajar la autoestima, la mejora del estado anímico y la gestión de la ira.
Aunque en algunos casos pueda ser necesario un tratamiento farmacológico de forma complementaria, se ha demostrado que la terapia cognitivo-conductual es altamente eficaz para este tipo de problemáticas. Para que la terapia resulte exitosa, es muy importante confiar en el profesional que le está asesorando, pues el sentirse respetado y comprendido ayuda a finalizar el proceso terapéutico con éxito. En El Prado Psicólogos asesoramos y brindamos herramientas para abordar, gestionar y superar la depresión y otros problemas de salud mental de forma rigurosa y personalizada, con profesionales acreditados en diferentes ámbitos del bienestar y la salud mental.
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